El enigma de los crucigramistas
Seis de los autores de los pasatiempos de los principales peri¨®dicos espa?oles desvelan algunos de sus trucos. A la profesi¨®n, muy masculinizada, se llega por casualidad o por herencia familiar
Cuenta el enigmista M¨¤rius Serra que cuando conoci¨® a Mambrino (autor del crucigrama de EL PA?S desde 2002 hasta su fallecimiento en mayo), hablaron del entonces reciente thriller Nadie conoce a nadie (1999), en el que Eduardo Noriega interpreta a un crucigramista de frondoso flequillo. ¡°Nos pon¨ªa una imagen un poco sexi, no la t¨ªpica del viejo solitario escondido en su rinc¨®n¡±, se r¨ªe a¨²n Serra. A la pareja le llam¨® especialmente la atenci¨®n la premisa de la trama: el protagonista se muda a Sevilla cuando le contrata un diario local. ¡°?Absurdo! Nosotros siempre hemos sido externos, hasta cuando la cartelera se hac¨ªa en las Redacciones¡±. Aquel d¨ªa, los crucigramistas bromearon, como no pod¨ªa ser de otra manera, haciendo juegos de palabras con el t¨ªtulo de la pel¨ªcula: ¡°Nadie conoce a nadie, no. ?Nadie nos conoce!¡±.
Mambrino se llamaba Jos¨¦ Luis Herencia y, aunque public¨® diariamente durante 17 a?os en este peri¨®dico, la inmensa mayor¨ªa de sus compa?eros no le pon¨ªamos nombre ni cara. Su obituario lo escribi¨® su hermano Fernando, un precioso texto en el que contaba que empezaba el d¨ªa ley¨¦ndose de pe a pa el peri¨®dico durante dos horas, que hab¨ªa estudiado para aparejador, que escrib¨ªa guiones y fumaba mucho. En las redes aparecieron centenares de mensajes de condolencia de lectores que tampoco lo conoc¨ªan, pero que lo sent¨ªan cercano, parte de su d¨ªa a d¨ªa.
Aunque se desayune a diario con sus textos, los crucigramistas son un gremio enigm¨¢tico. Tras entrevistar a media docena de quienes firman los pasatiempos de las grandes cabeceras, hay algunas pistas en com¨²n. Ninguno pisa mucho (algunos nunca) las Redacciones con las que llevan d¨¦cadas colaborando. Casi todos se metieron en el oficio por casualidad o por herencia familiar. Eduardo Delgado, Tarkus, sustituto de Mambrino en este diario, empez¨® a echar una mano a su padre siendo un adolescente; lleva 40 a?os de sus 57 vinculado a EL PA?S. ?scar Herrero, autor del blanco de Abc, a¨²n trabaja en equipo con su padre jubilado. Y fue su abuelo quien empez¨® en ese rotativo en 1953. ¡°Es una ocupaci¨®n un poco extra?a. Es dif¨ªcil que a uno se le ocurra dedicarse a esto porque s¨ª. Yo no lo habr¨ªa hecho si no me viniese de familia¡±, dice.
En el ¨¢tico de su casa, en un pueblo a las afueras de Madrid, Agust¨ªn Fonseca, Clavile?o, que desde hace unos meses firma el crucigrama blanco dominical de EL PA?S, trabaja frente al ordenador. ¡°Antes, mi despacho estaba lleno de diccionarios, refraneros, enciclopedias¡ ahora est¨¢n todos en un trastero por culpa de Internet¡±, explica este arquitecto de 70 a?os devenido en creador de puzles, enigmas, y juegos de ingenio (tiene una empresa dedicada a ello). En un minuto, Clavile?o muestra c¨®mo el programa Crossword Compiler rellena una parrilla de 21 por 12 escaques sobre la que ha colocado la 1 horizontal y las casillas negras (no le gustan los patrones que salen por defecto; a veces, por divertimento, dibuja formas con las negras, como un coraz¨®n).
Hacer crucigramas tiene una parte muy mec¨¢nica (encajar las palabras en la parrilla, rejilla o enrejado) y otra m¨¢s creativa (escribir las definiciones). La mayor¨ªa de sus creadores aprovecha la tecnolog¨ªa para encajar palabras, resolver combinaciones de letras o mantener bases de datos con t¨¦rminos y definiciones.
