El tut¨² mexicano quiere volar m¨¢s alto
El Festival Despertares organiza un taller para capacitar a los profesionales de un sector con un potencial inexplorado
El primer tut¨² de Isaura P¨¦rez doli¨®. Ten¨ªa unos 12 a?os, era estudiante de ballet en el Estado de Tabasco, regi¨®n petrolera del sur de M¨¦xico, y llevaba tiempo so?ando con el momento de enfundarse ese vestido vaporoso, de tul y brocado, que parece una flor de loto del rev¨¦s. Pero el suyo sali¨® con espinas. ¡°Fue horrible¡±, cuenta esta joven de 23 a?os. ¡°Lo hizo una costurera que hac¨ªa vestidos de novia. El cors¨¦ llevaba 16 varillas que se me clavaban cada vez que alzaba la pierna¡±.
Diez a?os despu¨¦s de aquella primera vez, P¨¦rez ha dejado de ponerse tut¨²s para empezar a confeccionarlos. Nadie le ense?¨® y es consciente de sus lagunas. ¡°Me falta la t¨¦cnica, explica. ¡°Al principio, me quedaban chuecos¡±. P¨¦rez es una de las participantes de un taller organizado en Guadalajara en el marco del Festival Despertares para profesionalizar un sector, con potencial de crecimiento pero falto de herramientas y capacitaci¨®n.
En tres d¨ªas cada grupo tiene que coser un tut¨² de plat¨® est¨¢ndar: una falda con varias capas de tul y un cors¨¦ de brocado rosa. Sobre las mesas de trabajo est¨¢n los patrones, varios metros de tela y tijeras con empu?adura dorada.¡°En M¨¦xico hay muy pocos lugares donde los hagan bien y uno mal hecho puede estropear el producto final¡±, explica Isaac Hern¨¢ndez, el primer bailar¨ªn del English National Ballet y director del festival, sobre la confecci¨®n de tut¨²s, una industria que quiere impulsar con actividades como esta.
Suenan las m¨¢quinas de coser de fondo, mientras Serena Fusai, una de las dos costumiers del English National Ballet encargadas de dar el taller, prueba la tirantez de dos pedazos de tela. ¡°Me gusta m¨¢s este, es m¨¢s r¨ªgido¡±, le dice a Javier Zavala, exbailar¨ªn de 38 a?os. El material utilizado para la petrina, la parte que sujeta el vestido a la cintura, es clave. ¡°Si es demasiado flexible, puede bailar y ser inc¨®modo¡±, explica, a lo que Zavala responde con la exclamaci¨®n de alguien que llevaba tiempo buscando una respuesta.
El misterio de la petrina fue una de las razones que empujaron a Zavala a apuntarse. ¡°El material que utilizamos nosotros es demasiado gordo y no sujeta bien¡±, dice este dise?ador autodidacta. Trabaja como coordinador en una escuela p¨²blica de danza en Guadalajara. Como la mayor¨ªa de alumnas no se pueden permitir comprar un tut¨² y faltan apoyos del Estado, ¨¦l mismo ha tenido que apa?¨¢rselas. Dibuja los vestidos sobre papel, pinta los adornos con spray dorado, y pega piedras preciosas de pl¨¢stico en las telas. ¡°Somos de salivazo y tijeras de pollo¡±, r¨ªe Martha Sotelo, una de las madres que le ayudan y que tambi¨¦n asiste al taller. ¡°Imaginate si le hago un ajuste a Tamara Rojo y me ve haciendo esto¡±, dice mientras lucha con un hilo rebelde.
Fusai les ha pasado una chuleta con una nueva t¨¦cnica de plisado del tut¨² que permite ahorrar hasta una cuarta parte de material: capa 1, pliegues sencillos sobrepuestos; capa 2, tres pliegues sencillos y uno doble; capa 3, dos pliegues sencillos y uno doble¡Y as¨ª hasta llegar a nueve. Suavemente, Zavala pasa la mano sobre las capas. ¡°Este tul es perfecto, pero nunca lo he visto aqu¨ª¡±, dice. ¡°Vamos a tener que ir al DF a ver si lo encontramos¡±. Fusai reconoce que algunos materiales no son tan f¨¢ciles de conseguir en M¨¦xico, aunque asegura que se pueden buscar alternativas.
Con o sin el tul perfecto, el tut¨² tiene potencial como negocio. El material cuesta menos de 1.000 pesos, unos 50 d¨®lares, y el producto final puede llegar a venderse por cinco veces m¨¢s. La demanda tambi¨¦n acompa?a. ¡°M¨¦xico es uno de los pa¨ªses con m¨¢s certificaciones de ense?anza de la Royal Academy of Dance¡±, explica Isaac Hern¨¢ndez. ¡°El ballet pasa por un mejor momento¡±.
Una moda que ha alcanzado Villahermosa, la ciudad de poco m¨¢s de medio mill¨®n de habitantes de donde viene Isaura P¨¦rez. En apenas una d¨¦cada, el n¨²mero de escuelas de ballet ha crecido de las cinco que hab¨ªa cuando ella estudiaba a las 30 de la actualidad. Un nicho que P¨¦rez no quiere desaprovechar. Ha decidido vender las m¨¢quinas de coser caseras que tiene y comprar industriales, ahora que las ha aprendido a controlar en el taller.
Zavala tambi¨¦n tiene planes. ¡°Hemos sido los primeros en acabar¡±, dice orgulloso. Su grupo ya ha probado el tut¨² blanco y rosa en una bailarina. Ojal¨¢ queden igual de bien los del almac¨¦n de la escuela, piensa. All¨ª guarda varios, algo espachurrados. De cara al pr¨®ximo Cascanueces de Tchaikovsky, previsto para Navidad, quiere devolverles el ¡°vapor¡± perdido con el nuevo plisado. Y piensa en un tut¨² blanco con ribetes dorados y piedras preciosas de pl¨¢stico en los contornos.?El tut¨² que vestir¨¢ la protagonista cuando atraviese el escenario con sus piruetas.
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