Roma despide con palabras de agradecimiento al maestro Camilleri
La familia, siguiendo la voluntad del propio novelista, ha decidido que no se estableciera una capilla ardiente ni se celebraran funerales p¨²blicos
Andrea Camilleri (Porto Empedocle, 1925-Roma, 2019) naci¨® para contar historias. "Si pudiera me gustar¨ªa acabar mi carrera sentado en una plaza contando historias y, al final de mi cuento, pasar entre el p¨²blico con la boina en la mano¡±, sol¨ªa decir. La suya personal tiene su punto final en un apacible rinc¨®n del cementerio acat¨®lico de Roma, un buc¨®lico camposanto donde reposa el escritor desde este jueves y al que acudieron cientos de personas para darle el ¨²ltimo adi¨®s.
La familia, siguiendo la voluntad del propio novelista, fallecido el mi¨¦rcoles a los 93 a?os, ha decidido que no se estableciera una capilla ardiente ni se celebraran funerales p¨²blicos. As¨ª, fue sepultado este jueves tras una ceremonia privada en el cementerio por la ma?ana y por la tarde, el camposanto abri¨® sus puertas para que quien quisiera fuera a despedirse. Una legi¨®n de centenares de seguidores fue pasando frente a la tumba, ya cubierta desde primera hora con flores y una marea de cartas.
Alguien cercano al escritor hab¨ªa dejado una maceta con un olivo, tan propio de su adorada Sicilia y tan recurrente en sus libros, como el viejo olivo sarraceno bajo el que se refugia su personaje m¨¢s popular, el comisario Montalbano, con un buen suministro de cigarrillos. De forma evocadora, bajo las ramas del peque?o ¨¢rbol de la sepultura, tambi¨¦n descansaba acostado un cigarro, casi una de las se?as de identidad del escritor, un complemento del que no se separ¨® durante toda su vida. Hab¨ªa quien buscaba en su bolso un pitillo para depositarlo tambi¨¦n junto a las flores y quien hac¨ªa cola para dejar unas palabras de cari?o y agradecimiento en el libro de visitas que hab¨ªa instalado la familia. "Gracias" es sin duda la palabra m¨¢s repetida. "Te he adorado tanto como escritor, pero mucho m¨¢s todav¨ªa como persona", escrib¨ªa una persona. "He le¨ªdo 103 libros tuyos, pero hubiera querido que fueran un mill¨®n", anotaba otra; "gracias por todo lo que nos has dado y todav¨ªa nos dar¨¢s", escribi¨® alguien al escritor, que tiene a¨²n pendiente la publicaci¨®n de al menos dos libros p¨®stumos.
Muchos susurraban entre ellos comentando la grandeza del maestro, por el que Italia siente aut¨¦ntica adoraci¨®n, y la belleza del lugar. Un cementerio ¡®no cat¨®lico¡¯, enclavado a los pies de la muralla romana y de espaldas a la Pir¨¢mide Cestia y que ha servido desde el siglo XVIII de enterramiento para quienes no profesaban el catolicismo dominante en la ciudad, la mayor¨ªa extranjeros.
Camilleri, comunista hasta la m¨¦dula y ateo declarado, reposa en una tumba a ras de suelo, en el coraz¨®n del camposanto, que visit¨® en varias ocasiones en vida, a la sombra de un pino centenario y de algunos cipreses. En el mismo emplazamiento, tambi¨¦n llamado ¡®el cementerio de los poetas¡¯ encontraron descanso eterno otros nombres ilustres de las letras, como los literatos brit¨¢nicos John Keats y Percy Shelley, as¨ª como el hijo de Goethe, August von Goethe, que falleci¨® durante un viaje a Roma. Y tambi¨¦n de la pol¨ªtica, como Antonio Gramsci, fil¨®sofo y fundador del Partido Comunista italiano.
"Aqu¨ª tendr¨¢ muchos compa?eros con los que hablar", reconoci¨® una de las tres hijas del escritor, Andreina Camilleri, saludando a la alcaldesa de la ciudad, Virginia Raggi, que destac¨® que el novelista "contando su tierra, Sicilia, ha contado toda Italia, sus contradicciones y su inmenso patrimonio de historia, cultura y humanidad". Durante la tarde, tambi¨¦n se acercaron para despedir al maestro otras autoridades de todo el arco pol¨ªtico, como el ministro de Cultura, Alberto Bonisoli, que se?al¨® que ya le echaba de menos. "Faltan intelectuales", dijo y a?adi¨® que "era una persona libre que dec¨ªa cosas que te gustaban y cosas que no, pero cuando hablaba ten¨ªa una rectitud moral que no es com¨²n encontrar".
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