Sorj Chalandon: ¡°Quisimos mal al mundo de la mina, y lo enterramos mal¡±
El novelista y periodista franc¨¦s publica en castellano y catal¨¢n 'El d¨ªa antes', basado en el peor accidente minero de la posguerra en Francia
Para el novelista y periodista Sorj Chalandon, aquel d¨ªa fue un raro instante de comuni¨®n entre el escritor y sus lectores, y entre la novela y la realidad. ¡°Es una suerte ins¨®lita para un escritor¡±, dec¨ªa a mediados de agosto en un caf¨¦ de Par¨ªs, cerca de la redacci¨®n del semanario sat¨ªrico y de investigaci¨®n Le Canard Encha?n¨¦, donde trabaja. Y mostraba, en su tel¨¦fono, fotograf¨ªas de aquella jornada especial, el 27 de diciembre de 2017: la del acto conmemorativo del aniversario de la cat¨¢strofe de Li¨¦vin, la muerte de 42 mineros el 27 de diciembre de 1974.? Aquel desastre es el centro argumental de su novela El d¨ªa antes (Reservoir Books en castellano, traducci¨®n de Mar¨ªa Palmira Feixas Guillamet; El dia abans?en Edicions 1984 en catal¨¢n, traducci¨®n de Josep Alemany).
"Con esta gente, poca broma¡±, observa Chalandon, de 67 a?os, mientras sigue ense?ando las fotos. Porque all¨ª estaban las viudas, los hijos, los parientes de los muertos, escuchando mientras Chalandon le¨ªa un fragmento de su novela. La situaci¨®n era extra?a: los protagonistas reales de su texto imaginario; un jurado severo. L¨®gico que lo vivieran con nervios.?El d¨ªa antes?es una ficci¨®n: la historia de la venganza de un hombre que, en 1974, perdi¨® a su hermano minero, y de los turbios meandros de la memoria, del autoenga?o y el crimen. Pero el contexto es bien real: el mayor accidente minero en Francia de la posguerra, cuando el carb¨®n era un s¨ªmbolo de la prosperidad nacional.
El accidente qued¨® grabado en la memoria de Chalandon, que entonces trabajaba en el diario de izquierdas Lib¨¦ration. ¡°Lo primero que escuchamos en la radio fue que se trataba de una fatalidad. Como si el contrato de trabajo de un minero incluyese la muerte. Aquello me form¨®¡±, explica. ¡°Soy un hombre en c¨®lera, y mi primera c¨®lera data de la cat¨¢strofe de Li¨¦vin¡±.
Chalandon metamorfosea la c¨®lera en material narrativo: una mezcla de thriller y reportaje, de denuncia social y de homenaje a los ca¨ªdos, y todo esto en un mundo de grises donde los buenos son malos y los malos, buenos. Los protagonistas son los h¨¦roes olvidados de un tiempo que parece remoto y que en realidad fue hace cuatro d¨ªas. ¡°Quisimos mal al mundo de la mina, y lo enterramos mal¡±, resume el autor.
S¨¦ que me encontrar¨¦ frente a las viudas, frente a los hu¨¦rfanos, frente a los supervivientes. No puedo pretender que soy uno de ellos
Toda su obra ¡ªdesde que en 2005 dio el salto del periodismo a la novela con Le petit Bonzi¡ª es una alquimia: el autor transforma en ficci¨®n lo que ha vivido y ha observado. La piedra angular hay que buscarla en Profession du p¨¨re?(Professi¨® del pare¡¯?Edicions de 1984). Es la historia, basada en su propia infancia, de una familia sometida a un padre fabulador hasta el delirio, y tir¨¢nico. ¡°Me cri¨® un padre loco, un mentiroso, un mit¨®mano. Muri¨® en un hospital psiqui¨¢trico. Pas¨¦ toda mi infancia con un hombre que, cuando cruzaba la puerta de mi habitaci¨®n, pod¨ªa ser un resistente franc¨¦s, un piloto de caza, un judoka o un pastor presbiteriano¡±, dice. ¡°Y est¨¢ locura me sigue persiguiendo¡±.
Mi l¨ªmite como novelista son los hechos. Necesito que los hechos est¨¦n absolutamente comprobados
Otro momento que marca a Chalandon ¡ªy que tambi¨¦n aparece transfigurado en su obra¡ª es el conflicto en Irlanda del Norte, que cubri¨® en los a?os ochenta para Lib¨¦ration. Chalandon conoci¨® bien a uno de los dirigentes del IRA, Denis Donaldson. A?os despu¨¦s se revel¨® que durante aquellos a?os Donaldson hab¨ªa espiado para los brit¨¢nicos. Y poco despu¨¦s fue asesinado. ¡°Nunca lo super¨¦, nunca¡±, dice el escritor, que reelabor¨® esta experiencia en Mon tra?tre y en Retour ¨¤ Killybegs?(Retorn a Killybegs, Edicions 1984).
Su ¨²ltima novela, Une joie f¨¦roce, una de las novedades m¨¢s destacadas en esta rentr¨¦e?literaria francesa, funciona con un mecanismo similar. Es la historia de una mujer a la que se le diagnostica un c¨¢ncer y a la que su marido abandona: una existencia m¨¢s o menos anodina con un giro inesperado y con tintes policiacos. La protagonista, Jeanne, se une a un grupo de mujeres que prepara el atraco de una joyer¨ªa. La trama ofrece el el mismo trasfondo que sus otras novelas: la l¨ªnea tenue entre la verdad y la mentira, entre los h¨¦roes y los malvados, y las peque?as vidas golpeadas por el vendaval de lo extraordinario y por la violencia. Son ficciones de un reportero: ancladas en la realidad y documentadas como en un reportaje, en este caso sobre el c¨¢ncer y su tratamiento.
La esposa de Chalandon, como ¨¦l, ha conocido la experiencia del c¨¢ncer, del mismo modo que ¨¦l conoci¨® de primera mano el Ulster, y que se document¨® hasta el detalle sobre el mundo de las minas del norte de Francia para El d¨ªa antes. ¡°Mi l¨ªmite como novelista son los hechos. Necesito que los hechos est¨¦n absolutamente comprobados. No puedo escribir sobre una calle en el norte, con un peque?o caf¨¦, si no he entrado en ese caf¨¦¡±, explica. En Li¨¦vin murieron 42 mineros, pero ¨¦l se niega a hacer ficci¨®n con los muertos reales, y por eso inventa un minero n¨²mero 43: Jojo, hermano del narrador, Michel. ¡°S¨¦ que me encontrar¨¦ frente a las viudas, frente a los hu¨¦rfanos, frente a los supervivientes. No puedo pretender que soy uno de ellos¡±, justifica el autor. ¡°El ¨²nico medio de estar lo m¨¢s cerca posible de ellos es inventar personajes que no estropeen la realidad¡±.
Al final del libro figura la lista de los 42 muertos, como un memorial. En Li¨¦vin, un viejo minero le dijo: ¡°A tu tipo, Jojo, lo aceptamos como uno de los nuestros. Si quieres ponerlo con el n¨²mero 43, estamos de acuerdo¡±. Era el visto bueno definitivo: los personajes reales hab¨ªan aceptado a su compa?ero de ficci¨®n. Para Chalandon, no pod¨ªa haber recompensa mejor.
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