La feria torista de Azpeitia finaliza sin emoci¨®n

En Azpeitia el p¨²blico se ha acostumbrado a tardes cargadas de emoci¨®n, corridas vibrantes con protagonismo para los toros y con una importancia del primer tercio ya rara en nuestras plazas. Y en las tres citas de este a?o no se ha producido ninguno de estos cap¨ªtulos, por lo que el ciclo guipuzcoano ha experimentado un freno en su positiva trayectoria.

Los numerosos turistas taurinos, que llegan desde diferentes localidades espa?olas y francesas hasta el coso guipuzcoano, han echado en falta una tarde tras otra la emoci¨®n y la suerte de varas, y, ayer, los astados de Gavira no permitieron ser una excepci¨®n.

Uno tras otro, los toros salieron sin empuje y con pocas fuerzas; por ello, apenas fueron castigados en el caballo, con simulacros de puyazos, y acabaron perdieron las manos constantemente en el tercio final. Tan solo el segundo, un ejemplar colorado bien hecho tuvo el suficiente motor como para que Gin¨¦s Mar¨ªn ligase unas series de naturales templados que gustaron y que, apoyados en unas bernardinas ajustadas para cerrar su faena, le dieron la primera oreja del festejo.

En el quinto, un descastado toro de Gavira, el extreme?o opt¨® por darse un arrim¨®n que no trascendi¨® a los tendidos por el escaso empuje de su enemigo.

Curro D¨ªaz tambi¨¦n toc¨® pelo. El andaluz puso todo de su parte y aprovech¨® las embestidas del cuarto con mucha experiencia; supo exprimir los muletazos con gusto a un animal de m¨ªnimo empuje. La gran estocada final mereci¨® por s¨ª sola el premio a pesar de que el toro tard¨® en caer.

En su primero, el de Linares se enfrent¨® a un inv¨¢lido que nada dijo hasta que revolc¨® al diestro instantes antes de entrar a matar. Pas¨® a la enfermer¨ªa, pero pudo continuar la lidia sin mayores consecuencias.

Menos suerte tuvo el joven ?ngel T¨¦llez, que se estrell¨® con dos toros sin ninguna transmisi¨®n. Su propuesta fue buena; siempre cruzado, con la muleta en el hocico y con mucha disposici¨®n. Al final, ni el toreo de cercan¨ªas le sirvi¨® para encandilar a unos tendidos aburridos del pobre juego del encierro de Gavira.