Tarkus ¡ªse gan¨® el apodo siendo un chaval: era el nombre de un disco de rock progresivo de Emerson, Lake and Palmer que le prestaron y devolvi¨® rayado (¨¦l lo niega)¡ª comienza su jornada en casa a las 6.00, siempre por la 1 horizontal y con una parrilla de cuadros negros en la que le gusta introducir cierta simetr¨ªa ¡°aunque en Espa?a no se estile¡±. En su despacho hay una estanter¨ªa llena de diccionarios y revistas de crucigramas extranjeros, incluso japoneses, idioma que no habla, ¡°para aprender qu¨¦ se hace por ah¨ª¡±. Sobre su mesa: un diccionario de la RAE, un Libro de Estilo de este diario lleno de p¨®sits ¡ªdonde busc¨® por ejemplo el plural de ¡°t¨ªtulo nobiliario ingl¨¦s¡± que usamos (1. _ _ _ _ _)¡ª y el boceto de un crucigrama sin publicar. Las horizontales, ya comprobadas, est¨¢n tachadas en rojo; las verticales, en azul. ¡°No puede haber errores¡±, dice. A Tarkus no le gusta usar n¨²meros romanos, siglas, ni cadenas de letras aleatorias. ¡°Pero cuando no te queda m¨¢s remedio, al menos tienes que buscar una salida lo m¨¢s graciosa posible¡±, comenta. En un crucigrama reciente solucion¨® una mala soluci¨®n con una buena pista: ¡°Todos los discos de Yoko Ono¡± (2. _ _ _ _).
Aunque no est¨¦n escritas, existen ciertas normas t¨¢citas: ¡°M¨¢s del 15% de negras es cutre, las palabras de dos y tres letras son un ¨²ltimo recurso, hay que evitar s¨ªmbolos qu¨ªmicos y crucigramismos de revista de serie b como ros, isa, ar¡ Y conviene no meterse en pol¨ªtica ni ser ofensivo¡±, relata M¨¤rius Serra, autor en La Vanguardia del crucigrama Mots encreuats. Es el m¨¢s medi¨¢tico de un gremio de t¨ªmidos, por su car¨¢cter expansivo y porque tiene novelas, programas de radio y columnas de prensa. Hasta se ha carteado con Will Shortz, ¡°el fact¨®tum del mundillo¡±, todopoderoso editor de The New York Times, donde se toman el pasatiempo en serio. Cualquiera puede enviar un boceto al Times, que paga entre 500 y 2.250 d¨®lares (entre 442 y 1.990 euros) por crucigrama publicado. Antes tendr¨¢ que ser aprobado y editado por el equipo de Shortz y deber¨¢ cumplir sus estrictas normas: 78 palabras y 42 casillas negras m¨¢ximo, dise?os rotacionalmente sim¨¦tricos, prohibidas las palabras de menos de tres letras, pasar el ¡°test del desayuno¡± (nada malsonante o siniestro)¡ ¡°A Shortz no le cab¨ªa en la cabeza que aqu¨ª una sola persona haga el crucigrama diario de un peri¨®dico¡±, cuenta Serra, que estudi¨® Filolog¨ªa Anglogerm¨¢nica.
¡°La clave son las definiciones y para eso no hay tecnolog¨ªa que valga¡±, apunta Jordi Fortuny, admirado autor del crucigrama en castellano de La Vanguardia desde hace 30 a?os. Fortuny (m¨¢s de 12.000 crucigramas en su haber) empez¨® en esto mientras trabajaba como lexic¨®grafo en ¡°un primitivo proyecto inform¨¢tico de tratamiento de lenguaje natural¡±. Con particular iron¨ªa desarroll¨® un estilo que combina los anagramas de la tradici¨®n inglesa y las definiciones cr¨ªpticas de los franceses para llevar el pasatiempo un paso m¨¢s all¨¢. ¡°Mis pistas favoritas son las que implican un desplazamiento de significado sorprendente¡±, indica. Ejemplo: ¡°Act¨²a como indica el guion¡± (3. _ _ s _ _). Su definici¨®n favorita es del maestro franc¨¦s Michel Laclos (1926-2013): ¡°Consejo de administraci¨®n¡± (4. _ o _ _ _ _ g _ _).
