El futuro del jazz llega a Vitoria-Gasteiz

Un simple vistazo al programa del 43? Festival de Jazz de Vitoria-Gasteiz revela que la nueva direcci¨®n no solo es un equipo renovado: tambi¨¦n es una perspectiva que busca llevar por fin el certamen al siglo XXI, mediante un proceso que no parece querer romper de forma dr¨¢stica con el pasado, sino conducir una evoluci¨®n natural y fundamentada con la que tanto la vieja como la nueva ¡ªy potencial¡ª audiencia puedan sentirse atendidas. Mientras los espacios principales se mantienen en esta edici¨®n, algunas apuestas del programa sientan las bases de esa evoluci¨®n, que en la tercera jornada del festival, ayer mi¨¦rcoles, cristaliz¨® en dos conciertos excelentes por parte de dos formaciones que solo tendr¨ªa sentido enmarcar en el presente siglo: el grupo de Nubya Garcia y el MAP de Marco Mezquida, Ernesto Aurignac y Ram¨®n Prats.

La saxofonista brit¨¢nica Nubya (se pronuncia "nubaia") Garcia (sin tilde, s¨ª) se est¨¢ abriendo paso en la escena internacional de forma mete¨®rica, impulsada en cierta medida por el hype que est¨¢ viviendo la escena del jazz y sus ramificaciones urbanas en Londres, pero especialmente por su innegable talento y por un discurso que muestra una enorme solidez, m¨¢s a¨²n en una instrumentista de solo 28 a?os. Tras un c¨²mulo de calamidades antes de su llegada a la ciudad, y con parte de su equipo extraviado junto con su equipaje, Garcia y su cuarteto afrontaron el concierto con m¨¢s entrega que resignaci¨®n, convirtiendo la situaci¨®n en una plataforma para tocar de forma muy org¨¢nica, como se vio en la preciosa versi¨®n del Contemplation de McCoy Tyner con la que abrieron. Garcia ya hab¨ªa grabado esta pieza en 2017 para su ¨¢lbum Nubya's 5ive y en Vitoria dej¨® ver la evoluci¨®n que ha protagonizado desde entonces. Su discurso es meditado y se apoya en acentos expresivos y en l¨ªneas el¨¢sticas que van caminando con el tema y su desarrollo, siempre bien abrigado por el buen hacer de su grupo. En ¨¦l destaca el extraordinario teclista Joe Armon-Jones (miembro de una de las bandas m¨¢s interesantes del momento en Reino Unido, Ezra Collective), que fue responsable de algunos de los mejores solos de la jornada, y la base r¨ªtmica del contrabajista Daniel Casimir y el baterista Sam Jones. Con hype o sin hype en el jazz brit¨¢nico, parece evidente que Nubya Garcia es un nombre que vamos a escuchar mucho en los pr¨®ximos a?os.

Lo mismo ocurrir¨¢ ¡ªaunque lleva ya un tiempo haci¨¦ndolo¡ª con el pianista Marco Mezquida, el saxofonista alto Ernesto Aurignac y el baterista Ram¨®n Prats; tres m¨²sicos de primera categor¨ªa que cuando se juntan se hacen llamar MAP. Cada uno figura entre los principales exponentes de su respectivo instrumento en nuestro pa¨ªs, y sin duda los tres est¨¢n entre los mejores m¨²sicos europeos de su generaci¨®n. Por esto, tal vez, su presencia en el programa de Mendizorrotza exig¨ªa algo especial: nada menos que un concierto del grupo acompa?ado por la imponente Banda Municipal de Vitoria-Gasteiz, resultando en m¨¢s de 50 m¨²sicos en el escenario. Sobre composiciones y arreglos del saxofonista, interpretaron una larga suite en la que tr¨ªo y orquesta se un¨ªan en momentos selectos, dejando que las partituras de Aurignac evocasen un amplio espectro tonal, entre Stravinsky y los ¨¢lbumes de Charlie Parker con orquesta de cuerdas que tanto ama el malague?o. Si bien el, digamos, experimento, result¨® m¨¢s que satisfactorio ¡ªteniendo en cuenta, adem¨¢s, que este no es el tipo de lenguaje al que est¨¢ habituado una banda municipal¡ª, fue el tr¨ªo el que demostr¨® por qu¨¦ es una de las mejores formaciones que uno puede escuchar en Espa?a hoy. Los tres m¨²sicos son improvisadores escalofriantes, y no hubo en Mendizorrotza una sola de sus intervenciones que no fuera excelente. Desde la flam¨ªgera expresividad de Aurignac al ingenio agotable de Prats o la genial capacidad improvisadora de Mezquida, todo en MAP es versatilidad y excelencia interpretativa, y su directo es completamente arrollador.

Cerr¨® la noche el supergrupo liderado por el pianista Danilo P¨¦rez, el saxofonista Chris Potter y el trompetista Avishai Cohen, completado por una secci¨®n r¨ªtmica de lujo, con el contrabajista Larry Grenadier y el baterista Johnathan Blake. Los cinco m¨²sicos son portentosos solistas de jazz con grandes carreras a sus espaldas, pero en su concierto qued¨® patente que hay algo que, tocando juntos, no son: un grupo. Todos hacen lo suyo, van aportando sus composiciones, improvisan sus ¡ªen ocasiones, brillantes¡ª solos, buscan los puntos de encuentro y tocan como lo que son: m¨²sicos enormemente talentosos y experimentados, pero no una formaci¨®n que suena con la complicidad de un grupo juntado y madurado de forma natural. Con todo, hubo momentos de gran nivel y todos ellos dieron muestra de la vigencia de su estatus en la escena internacional, y de por qu¨¦ sus apellidos son reclamo suficiente como para, al menos, ir a escuchar lo que tienen que decir.