Ariana Harwicz: ¡°Los hombres se sienten se?alados, piensan que los van a quemar vivos¡±
La escritora argentina da voz a un ped¨®filo femicida en 'Degenerado', su ¨²ltima novela
En 2007 la argentina Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977) emigr¨® a Francia y en esa tierra desconocida engendr¨® una literatura atravesada por ambos pa¨ªses. "Mi escritura es producto de mi extranjer¨ªa. Nunca escrib¨ª ac¨¢, ni una l¨ªnea", dice de visita en su ciudad natal, donde ha presentado su cuarta novela, Degenerado. Despu¨¦s de tres libros protagonizados por mujeres que cuestionaban los mandatos de la maternidad, la pareja y las relaciones familiares, Harwicz da un gran salto para dar voz a un ped¨®filo femicida sin abandonar la primera persona torrencial que caracteriza su prosa.
"En Argentina todo pasa por el sexo y la pol¨ªtica"
"El deseo es el deseo, como va a ser legislado, es una puesta en absurdo de vuestra legalidad, de vuestros pruritos", se defiende el protagonista de la novela ante jueces y fiscales. "Mi idea fue trabajar con los discursos sociales y pol¨ªticos de lo que est¨¢ pasando en Argentina, en Francia, en las democracias occidentales. Trabajar con el hombre como sujeto acusado de un crimen, en el banquillo de los acusados. El hombre contempor¨¢neo es el hombre acusado, linchado", arranca Harwicz en la entrevista, realizada en un caf¨¦ de Buenos Aires. "Pens¨¦ que el crimen hoy por excelencia es el crimen sexual y dentro de ellos el crimen sexual con ni?os. El personaje solo fue tirando por ah¨ª. Despu¨¦s tambi¨¦n fui a lo sexual porque soy argentina y en Argentina todo pasa por el sexo y la pol¨ªtica.
Para crear al protagonista trat¨® de "mirar a muchos hombres, escuchar a acusados y verlos razonar". Uno de los casos que sigui¨® m¨¢s de cerca fue el juicio a La Manada, el de los cinco amigos condenados a 15 a?os de c¨¢rcel por la violaci¨®n en grupo de una adolescente en la ciudad espa?ola de Pamplona durante las fiestas de los sanfermines de 2016. "Es re interesante lo de los chicos de La Manada. Les creo en su cinismo cuando dicen: 'Yo no hice nada, estuve con una t¨ªa'. No les parece que eso sea una vejaci¨®n, un crimen y es que la sociedad siempre los aval¨®. Aqu¨ª tambi¨¦n pasa con rockeros, cantantes como Cristian Aldana que no aceptan el crimen y sienten injusta la acusaci¨®n. El degenerado se hace eco de esos discursos en los que los hombres se creen los inocentes".
Pregunta. ?Cree que hay un cambio cultural que ha dejado de avalar estos hechos?
Respuesta. Es innegable que hay algo parecido a una revoluci¨®n en marcha. Lo ves en las escuelas secundarias, en c¨®mo piensan las chicas de 12, 13, 14. En las habitaciones de las adolescentes argentinas no est¨¢ s¨®lo el Ricky Martin o Robin Williams de turno sino que est¨¢ el pa?uelo verde [a favor de la legalizaci¨®n del aborto]. Pero para que haya un cambio cultural que modifique una cultura arraigada en la violencia machista hay que esperar. Esperar 10, 20, 30 a?os para ver si esto que llaman caza de brujas a los hombres, a los femicidas, qued¨® en una especie de euforia o si sienta precedente para el futuro.
"Espero que sea tan natural ser madre como no serlo"
Matate, amor (Lengua de Trapo), La d¨¦bil mental (Maldulce) y Precoz (Rata), Harwicz conforman una trilog¨ªa sobre las relaciones materno-filiales. Con Degenerado Harwicz abre un universo nuevo pero los pensamientos del protagonista tambi¨¦n vuelven una y otra vez a su infancia y a la crianza. La escritora, madre de un ni?o, cree que el mandato de la maternidad es mayor en Argentina que en muchos pa¨ªses europeos. Sin embargo, subraya que es a¨²n una pregunta recurrente a actrices y personajes p¨²blicos femeninos de cualquier pa¨ªs por qu¨¦ decidieron no ser madres o cu¨¢ndo van a serlo. "Alg¨²n d¨ªa espero que sea tan natural ser madre como no serlo", afirma.
