¡°Siempre dije que cantar¨ªa con Beyonc¨¦ y me tomaban por loca¡±

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El afrobeats de Nigeria es el estilo que m¨¢s peso tiene en el disco. La mayor¨ªa de los m¨²sicos con los que ha contado Beyonc¨¦ son estrellas populares de ese pa¨ªs: WizKid, Tiwa Savage, Yemi Alade, Tekno, Burna Boy y Mr Eazi. Hay un cantante de Ghana, especializado en dancehall, Shatta Wale. Salatiel de Camer¨²n, el ¨²nico artista de la parte franc¨®fona presente en The Gift. Y los sudafricanos Busiswa y Moonchild Sanelly, que le dan el toque del?gqom, el estilo de la electr¨®nica procedente de los suburbios de Durban. Estas son las historias detr¨¢s de las canciones My Power y Water.

My Power es un grito a la fuerza de las mujeres. La artista Moonchild Sanelly estuvo un a?o mandando m¨²sica al equipo de Beyonc¨¦. So?aba con estar en el ¨¢lbum. ¡°En mis entrevistas dec¨ªa que un d¨ªa cantar¨ªa con Beyonc¨¦. Pensaban que estaba loca¡±, explica desde el otro lado del tel¨¦fono. Esta embajadora del?gqom y el kwaito, sali¨® de su ciudad natal, Puerto Elizabeth, con 19 a?os, una maleta y algo de efectivo porque su t¨ªo abusaba sexualmente de ella y nadie le cre¨ªa. Se traslad¨® a Durban, la cuna de la m¨²sica electr¨®nica sudafricana, e intent¨® triunfar por todos los medios. Su objetivo: salir un d¨ªa en un medio de comunicaci¨®n nacional para denunciar la violaci¨®n que sufri¨®. Lo logr¨®. Y entonces empez¨® a recibir mensajes de muchas mujeres que hab¨ªan pasado por lo mismo. ¡°Cambi¨¦ el relato. Us¨¦ lo que me quitaron para empoderarme a m¨ª y a otras mujeres¡±.

En un pa¨ªs en el que el honor familiar pesa m¨¢s que la libertad de las mujeres, Moonchild opta por hablar abiertamente de sexualidad. Y su narrativa la hace mezclando su ¡°ingl¨¦s roto¡± y el xhosa. Usa ambos idiomas en los versos que escribi¨® para My Power. ¡°Ya no tenemos que sonar como una persona blanca para que nos respeten. Llenamos conciertos en Europa y el p¨²blico se sabe nuestras canciones¡±. Para ella, lo que funciona es ser aut¨¦ntico y cree que por eso los estadounidenses se inspiran en ?frica. ¡°Los sudafricanos tenemos que saber cu¨¢l es nuestro poder¡±.

El pasado 24 de mayo, el cantante camerun¨¦s Salatiel abri¨® su bandeja de entrada y se encontr¨® con un correo electr¨®nico del equipo de Beyonc¨¦. Quer¨ªan que participara en un proyecto de la cantante. No le especificaron cu¨¢l. ¡°Pens¨¦ que era una broma pesada¡±, dice. No hab¨ªa contrato, ni detalles. Pasaron las semanas y por fin supo que era real. El equipo de Beyonc¨¦ hab¨ªa rastreado en Internet para encontrar una voz como la de ¨¦l. ¡°Quer¨ªan ritmos verdaderamente africanos, me pidieron que cantara los coros¡±. Dos semanas antes de la publicaci¨®n del disco, entre dos conciertos, Salatiel tuvo una sesi¨®n digital con Beyonc¨¦ y Pharrell Williams para grabar?Water. Todo el disco se produjo en Los ?ngeles, por lo que los artistas africanos mandaban sus sesiones de forma telem¨¢tica. Todo fue tan r¨¢pido que Salatiel no pudo conocer a Beyonc¨¦, ni asistir al estreno de la pel¨ªcula.

El autor de Anita y Toi et Moi es el ¨²nico artista franc¨®fono que aparece en el disco. Y se siente muy orgulloso de eso. Frente al ¨¦xito que tienen sus vecinos nigerianos, cree que el acceso a los mercados internacionales es mucho m¨¢s dif¨ªcil para la ?frica que habla franc¨¦s. Para ¨¦l se debe a varios motivos. Por un lado, Nigeria tiene la mayor poblaci¨®n del continente y eso se refleja en su alcance. Tambi¨¦n tienen mejores conexiones con Occidente y representantes estadounidenses o europeos. ¡°Nosotros tenemos una distribuci¨®n muy limitada a lo local¡±, explica. Por eso, poder participar en este ¨¢lbum para ¨¦l es un paso gigantesco. ¡°Es una manera de mantener la cabeza alta, mostrarle al mundo que, aunque seamos 30 millones, tenemos 300 tribus, cada una con sus lenguas y sus m¨²sicas". Para el cantante, el gran escollo de los artistas del centro y este de ?frica es la falta de presencia en el mundo digital. Lo que Sataliel no llega a entender es por qu¨¦ Instagram, Facebook o Twitter no le verifican las cuentas. ¡°Tenemos millones de reproducciones. ?Acaso no somos parte del mundo?¡±, se pregunta.