Celsius 232: fantas¨ªa, cachopos y nombres propios
Avil¨¦s vuelve a convertirse estos d¨ªas en la capital mundial del terror y la ciencia ficci¨®n en la octava edici¨®n del festival que se adelanta a todos los 'hypes' del g¨¦nero
Un Arthur C. Clarke caminaba este jueves por entre las peque?as multitudes que se agolpan, aqu¨ª y all¨¢, alrededor de la calle San Francisco de Avil¨¦s, peque?a capital estos d¨ªas de la ciencia ficci¨®n, el terror y la fantas¨ªa mundial. Tade Thompson, el psiquiatra brit¨¢nico de origen nigeriano amante de brillantes apocalipsis de marcianos sanadores, aterriz¨® en el aeropuerto de Oviedo como un invitado m¨¢s de la edici¨®n de este a?o del Celsius 232 y se ir¨¢ el s¨¢bado con su Arthur C. Clarke fantasma bajo el brazo por Rosalera (Alianza). Son cosas que pasan. Hace ocho a?os, cuando el Celsius 232 inici¨® su imparable andadura, George R. R. Martin se pase¨® por las acogedoras calles empedradas de la localidad sin que nadie pudiera sospechar en la clase de gigante del g¨¦nero en que se iba a convertir.
El caso de Martin, como el de Patrick Rothfuss y Brandon Sanderson, el de la reina del ciberpunk Pat Cadigan, o, este a?o, el de la master del terror ruso Anna Starobinets, y la inclasificable Johanna Sinisalo ¨C no en vano, el g¨¦nero que practica recibe el apelativo de finnish weird, algo as¨ª como el extra?o definitivo, o la bomba explotag¨¦neros ¨C, dan una idea de la importancia del encuentro ¨C con ya m¨¢s de un autor asiduo: los hay que convierten la cita en aquello no van a perderse un verano tras otro, y ya no es solo Joe Abercrombie, el propio Sanderson y Kameron Hurley, vuelven ¨C en tanto que br¨²jula del pr¨®ximo hype se refiere. El Celsius, coinciden todos, es la clase de amigo que siempre sabe antes que nadie lo que quieres y necesitas, y nunca falla.
De coraz¨®n literario, puesto que el libro sigue mandando y los invitados son, b¨¢sicamente, escritores, el Celsius, como la vida en Jurassic Park, se abre camino hacia toda disciplina lim¨ªtrofe que celebre la imaginaci¨®n. As¨ª lo indica Diego Garc¨ªa, una de las tres cabezas pensantes tras el multitudinario programa. En Avil¨¦s, un Avil¨¦s lluvioso y con cortes de luz, unos cortes que obligaba, a ratos, a los autores (como el norteamericano Christopher Kastensmidt) a ponerse en pie y proyectar la voz como lo har¨ªa ante una clase de cientos de estudiantes, se dan cita en cuatro d¨ªas alrededor de un centenar de escritores y sobre todo, escritoras, pues, como dice Cristina Mac¨ªa, otra de sus responsables ¨C el tercero es Jorge Iv¨¢n Argiz ¨C, en el Celsius ¡°las mujeres somos mayor¨ªa¡±.
As¨ª, entre p¨®sters y camisetas de Day of the Tentacle, el flamante cl¨¢sico de la aventura gr¨¢fica de Ron Gilbert, y charlas de Hal Barwood ¨C y no ¨²nicamente sobre su condici¨®n de guionista de la m¨ªtica Encuentros en la Tercera Fase de Steven Spielberg sino tambi¨¦n como escritor de Indiana Jones and The Fate of Atlantis, el legendario videojuego ¨C, encuentros con los dobladores de Futurama ¨C este a?o la estrella es el Doctor Zoidberg, la langosta en chanclas de la serie sobre un futuro en el que los repartidores de pizza acaban visitando todo tipo de otros planetas de Matt Groening ¨C, talleres de microcuentos ¨C con m¨¢s de 100 inscritos por sesi¨®n ¨C, clases de esgrima antigua ¨C para ni?os y adultos ¨C, y por supuesto, presentaciones de libros (infantiles, juveniles, adultos), el Celsius da forma a esos otros mundos que no solo est¨¢n en este sino que a veces lo invaden por completo.
Es habitual que estos d¨ªas ardan las redes, y que se llenen de autores y, sobre todo, lectores, que tal vez sean futuros escritores, porque el Celsius es tambi¨¦n cantera de g¨¦nero, y el lugar al que editores interesados en todo lo que tenga que ver con lo fant¨¢stico deber¨ªan acudir en busca de sustento ¨C fue en el Celsius donde el a?o pasado Cerbero caz¨® a Kameron Hurley, autora de La revoluci¨®n feminista geek, y de la que este a?o presenta su primera y premiada novela God's War ¨C, degustando los c¨¦lebres cachopos asturianos. Se coincide en las terrazas que rodean al gigantesco auditorio ¨C en el que este jueves, durante el t¨ºte ¨¤ t¨ºte entre Rosa Montero y Elia Barcel¨®, no cab¨ªa un alfiler ¨C con los invitados, y se aprovecha para pedir selfies y discutir sobre personajes.
Como dec¨ªa Brandon Sanderson ¨C que ha firmado este mediod¨ªa cientos de libros en una sesi¨®n de m¨¢s de dos horas cuya cola empez¨® a formarse horas antes de que empezara ¨C, el Celsius es un festival homely, acogedor. ¡°Este es un a?o de crecimiento, sin duda¡±, dice Diego Garc¨ªa. Un crecimiento que ser¨¢ ¡°muy bienvenido¡± siempre que se respete el esp¨ªritu del festival, a?ade. ?Y cu¨¢l ese esp¨ªritu? El de una gran familia, contesta. Porque el festival es, por encima de todo, ¡°un punto de encuentro¡±. Al Celsius se viaja desde Sevilla, desde Madrid, desde Murcia, desde Barcelona. Hasta desde el extranjero. De Irlanda llega cada verano, por ejemplo, el ganador del Hugo Ian McDonald. La cosa no solo tiene a¨²n aspecto de ser la clase de suculento secreto mejor guardado con la que cualquier lector (y editor) esperar¨ªa cruzarse, sino que piensa mantenerse as¨ª mucho tiempo.
Ocurren, desde el principio, cosas especiales en el Celsius, y siguen ocurriendo. Este jueves, John Connolly, el autor noir que m¨¢s juega con lo paranormal, el fan de Stephen King que consigui¨® entrevistarle, decidi¨® que su charla la har¨ªa ¨ªntegramente en espa?ol, un espa?ol fascinantemente macarr¨®nico ¨C era la primera vez que se soltaba hasta ese extremo ¨C que evidenci¨® hasta qu¨¦ punto se sent¨ªa en casa. Habl¨®, sobre todo, de El libro de las cosas perdidas (Tusquets), y de empoderamiento femenino, aunque tambi¨¦n, de la amistad masculina y sus poco exploradas posibilidades narrativo fant¨¢sticas. Tal vez fue que, como dijo Sanderson, sinti¨® que hab¨ªa entrado en una casa que fue en alg¨²n momento tu casa, y que, inevitablemente, si nada cambia, va a seguir si¨¦ndolo.
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