Fotograf¨ªa latinoamericana: cuando las im¨¢genes gritan

M¨¢s all¨¢ de los clich¨¦s y estereotipos que forjan la identidad de Am¨¦rica Latina en las distintas partes del mundo, existe una realidad tan diversa como contradictoria y que, expresada a trav¨¦s de su fotograf¨ªa, podr¨ªa reflejar dos caracter¨ªsticas que contribuyen a definirla: su lucha contra los reg¨ªmenes autoritarios y su af¨¢n por lo experimental. Bajo estas dos particularidades se articula Urban Impulses, una exposici¨®n en Londres que recorre medio siglo en el desarrollo de la fotograf¨ªa latinoamericana y que incluye a figuras relevantes como Graciela Iturbide, Alberto Korda y Sergio Larrain, junto a artistas emergentes como Beatriz Jaramillo o Eduardo Longoni.

Los comisarios de la exhibici¨®n, Mar¨ªa Wills y Alexis Fabry, han querido acotar esta definici¨®n centr¨¢ndose en los espacios urbanos. De esta forma son setenta y tres los artistas ¡ªpertenecientes a la colecci¨®n de Leticia y Stanislas Poniatowski y representados en 200 im¨¢genes¡ª que capturaron ese instante destinado a pasar desapercibido o encontraron inspiraci¨®n para su obra en la fren¨¦tica coreograf¨ªa de la ciudad. ¡°La experiencia de las calles urbanas, de la luz parpadeante, del fluir de los transe¨²ntes, el ritmo de la actividad, su sonido y olor, su atm¨®sfera, se convierte en el objeto de la mirada fotogr¨¢fica¡±, escriben los comisarios en el cat¨¢logo que acompa?a a la muestra.

Dividida en dos cap¨ªtulos que dialogan entre s¨ª, Shouts (Gritos) y Pop-ular, la exposici¨®n comienza en 1959 con la revoluci¨®n cubana y llega hasta 2016. ¡°En Latinoam¨¦rica la fotograf¨ªa ha funcionado como testimonio y como forma de afirmar posiciones pol¨ªticas para combatir a los reg¨ªmenes autoritarios¡±, se?ala Alexis Fabry. ¡°Pongamos por ejemplo a Chile, donde en la ¨¦poca de Pinochet hubo toda una generaci¨®n de fot¨®grafos que optaron por la fotograf¨ªa como medio de expresi¨®n debido al contexto pol¨ªtico que los rodeaba. Claudio P¨¦rez o los hermanos Montecino probablemente nunca hubiesen sido fot¨®grafos de no ser por esta coyuntura. Hay muy pocos casos de contextos que han generado fot¨®grafos, y este es uno¡±. De la misma forma, la muestra pone el ¨¦nfasis ¡°en el fecundo di¨¢logo establecido desde el modernismo, entre la vanguardia y la cultura popular. En ambos cap¨ªtulos queda claro el talante experimental del medio. As¨ª, nos hemos planteado una definici¨®n de la fotograf¨ªa amplia y poco ortodoxa, que incluye otros formatos como el collage y la serigrafia¡±.

Diego Levy capta la violencia de las manifestaciones que tuvieron lugar en M¨¦xico DF en 2003; Jaime R¨¢zuri refleja el lamento del pueblo peruano expresado en un grafiti; ?lvaro Hoppe documenta la tensi¨®n vivida en las calles de Santiago en los a?os setenta y ochenta; en los collages de Enrique Bostelmann, los l¨ªderes revolucionarios se mezclan entre los ni?os y los campesinos; y Agust¨ªn Mart¨ªnez Castro nos adentra en la intimidad de los camerinos de unos travestis poco antes de la funci¨®n. ¡°Desde la revoluci¨®n cubana se estableci¨® una especie de tradici¨®n por la cual para denunciar era necesario mostrar. Era necesario reflejar la agresi¨®n, el miedo y el sufrimiento de forma realista. Sin embargo, a partir de los a?os noventa los fot¨®grafos empiezan claramente a establecer estrategias oblicuas. As¨ª, nos encontramos a la colombiana Mar¨ªa Elvira Escall¨®n, que evoca de forma metaf¨®rica la gran violencia que sacudi¨® Colombia en los cincuenta¡±.

