Glenn D. Lowry: ¡°La noci¨®n de canon no me interesa¡±
El director del MOMA ultima un ¡®big bang¡¯: la colecci¨®n del museo ceder¨¢ un lugar protagonista a mujeres, artistas negros y tradiciones no occidentales. ¡°No reflejar eso ser¨ªa una imprecisi¨®n hist¨®rica¡±, asegura
El MOMA se prepara para un nuevo big bang. Cuando el centro neoyorquino vuelva a abrir sus puertas ¡ªel pr¨®ximo 21 de octubre, tras cuatro meses de cierre¡ª, lo har¨¢ convertido en un museo distinto. La pinacoteca que defini¨® el canon del arte moderno apostar¨¢ por mezclar disciplinas y abrirse a colectivos ignorados, como las mujeres y los artistas negros y latinos, adem¨¢s de sumar 4.000 metros cuadrados a su superficie. El director del museo desde 1995, Glenn D. Lowry, acept¨® avanzar en primicia una serie de cambios que responden al nuevo clima social y pol¨ªtico.
PREGUNTA. La ¨²ltima remodelaci¨®n data de 2004. ?Qu¨¦ ha dejado de funcionar?
RESPUESTA. No hay que arreglar nada, pero s¨ª abordar nuevas problem¨¢ticas. Se trata de crear espacios adecuados para disciplinas como la performance y buscar maneras m¨¢s fluidas para circular dentro del museo. El edificio actual fue dise?ado a finales de los noventa para acoger a dos millones de personas. Hoy somos un mill¨®n m¨¢s.
P. Tambi¨¦n es la ocasi¨®n de reexaminar las jerarqu¨ªas de su colecci¨®n. ?Van a reflejar una nueva historia del arte?
R. A nivel intelectual, queremos dejar atr¨¢s la idea del museo como registro permanente e inm¨®vil. Eso se traduce en que las obras rotar¨¢n con frecuencia. Cada seis meses, el 30% de nuestras galer¨ªas cambiar¨¢n de contenido. Cada tres a?os, la totalidad del museo se habr¨¢ transformado. Adem¨¢s, la colecci¨®n dejar¨¢ de estar separada por disciplinas. Seguiremos una estructura cronol¨®gica en la que desaparecer¨¢n las fronteras entre pintura, escultura, fotograf¨ªa, dise?o y arquitectura.
¡°Todo museo est¨¢ politizado, las decisiones que tomamos son pol¨ªticas. Qu¨¦ exposici¨®n organizar, qu¨¦ obra comprar¡±
P. Otra idea importante es demostrar que el arte moderno no solo fue obra de hombres blancos y europeos. ?Aspiran a redefinir el canon?
R. Habr¨¢ una presencia m¨¢s robusta de mujeres, afroamericanos y artistas de otras tradiciones. Pero yo no hablar¨ªa de redefinir el canon, que es algo que ya se quiso hacer entre los setenta y los primeros noventa. Para m¨ª, el canon no es algo que uno pueda fijar para la eternidad, sino un concepto fluido, permanentemente abierto a nuevas ideas y formas de pensar. Este ser¨¢ un ejercicio de transformaci¨®n del museo, que pasar¨¢ de ese antiguo modelo can¨®nico a uno m¨¢s cercano al work in progress.
P. ?Le incomoda la noci¨®n de canon?
R. No me incomoda, pero tampoco me interesa especialmente. Me parece mucho m¨¢s interesante explorar las posibilidades del arte moderno y contempor¨¢neo, dejando claro que este siempre nos desaf¨ªa a mirar y pensar de maneras distintas.
P. ?Son estos cambios una reacci¨®n al zeitgeist, al esp¨ªritu del tiempo?
R. Por supuesto. Vivimos en el mundo real. Actualmente, es imposible no admitir que la historia del paso a la modernidad surge de voces, colectivos, geograf¨ªas y g¨¦neros distintos. No reflejar eso ser¨ªa una imprecisi¨®n hist¨®rica.
P. Si hay nuevas obras que entran, otras tendr¨¢n que salir. ?No le preocupa decepcionar al visitante?
R. Contamos con muchas obras extraordinarias dentro de una colecci¨®n que tiene m¨¢s de 200.000. Espero que siempre encuentren algo espectacular que les satisfaga. Dicho esto, encontraremos la manera de que las obras m¨¢s ic¨®nicas ¡ªcomo Los nen¨²fares, de Monet; Las se?oritas de Avi?¨®n, de Picasso, o La danza, de Matisse¡ª est¨¦n a la vista en casi todos los casos. Lo que puede suceder es que no est¨¦n en el mismo contexto. Alguien que venga solo para ver La noche estrellada, de Van Gogh, casi seguro que tendr¨¢ la oportunidad de hacerlo, aunque no siempre la encontrar¨¢ en la misma sala.
P. En 2017 colgaron obras de artistas de los pa¨ªses afectados por el veto migratorio de Donald Trump. ?Fue un primer signo de la politizaci¨®n de su museo?
R. Fue una aserci¨®n de valores que creemos esenciales para una democracia pr¨®spera y que el MOMA comparte: apertura, libertad de expresi¨®n y libertad de circulaci¨®n. Sin la inmigraci¨®n de los artistas que han llegado a nuestro pa¨ªs en nuestros 90 a?os de existencia, esta instituci¨®n no existir¨ªa. Todo espacio muse¨ªstico est¨¢ politizado porque las decisiones que tomamos son pol¨ªticas: qu¨¦ exposici¨®n organizar y cu¨¢l no, qu¨¦ obra comprar y cu¨¢l dejar de lado¡ Todo lo que hacemos puede ser visto, si se quiere, como un gesto pol¨ªtico.
P. ?No cree que, durante mucho tiempo, los museos se han resguardado tras una falsa imagen de neutralidad?
R. Ning¨²n espacio es neutro. Todos los espacios vienen cargados de ideas y problem¨¢ticas. Los museos no son ninguna excepci¨®n. No creo que hayan sido neutrales nunca. Por lo menos, yo nunca los he concebido as¨ª.
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