El gran edificio de los ¨ªberos
La Universidad de Castilla-La Mancha desentierra intacta en Cuenca la mayor construcci¨®n ¨ªbera conocida, de tres metros de altura, dividida en tres estancias y con numerosas hornacinas
En plena Edad del Bronce (entre el 2100 y el 1500 antes de nuestra era), unos pobladores se asentaron en un otero escarpado a las afueras del actual municipio de Garcinarro (Cuenca). Unos 400 a?os antes de Cristo fueron sustituidos por una poblaci¨®n ¨ªbera que, a su vez, fue sojuzgada por los romanos. Pero como nada es inmutable, a estos los remplazaron los visigodos. Y cada una de las culturas que llegaron al mont¨ªculo no destruyeron lo que las anteriores hab¨ªan levantado, sino que lo taparon.
As¨ª, lo que hoy es el yacimiento arqueol¨®gico de La Cava, de casi ocho hect¨¢reas, se convirti¨®, como dicen los expertos, ¡°en una serie de c¨¢psulas del tiempo¡±. Cuando las han abierto, los arque¨®logos han desenterrado el m¨¢s espectacular edificio ¨ªbero que se conoce: una edificaci¨®n completa de tres estancias y de m¨¢s de tres metros de altura. ¡°Hasta donde sabemos, y seguimos investigando, no conocemos nada igual. Pensemos que habitualmente lo que solemos descubrir en este tipo de yacimientos son restos de muros realizados con piedras o adobes, que en raras ocasiones superan el metro de altura¡±, explica el director de las excavaciones, Miguel ?ngel Valero, profesor de Historia Antigua de la Universidad de Castilla-La Mancha. Mar Juzgado, arque¨®loga del equipo de Valero, a?ade: ¡°Desconocemos lo que vamos encontrar en esta campa?a, porque no hay nada igual con qu¨¦ compararlo¡±.
A principios de esta d¨¦cada, el entonces alcalde de Garcinarro, Antonio Fern¨¢ndez Odene, insist¨ªa una y otra vez ante las Administraciones en que a las afueras de su pueblo ¡°hab¨ªa algo¡±. Nunca obtuvo una respuesta hasta que Valero se fij¨® en aquel extra?o punto que aparec¨ªa en la carta arqueol¨®gica (documento secreto donde se se?alan los posibles yacimientos de una zona) y le prest¨® atenci¨®n. Comenzaron las excavaciones en 2014 y la sorpresa fue may¨²scula: un batiburrillo de culturas que hab¨ªan ocupado un cerro estrat¨¦gico de las comunicaciones norte-sur del centro peninsular, sobre un cortado de m¨¢s de 60 metros de altura.
El complejo incluye, adem¨¢s del ¡°edificio singular¡± de unos 70 metros cuadrados, los restos de un poblado de la Edad del Bronce, una muralla de esta etapa cuya altura a¨²n se desconoce y que est¨¢ en proceso de excavaci¨®n, un ¨¢rea de cazoletas (cientos de peque?os agujeros sobre una superficie rocosa) que pueden tener una finalidad de culto o art¨ªstica, pero sin descartar otras, un ca?¨®n de 70 metros de longitud y unos siete de profundidad excavado en la roca por los pueblos prerromanos, as¨ª como decenas de grutas donde los eremitas habitaron en ¨¦poca visigoda. Los arque¨®logos ignoran la funci¨®n del ¡°edificio singular¡±.
Barajan diversas teor¨ªas, como que se trate de un templo o una zona de almacenaje y transformaci¨®n de productos, pero no descartan ninguna otra. El edificio estaba dividido en tres estancias (una de ellas, adem¨¢s, subdividida en dos habitaciones). A la central se acced¨ªa a trav¨¦s de una puerta p¨¦trea con dintel y su muro sur estaba presidido por una gran hornacina de m¨¢s de un metro de altura. El dintel posiblemente estaba agujereado en su centro, y a trav¨¦s de esta hendidura los rayos inundaban la sala e incid¨ªan sobre la hornacina, donde los ¨ªberos pudieron colocar alguna divinidad.
Lo curioso es que el sol solo tocar¨ªa al dios perpendicularmente a finales del mes de agosto, una fecha lejana de los solsticios de verano e invierno, algo que no ocurre en el resto de relojes solares del mundo. ¡°Es un misterio, porque el final de agosto no coincide con ninguna etapa agr¨ªcola. ?Para qu¨¦ querr¨ªan marcar esa fecha?¡±, se pregunta Valero.
Posiblemente, un movimiento s¨ªsmico provoc¨® la ca¨ªda del dintel, que cay¨® por el enorme cortado que bordea el r¨ªo de la Vega y que protege el edificio por el norte. Los arque¨®logos creen que lo encontrar¨¢n. El interior de las salas est¨¢ rodeado de hornacinas y piletas y en los suelos se distinguen varios hogares y hasta las huellas de una mesa. En los niveles estratigr¨¢ficos de las diversas culturas que pasaron por La Cava se ha hallado cer¨¢micas, f¨ªbulas y herramientas (martillos y picos) ib¨¦ricos; fragmentos de terra sigilata (vajilla romana) y escoria met¨¢lica de ¨¦poca visigoda.
El conjunto se ha conservado hasta nuestros d¨ªas porque los pastores lo reutilizaron. Convirtieron los edificios ¨ªberos en corrales. El misterioso ca?¨®n de 70 metros, retechado y cerrado con un portal¨®n, resultaba un lugar adecuado para guardar decenas de animales. Estos, con sus deposiciones, iban, a la vez, sellando los restos que ¨ªberos, romanos y visigodos hab¨ªan dejado sobre el terreno durante m¨¢s de 25 siglos. Hasta que llegaron los arque¨®logos y se hicieron preguntas.
Vikingos, altares de sacrificios, m¨²sica celta y el dios Thor
Garcinarro es un pueblo de 121 habitantes de la Alcarria. El anterior alcalde, Antonio Fern¨¢ndez, intent¨® de todas las maneras posibles reactivar el turismo rural. No dud¨® en organizar visitas al yacimiento, aunque le ech¨® mucha imaginaci¨®n. Los visitantes eran recibidos por vikingos, celtas, caballeros, m¨²sica medieval y todo aquello que pueda provocar una sonrisa en el p¨²blico. ¡°Ya le he dicho que todo eso no tiene nada que ver y que no vamos a participar¡±, explica Valero, ¡°pero ¨¦l hace lo que puede por la econom¨ªa del pueblo. Le entiendo¡±. Un programa televisivo de misterios ha asegurado, incluso, que una roca, que asemeja una serpiente, es el dios Thor, y hasta una peque?a cantera fue convertida ¡°en altar de sacrificios¡±. Le vierten tinta roja para aparentar sangre. ¡°No hacen da?o a nadie, incluso cuidan el yacimiento, pero de ah¨ª a que sea verdad lo que dicen...¡±, concluye el profesor universitario mientras se encoge de hombros.
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