Si Cayetano es el sustituto natural de Roca Rey, los toros tienen un problema
La lesi¨®n del diestro peruano destapa algunas de las graves carencias de la tauromaquia
Las sorpresas que encierra la vida¡
La lesi¨®n cervical del torero Roca Rey ha dejado sin aliento el negocio taurino. En ¨¦l y solo en ¨¦l estaban puestas todas las aspiraciones empresariales de colgar alguna tarde de feria el ya casi olvidado cartel de ¡®no hay billetes¡¯. Y va un toro sobrero del Conde de Mayalde y lo voltea espectacularmente el pasado 22 de mayo en Las Ventas, y lo que, en principio, parec¨ªa solo un puntazo de seis cent¨ªmetros en un muslo, ha derivado en un aut¨¦ntico drama.
Roca Rey est¨¢ fuera de combate, inmerso en lo que se supone que ser¨¢ una larga rehabilitaci¨®n.
Hoy por hoy, Roca Rey no tiene sustituto en el escalaf¨®n
As¨ª las cosas, una aut¨¦ntica carambola ha permitido que el diestro Cayetano Rivera, el m¨¢s mimado del escalaf¨®n, se haya convertido en el sustituto natural del lesionado Roca Rey en la mayor¨ªa de los compromisos del mes de agosto que el torero peruano no podr¨¢ cumplir a causa de su lesi¨®n.
Ni en sus mejores sue?os pudo imaginar el propio Cayetano que le tocara el premio gordo de la loter¨ªa con un pu?ado de corridas de primer nivel en carteles de aut¨¦ntico lujo en las mejores ferias de este pa¨ªs. Pero el hijo de Paquirri es un torero con una gran estrella, que ha desarrollado una carrera tan irregular como tard¨ªa, siempre entre mullidos algodones, con ese extra?o e injusto benepl¨¢cito de los personajes populares, famosos de cuna y admirados m¨¢s por su ¨¢rbol geneal¨®gico y sus cualidades f¨ªsicas que por su condici¨®n taurina.
Mimado en exceso desde que visti¨® su primer traje de luces, ha vivido, por ser quien es, una profesi¨®n edulcorada y muy alejada de los sinsabores que debe probar la inmensa mayor¨ªa de quienes intentan abrirse camino en la dif¨ªcil vocaci¨®n torera.
Cierto es, tambi¨¦n, que no est¨¢ donde est¨¢ solo por sus ojos verdes. Ha superado con gallard¨ªa los quebrantos de numerosas volteretas y algunas graves cogidas, y ha sido capaz de remontar una trayectoria que parec¨ªa aparcada y apagada por su dedicaci¨®n como modelo de alta costura y reclamo publicitario; incluso, estuvo apartado de los ruedos desde octubre de 2012 a mayo de 2015, cuando decidi¨® reaparecer en la feria de Jerez de la Frontera.
Desde entonces, ha resucitado como torero y ha sorprendido a muchos que cre¨ªan que estaba ya amortizado. Y Pamplona lo ha catapultado al estrellato. Hasta cuatro orejas cort¨® el pasado 12 de julio a una noble corrida de N¨²?ez del Cuvillo. Otra vez se vio agraciado con la suerte y la t¨®mbola sanferminera lo ha entronizado err¨®neamente como figura del toreo. Porque no mereci¨® tantos trofeos ni ha demostrado hasta ahora m¨¦ritos suficientes para ser considerado como tal.
Pero ha sido el triunfador de la feria de San Ferm¨ªn, pese a quien pese. Es un torero popular; y posee atractivo para el gran p¨²blico.
La suerte le ha sonre¨ªdo, de nuevo, en forma de un pu?ado de buenos carteles que quedan hu¨¦rfanos tras la retirada temporal de Roca Rey.
No existe un manojo de figuras con tir¨®n en las taquillas
?Qu¨¦ torero puede sustituir hoy al diestro peruano en la seguridad de que atraer¨¢ al mismo n¨²mero de espectadores y, en consecuencia, no se resentir¨¢ la taquilla? Ninguno.
En este momento, Roca Rey no tiene recambio.
?Por qu¨¦, entonces, los empresarios se inclinan por Cayetano y no por Paco Ure?a, Diego Urdiales, Emilio de Justo, Juan Ortega, David de Miranda, Pablo Aguado o Curro D¨ªaz, entre otros, tan interesantes o m¨¢s que el elegido, para completar los carteles deshilvanados?
Porque creen, -est¨¢n en su derecho-, que Cayetano frenar¨¢ la desidia de los espectadores ante otro nombre menos conocido.
Como argumento econ¨®mico puede ser v¨¢lido, pero como m¨¦todo taurino pone al descubierto algunas serias y graves lagunas de la tauromaquia actual.
La primera es que no existe un manojo de figuras con tir¨®n en las taquillas. Las que hay son tan veteranas y est¨¢n tan vistas que carecen de inter¨¦s. Solo motiva la presencia de Roca Rey, y detr¨¢s de ¨¦l, ¡®naide¡¯.
La segunda, no hay aficionados en n¨²mero suficiente para exigir una sustituci¨®n de verdadero inter¨¦s a tenor de las exigencias de cada ciclo ferial.
La tercera, los empresarios demuestran que muy corta es su mirada; son incapaces de apostar por toreros de verdadero inter¨¦s y por nombres nuevos, con lo que, de alg¨²n modo, est¨¢n cerrando las puertas al presente y al porvenir de la fiesta.
Y las tres carencias se encierran en una sola: si las circunstancias obligan a recurrir a un torero solo porque es popular, la tauromaquia tiene un problema. Es verdad que no hay banquillo; pero tampoco un equipo titular con capacidad para mantener el inter¨¦s del p¨²blico. Y algo peor: el futuro se oscurece con decisiones como esta.
Con el respeto debido, Cayetano es un buen torero, pero no puede ser el sustituto natural del l¨ªder indiscutible del escalaf¨®n con todos los merecimientos. Y si lo es, malo, muy malo para la fiesta de los toros.
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