¡°Hay dos tipos de crucigramistas: los m¨¢s acad¨¦micos o enciclopedistas, que buscan la erudici¨®n, y los carnavalescos, que buscan la greguer¨ªa¡±, opina Serra. ¡°?l se siente orgulloso de definiciones como ¡°levanta la bandera en se?al de libertad¡± (5. _ _ _ i), ¡°id¨¦ntico a Jesucristo¡± (6. _ l _ _ _ d _ ) o ¡°instrumento de orquesta que combate mejor el paro¡± (7. _ _ n _ _ _ b _ _ _ ). A estas definiciones las llama ¡°perlas¡±.
?scar Herrero, del Abc, el m¨¢s joven de los seis, con 45 a?os, es de los pocos autores que no persigue esa chispa. ¡°Yo soy m¨¢s de la RAE, muy soso si quieres, pero me gusta que los crucigramas sean una forma de aprender vocabulario¡±, dice este profesor de Biolog¨ªa que todav¨ªa entrelaza palabras ¡°de forma artesanal¡± con papel y l¨¢piz mientras toma el caf¨¦ antes de ir a la universidad (encajar un blanco de 10 por 10 no le lleva m¨¢s de media hora).
Un trabajo creado desde el interior
Hacer crucigramas no requiere mucho tiempo, cuentan ¡ªsalvo cuando te "atascas"; entonces lo mejor es darse un paseo¡ª, pero s¨ª mucha concentraci¨®n: "Yo ocho horas seguidas no podr¨ªa estar haciendo esto porque colapso", dice Anna M. Gen¨ªs que firma el crucigrama en catal¨¢n de El Peri¨®dico. Coinciden tambi¨¦n en que es un trabajo muy solitario, muy "hacia dentro". Quiz¨¢s para paliarlo, el gremio catal¨¢n queda una vez al a?o para cenar.
Anna M. Gen¨ªs, de El Peri¨®dico, primera campeona de Espa?a de Scrabble, en 1996, se define crucigrameramente como ¡°la cuota femenina que se expresa jugando entre rejas¡±. ?Por qu¨¦ no hay m¨¢s mujeres en su oficio? ¡°Quiz¨¢s porque no sale a cuenta o por lo de siempre: en un sector donde abundan los se?ores acaban recomend¨¢ndose unos a otros¡±. ?Se nota en algo la mano femenina en sus parrillas? ¡°Quiz¨¢s yo no hago ciertas bromas¡ ?y casi nunca pongo futbolistas!¡±. Con 55 a?os, Gen¨ªs se considera parte de la generaci¨®n que ¡°profesionaliz¨® el oficio¡±. En 1989, mont¨® con unos amigos ¡°una empresa ludoling¨¹¨ªstica porque no hab¨ªa pasatiempos en catal¨¢n¡±. Les fue tan bien que dej¨® su carrera de enfermera para dedicarse en exclusiva a ¡°lo otro¡±. ¡°Con Internet, la gente se ha acostumbrado a lo gratis. Cerraron las revistas, los suplementos¡ Solo se mantiene el crucigrama de autor en los peri¨®dicos de papel¡±. Ha vuelto a trabajar de enfermera y eso que dice que lo suyo son las decapitaciones como ¡°El rey guillotinado¡± (8. _ _) o ¡°La noche sin fin¡± (en catal¨¢n, 9. _ _ ). Una de sus perlas: ¡°Un cantante rural que desafina en ciudad¡± (10. _ _ _ _ o).
¡°Un bulbo con dientes¡± (11. _ _ _ ) es una de las que m¨¢s enorgullece a Agust¨ªn Fonseca, Clavile?o, que explica que tampoco hay que abusar de la chispa: ¡°El 50% de las definiciones son normales, el 20% tendr¨¢n cierto giro, el 30% ser¨¢n joyitas. Y habr¨¢ un 5% escritas de tal manera que llevar¨¢ un rato resolverlas¡±. Sobre la mesa tiene montones de pasatiempos originales que invent¨® cuando el negocio de revistas y diarios iba viento en popa. Pero ya no es el que era.
?Se acabar¨¢n los crucigramas? ¡°Yo qu¨¦ s¨¦¡±, contesta Fortuny. ¡°Lo que seguro que no se va a acabar nunca es el juego de que uno pregunte y otro responda. Mira la de pasatiempos que hay en la tele. Otra cosa es d¨®nde haremos crucigramas y si seguir¨¢ habiendo peri¨®dicos¡±, prosigue. ¡°Pero oye, yo como futur¨®logo no tengo 12. _ _ _ _ _ _¡±.
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