Uruguay destruye su patrimonio arquitect¨®nico
La demolici¨®n de un edificio emblem¨¢tico en el centro de Montevideo y del Hotel San Rafael de Punta del Este acelera un proceso promovido por la avidez de terrenos para la construcci¨®n
Con una tenacidad ¡°patrimonicida¡±, cada a?o se demuelen edificios hist¨®ricos en el centro de Montevideo y en el interior de Uruguay. La voracidad inmobiliaria destruye construcciones de estilo cl¨¢sico, colonial, art d¨¦co, art nouveau, casonas de arquitectos de fama mundial o grandes hoteles de lujo. En estos momentos los martillos hidr¨¢ulicos pulverizan los vitrales, las maderas finas y las molduras de fachada de antiguo Club Naval de Montevideo, una operaci¨®n que ha provocado una protesta ciudadana y est¨¢ obligando a las autoridades a revisar las listas de protecci¨®n patrimonial de la ciudad.
Entre 2017 y 2018 se demolieron, solo en la capital, 21 edificios de valor hist¨®rico, seg¨²n el censo de la ONG Basta de Demoler Montevideo. Este a?o, la cuenta suma y sigue. En todos los casos se trata de edificaciones del siglo XIX e inicios del siglo XX, construcciones que se levantaron en la ¨¦poca dorada de Uruguay, cuando el pa¨ªs recib¨ªa oleadas de inmigraci¨®n europea y exportaba materias primas, especialmente carne.
En Uruguay, como en Argentina, las construcciones y conjuntos patrimoniales de estilo colonial son menos numerosos que los edificios y casonas de inicios del siglo XX. Un buen ejemplo es el centro de Montevideo y su avenida principal, 18 de Julio, aut¨¦ntico cat¨¢logo de las mejores y diferentes arquitecturas del siglo pasado. En aquella ¨¦poca, nada era suficientemente bueno para el pa¨ªs ambicioso y pujante que crec¨ªa: trajeron los mejores arquitectos de Francia y rivalizaron con las torres y prodigios de ingenier¨ªa de Nueva York o Buenos Aires. Los autores del Petit Palais de Par¨ªs, Giraud y Chifflot, proyectaron mansiones en Montevideo y el modernismo catal¨¢n de Cayetano Buigas y Monrav¨¢s (autor del Monumento a Col¨®n de Barcelona) dej¨® hasta hoy su huella en la ciudad.
Pero seg¨²n Erich Schaffner, de Basta de Demoler Montevideo, actualmente solo est¨¢n protegidos dos manzanas de 1,6 kil¨®metros cuadrados repletos de tesoros, a veces en mal estado de conservaci¨®n. ¡°La falta de inventarios de protecci¨®n patrimonial y la actual pol¨ªtica de promoci¨®n de la vivienda en el centro, a cambio de incentivos fiscales, est¨¢n provocando un proceso acelerado de sustituci¨®n edilicia¡±, se?ala Schaffner.
Movilizaci¨®n por el ex Club Naval
La demolici¨®n de la antigua sede del Club Naval de Montevideo, que ser¨¢ reemplazado por edificio de apartamentos, ha provocado indignaci¨®n. De la noche a la ma?ana, los martillos hidr¨¢ulicos empezaron triturar los balcones de la fachada, mientras dentro de la antigua mansi¨®n de familia, de 1.370 metros cuadrados, rompen los vitrales, la escalera de roble de Eslavonia y las molduras con dorados a la hoja.
La demolici¨®n es perfectamente legal, ya que hab¨ªa sido autorizada por la Intendencia de Montevideo y el edificio no contaba con ninguna protecci¨®n oficial. Esto ha llevado a plantear de nuevo el trabajo de las autoridades patrimoniales. ¡°Hay un problema ideol¨®gico¡±, se?ala Schaffer. ¡°La Comisi¨®n del Patrimonio solo da protecci¨®n a edificios que considera de notable calidad arquitect¨®nica, de muy especial relevancia para la ciudad o que aparecen asociados a alg¨²n episodio hist¨®rico. Eso lleva a que, en la pr¨¢ctica, haya muy pocas construcciones protegidas¡±, concluye.
Muchas veces se desconoce el valor de las construcciones y las historias de aquellos que las levantaron y habitaron. Pero cuando se investiga un poco surgen valiosos testimonios. El ex Club Naval fue proyectado por Humberto Pittamiglio (1887-1996), famoso ingeniero y arquitecto. Aficionado a la alquimia, sol¨ªa dejar se?ales de esta disciplina extinta en sus obras, algo que ya no se podr¨¢ verificar o investigar en el caso de ex Club Naval.
