Finales y versiones
En todo encuentro y desencuentro siempre hay al menos dos voces. La clave est¨¢, claro, en qui¨¦n acaba por contar la historia: qui¨¦n narra y qui¨¦n es narrado
En el primero de los dos tr¨¢ileres de Historia de un matrimonio, la nueva pel¨ªcula de Noah Baumbach, que se presenta en el festival de Venecia esta semana ¡ªy que ser¨¢ distribuida por Netflix este oto?o¡ª, se escucha la voz del actor Adam Driver (Charlie) hablando de su mujer: "Nicole baila muy bien, tan bien que resulta contagioso. Hace regalos incre¨ªbles, es una madre que de verdad juega con los ni?os y es competitiva...". En el segundo, Scarlett Johansson (Nicole) es quien enumera lo que ama de Charlie: "Le encanta ser padre, llora con facilidad, es muy competitivo, tiene claro lo que le gusta, viste bien..." Baumbach, que ya estren¨® su ¨²ltima pel¨ªcula en Netflix (The Meyerowitz stories) y demostr¨® su talento para hablar de divorcios en la maravillosa Una historia de Brooklyn, parece que esta vez se ha propuesto contar el final de un matrimonio (?unido por la competitividad?) como una historia de amor. No es?Baumbach el primero, ni tampoco es in¨¦dita la narraci¨®n de una misma trama rom¨¢ntica desde dos puntos de vista. Porque cada cual tiene su versi¨®n. Siempre.
La serie The Affair, sobre el romance de un escritor ad¨²ltero con una camarera en Montauk, se constru¨ªa b¨¢sicamente sobre esa sencilla premisa: la mitad de un episodio reconstru¨ªa el idilio seg¨²n ¨¦l lo recordaba, la otra mitad repasaba la misma historia desde el punto de vista de ella. Ni siquiera el vestuario coincid¨ªa. ?l la recordaba con provocativos vestidos, ella rememoraba estar vestida en camiseta y vaqueros.
En todo encuentro y desencuentro siempre hay al menos dos voces. La clave est¨¢, claro, en qui¨¦n acaba por contar la historia: qui¨¦n narra y qui¨¦n es narrado. Ese es el punto en el que parece que m¨¢s que nunca estamos. Y quiz¨¢ el camino a seguir sea precisamente uno que no borre un discurso por otro, sino que vaya sumando, a?adiendo y contraponiendo, como har¨ªa una pareja bien desavenida.
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