Immanuel Wallerstein, un gran referente del pensamiento cr¨ªtico
Fallecido el pasado 31 de agosto, este historiador, soci¨®logo y economista, fue el fundador de una corriente de investigaci¨®n que ejerci¨® un notable impacto en las ciencias sociales
Nacido en 1930 en Nueva York, Immanuel Maurice Wallerstein falleci¨® el pasado 31 de agosto. Historiador, soci¨®logo y economista, fue el fundador de una corriente de investigaci¨®n que, recogiendo aportaciones como la procedente de la escuela de los Annales de Fernand Braudel o la teor¨ªa de la dependencia de la CEPAL, ejerci¨® a partir de 1974 un notable impacto en las ciencias sociales, en el pensamiento cr¨ªtico y en una creciente capa de activistas de los movimientos sociales. Estimulado por su propia experiencia en contacto con los movimientos anticoloniales (fue testigo directo, por ejemplo, de la proclamaci¨®n del Estado independiente de Ghana en 1957), desarroll¨® su teor¨ªa del ¡°sistema-mundo¡± en cuatro vol¨²menes, en los que comenzaba analizando la agricultura capitalista y los or¨ªgenes de la econom¨ªa-mundo europea en el siglo XVI para concluir con las consecuencias de la Revoluci¨®n Francesa y ¡°el liberalismo centrista triunfante¡± hasta 1914.
En El capitalismo hist¨®rico explicaba cu¨¢l hab¨ªa sido el prop¨®sito que guio esa enorme y enriquecedora contribuci¨®n a la sociolog¨ªa hist¨®rica: ¡°Lo que me parece urgente, la tarea a la que se ha consagrado en cierto sentido la totalidad de mi obra reciente, es ver el capitalismo como un sistema hist¨®rico, a lo largo de toda su historia y en su realidad concreta y ¨²nica¡±. Su rechazo a limitarse al marco del Estado-naci¨®n y a la sociedad nacional, o a la separaci¨®n formal entre pol¨ªtica, econom¨ªa, estructura social y cultura, le llev¨® a buscar un marco de interpretaci¨®n que superara esos compartimentos estancos para poder ¡°comprender el mundo en que vivimos¡±. Por eso se esforz¨® por analizar el sistema-mundo moderno como una econom¨ªa-mundo capitalista ¡°cuya combinaci¨®n da cuenta de sus procesos, todos los cuales est¨¢n interrelacionados entre s¨ª¡±: el mercado, las empresas, los Estados, las unidades dom¨¦sticas, las clases y los grupos de estatus. En ese marco general se conforma una ¡°geocultura¡± en la que act¨²an distintas ideolog¨ªas, movimientos sociales y ciencias sociales, y en donde se refleja la tensi¨®n entre universalismo, por un lado, y racismo (escribi¨®, por cierto, con Etienne Balibar Raza, naci¨®n y clase) y sexismo, por otro.
Quiz¨¢s en su An¨¢lisis del sistema-mundo se encuentre la m¨¢s sint¨¦tica explicaci¨®n de los or¨ªgenes y las tesis principales que sustentan esta teor¨ªa, as¨ª como la respuesta a las cr¨ªticas que recibi¨® de otras corrientes, incluida la marxista. Justamente all¨ª resaltaba cu¨¢les eran para ¨¦l ¡°los tres puntos de inflexi¨®n importantes del sistema-mundo moderno¡±: el largo siglo XVI, la Revoluci¨®n Francesa de 1789 y la revoluci¨®n mundial de 1968. De esta ¨²ltima dir¨ªa que, pese a su derrota pol¨ªtica, ¡°presagi¨® la larga fase terminal del sistema-mundo moderno en que nos encontramos y que socav¨® la geocultura liberal centrista que manten¨ªa al sistema-mundo unificado¡±.
Su rechazo al eurocentrismo fue otra de sus constantes a lo largo de su vida, lo que llev¨® a estudiar a pensadores como Frantz Fanon (en 2009 nos ofreci¨® una reflexi¨®n interesante sobre los dilemas en torno a la violencia, la identidad y la lucha de clases que ve¨ªa en su obra), o a dialogar y colaborar con otros como An¨ªbal Quijano, continuador de la obra de Jos¨¦ Carlos Mari¨¢tegui en Am¨¦rica Latina, asumiendo la cr¨ªtica del ¡°lado oscuro de la modernidad¡±, la colonialidad del poder.
Su inter¨¦s estuvo siempre en vincular su trabajo intelectual al activismo pol¨ªtico y social, y esto se fue reflejando tambi¨¦n en distintas obras, en colaboraci¨®n con Samir Amin, Giovanni Arrighi y Andr¨¦ Gunder Frank, entre otros. Sus ¡°tesis y preguntas¡± en el art¨ªculo publicado en 1989 en la revista Theory and Society, titulado 1968: una revoluci¨®n en el sistema-mundo,siguen siendo un ejemplo de su voluntad de contribuir al desarrollo de movimientos sociales antisist¨¦micos.
Su convicci¨®n de que desde hace ya largo tiempo vivimos en una era de crisis estructural del sistema-mundo le llevaba, en una de sus ¨²ltimas entrevistas ¡ªen las que recomendaba a las nuevas generaciones leer a Marx¡ª a considerar que hab¨ªa ¡°dos posibilidades: una es la que llamo el esp¨ªritu de Davos. El objetivo del Foro Econ¨®mico de Davos es establecer un sistema que mantenga las peores caracter¨ªsticas del capitalismo: la jerarqu¨ªa social, la explotaci¨®n y, por encima de todo, la polarizaci¨®n de la riqueza. La alternativa es un sistema que debe ser m¨¢s democr¨¢tico y m¨¢s igualitario. La lucha de clases es el instrumento fundamental para influir en la construcci¨®n de aquello que en el futuro reemplazar¨¢ al capitalismo¡±. Ese es, sin duda, el gran desaf¨ªo que tenemos por delante y que ¨¦l lo plante¨® con toda su radicalidad.
Babelia
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