P. ?Caza de brujas a los hombres?
R. He escuchado decir a muchos hombres, cuando no tienen el micr¨®fono delante, que es insoportable, que se sienten acosados. Volvemos al Medievo al rev¨¦s, la Inquisici¨®n contra los hombres. Se sienten se?alados y piensan que los van a quemar vivos. '?Qu¨¦ quieren que hagamos? No podemos mirar un culo, no podemos gritar a nuestras novias aunque ellas nos griten porque entonces somos violentos'. Toda revoluci¨®n es excesiva, hay bombardeos, se cortan cabezas, y yo no quisiera ser hombre en esta ¨¦poca, pero as¨ª y todo bastante bien porque cabezas no estamos cortando.
P. Tu literatura se caracteriza por ir contra tab¨²es, pero ?c¨®mo fue en este contexto de lo pol¨ªticamente correcto encarnar a un ped¨®filo?
R. Ten¨ªa miedo. Una de las veces que fui a Cuba me dijeron que lo peor era el s¨ªndrome de miedo adquirido. Hace muchos a?os, pero eso siempre me qued¨®. No es propio s¨®lo de Cuba ni del comunismo sino de todos lados, llega un momento en el que no hace falta que te vigilen sino que ya t¨² misma te censur¨¢s. Pensaba si siendo mujer no es mucho provocar poner un ped¨®filo que dice que el deseo no es legislable, que es incontrolable, que la chiquita sinti¨® algo. Pens¨¦ que me iban a destruir, pero hacer algo que m¨¢s o menos se acomode a las expectativas de la ¨¦poca me hubiese hecho sentir muy mal conmigo misma. Creo que la ¨¦tica del escritor o del cineasta es hacer la pel¨ªcula o el libro que tiene que hacer. Me arriesgu¨¦ y creo que sali¨® bien porque hay un inter¨¦s por leer eso tambi¨¦n. Est¨¢ lleno de libros que cuentan el femicidio desde una v¨ªctima y por ah¨ª son excelentes, pero este lo cuenta desde el victimario.
Harwicz lleva 15 d¨ªas en Buenos Aires y dice preferir el fr¨ªo suave de esta capital sudamericana a los 42 grados de la ola de calor parisina. A lo largo de la charla aparecen una y otra vez las dos ciudades y esa doble cultura - "europea y latinoamericana, francesa y argentina, campestre y de Buenos Aires"- presente en sus libros. "Mis inmigrantes no son puros, no hay pureza, se sienten inmigrantes incluso habiendo nacido ah¨ª. Lo que me pasa a m¨ª es que yo aunque quiz¨¢s alg¨²n d¨ªa tenga los papeles no soy francesa, pero tampoco soy turista, tengo esa doble identidad", se?ala.
"Creo que la ¨¦tica del escritor o del cineasta es hacer la pel¨ªcula o el libro que tiene que hacer"
La dualidad se filtra tambi¨¦n en otros detalles, como el respeto por la ley y la propiedad privada de los vecinos que tienen acorralado al degenerado en una casa de campo. "En Argentina probablemente no hubieran esperado a que llegara la Gendarmer¨ªa, probablemente lo hubiesen linchado. No es que en Francia no linchen, pero ac¨¢ m¨¢s por obvias razones. El respeto por la ley que tienen en Francia no funciona igual, ac¨¢ se infringe. Un polic¨ªa ac¨¢ no inspira respeto para nada, tambi¨¦n porque no se lo merece, en Francia s¨ª. Todo el discurso de la ley es franc¨¦s pero visto por una argentina, un franc¨¦s nunca lo hubiese escrito as¨ª,?Houellebecq por ejemplo, porque nacieron en un Estado de derecho, yo nac¨ª en dictadura", diferencia.
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