Desde el colectivo de artistas Ghierra Intentende, que con cada elecci¨®n municipal en Montevideo presenta una candidatura falsa para llamar la atenci¨®n sobre el deterioro patrimonial, tambi¨¦n se insiste sobre un problema ¡°ideol¨®gico¡±. ¡°El paso de Le Corbusier hizo un da?o inmenso al patrimonio uruguayo. Parte de la academia desprecia el eclecticismo hist¨®rico, estilo dominante en Montevideo, y solo da como v¨¢lidos los postulados del modernismo¡±, se?ala el artista Alfredo Ghierra. Le Corbusier (1887-1965), uno de los m¨¢ximos exponentes de la arquitectura moderna, visit¨® Montevideo en 1929, dej¨® patente su hostilidad hacia algunos edificios de estilo ecl¨¦ctico y propuso un proyecto que ven¨ªa a demoler media pen¨ªnsula para llenarla de edificios de mediana altura.
La Intendencia de Montevideo ha aceptado aumentar su inventario con la colaboraci¨®n de las organizaciones civiles, un trabajo que empezar¨¢ inmediatamente, pero har¨¢ falta mucha voluntad pol¨ªtica para provocar un cambio real: en el pasado se derribaron edificios protegidos y la consecuencia fue s¨®lo una multa de varios miles de d¨®lares. La movilizaci¨®n ciudadana es creciente, gracias especialmente a las redes sociales: los intercambios en en el Facebook de Ghierra Intendente se cuentan de a decenas de miles, mientras que una petici¨®n en change.org de Basta de Demoler Montevideo tuvo m¨¢s de 5.000 firmas en una semana, cifra considerable en un pa¨ªs de 3,4 millones de habitantes
Adi¨®s al Hotel San Rafael
La destrucci¨®n no solo afecta a Montevideo. El ejemplo m¨¢s dram¨¢tico de 2019 fue la demolici¨®n del m¨ªtico Hotel San Rafael, frente a la Playa Brava de Punta del Este, el primer establecimiento de lujo que se construy¨® en el balneario. Fue como tirar abajo el Hotel Majestic de la Croisette de Cannes.
El enorme edificio, inaugurado en 1948, fue durante d¨¦cadas uno de los hoteles m¨¢s prestigiosos del Sudam¨¦rica: estrellas del Hollywood visitaron su casino y sus salones de estilo Tudor y el Che Guevara se aloj¨® en una de sus 130 habitaciones cuando el enorme Sal¨®n G¨®tico recibi¨® la Reuni¨®n de Presidentes de Am¨¦rica en 1967. Tambi¨¦n fue sede de las cumbres de La Ronda de Uruguay, el GATT y la OEA. El edificio hab¨ªa sido decorado con materiales lujosos, como pizarras de Portugal o carpiter¨ªa en laurel de Chile, y sobre todo, contaba con unos espectaculares murales del artista Norberto Berd¨ªa.
El Grupo Cipriani compr¨® el predio en 2018 y decidi¨® la demolici¨®n para construir una r¨¦plica del original. Se planea a?adir un enorme complejo tur¨ªstico y un casino, con una inversi¨®n de unos 450 millones de d¨®lares. El abandono y los da?os que sufr¨ªa el hotel justifican la idea de la demolici¨®n, seg¨²n el Grupo Cipriani. Pero la decisi¨®n caus¨® sorpresa y malestar, provocando un recurso ante la justifica para detener los trabajos, presentado por el arquitecto William Rey. Seg¨²n los argumentos del experto, el Grupo Cipriani hab¨ªa obtenido ventajas (o excepciones) para construir su complejo hotelero a cambio de preservar el Hotel San Rafael, pero no de derribarlo y construirlo de nuevo con lo que considera ¡°un falso hist¨®rico¡±.
El fracaso de su recurso de amparo ilustr¨® la soledad de muchos defensores del patrimonio en Uruguay: a la salida del tribunal, William Rey fue increpado por los obreros del sindicato de la construcci¨®n, que lo acusaban de paralizar las obras y quitarles puestos de trabajo; la justicia orden¨® que se reanudaran las obras y el Grupo Cipriani anunci¨® una demanda contra Willian Rey por valor de un mill¨®n de d¨®lares (que nunca materializ¨®). Actualmente, un enorme descampado ocupa el lugar del Hotel San Rafael.
Babelia
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