¡°Latinoam¨¦rica es un pastiche del pasado y del presente, de lo local y lo internacional¡±, escriben los comisarios. Las obras son por tanto el resultado de esta condici¨®n h¨ªbrida, ¡°desgarrada entre el mundo prehisp¨¢nico, la experiencia poscolonial y los impulsores capitalistas que implacablemente han invadido el proceso de consolidaci¨®n de las ciudades. El caos act¨²a como una fuerza de emancipaci¨®n¡±. De esta forma, aunque la iconograf¨ªa pop fue asimilada en el comercio y en la publicidad marcando la identidad visual de las ciudades, lo popular no es un reflejo directo de un modelo consumista, sino que mantiene un significado adaptado a su contexto, mediante una constante simbiosis entre lo vern¨¢culo y lo externo.

¡°La experimentaci¨®n es clave por muchos motivos¡±, afirma Fabry. ¡°El primero es la escasez de medios. A esto se suma que no existe el peso de una fotograf¨ªa ortodoxa como ocurre en Estados Unidos, donde existe un canon de c¨®mo debe estar compuesta, iluminada, etc. El collage o la fotocopia se convierten en opciones m¨¢s realistas para trabajar. Para muchos artistas, como el Grupo Suma de M¨¦xico, la materialidad de la obra se vuelve una zona de combate, el soporte se convierte en un territorio de enfrentamiento, y los raspones, las masas de pintura y otras alteraciones se convierten en parte de esa obra¡±. La libertad a la hora de crear tambi¨¦n viene dada por el talante autodidacta de la mayor¨ªa de los artistas. ¡°Incluso Miguel ?ngel Rojas, cuya obra fue muy celebrada en los setenta, no tuvo una formaci¨®n de fot¨®grafo, y cuando recog¨ªa los encuentros homosexuales en el teatro Faenza de Bogot¨¢, lo hac¨ªa con una peque?a c¨¢mara escondida en su chaqueta. Todo lo accidental que esto genera se vuelve obra¡±, se?ala el comisario.

La fotograf¨ªa vern¨¢cula tiene una presencia importante en la exposici¨®n. Incluye la obra del peruano Nicol¨¢s Torres, que en los a?os noventa trabajaba como alba?il y que forma parte de una generaci¨®n que huye del campo a la ciudad. Fotografiaba las fiestas nocturnas y al d¨ªa siguiente expon¨ªa en su casa las fotos colgadas con alfileres a disposici¨®n de los retratados. ¡°?l se quedaba con las fotos que la gente no quer¨ªa¡±, cuenta Fabry, ¡°justo las m¨¢s interesantes, las m¨¢s comprometidas. Esto es un reflejo de la escasez de medios en comparaci¨®n con Europa, donde en ese tiempo era muy raro que alguien tuviese que comprar un retrato a un profesional¡±. El cambio de lo anal¨®gico a lo digital e Internet ha supuesto que ¡°en t¨¦rminos fotogr¨¢ficos la sintaxis latinoamericana sea cada vez menos espec¨ªfica y el car¨¢cter experimental haya disminuido, aunque por esto no dejan de ser buenos fot¨®grafos¡±.

?Y en cuanto a la presencia de la mujer? ¡°Los fot¨®grafos con m¨¢s exposici¨®n hoy d¨ªa en Latinoam¨¦rica quiz¨¢s sean Paz Err¨¢zuriz y Graciela Iturbide¡±, se?ala el comisario. ¡°No creo que esto realmente refleje la situaci¨®n real de la mujer en la fotograf¨ªa latinoamericana, donde evidentemente hay m¨¢s hombres que mujeres, pero quiero pensar que es una buena se?al¡±.

Es algo reciente que Am¨¦rica Latina se vea incluida en la gran historia de la fotograf¨ªa escrita bajo el canon europeo y norteamericano. ¡°Yo compar¨® este apetito actual por parte de las instituciones estadounidenses con lo que pas¨® hace dos d¨¦cadas con Jap¨®n¡±, apunta Fabry. ¡°De repente, se es consciente de una fotograf¨ªa diversificada y de enorme riqueza, con un car¨¢cter experimental fuerte. Pero creo que en unos a?os este apetito por la novedad ser¨¢ inferior, aunque la fotograf¨ªa latinoamericana encontrar¨¢ un espacio m¨¢s confortable¡±.

Urban Impulses: Latin American Photography from 1959-2016. The Photographer's Gallery. Londres. Hasta el 16 de octubre.