Hombres y guiones absurdos
Roy Andersson filma en ¡®Sobre el infinito¡¯ otro retrato tragic¨®mico de la vida mientras Atom Egoyan vuelve a decepcionar con ¡®Guest of Honour¡¯
Fuera, nieva sin parar. Pero, dentro del bar, tambi¨¦n hace un fr¨ªo glacial. En la barra, un doctor apura la en¨¦sima copa de m¨¢s. Otra vez. A su alrededor, casi nadie habla. Reina una g¨¦lida melancol¨ªa. Y, de golpe, un hombre rompe el silencio: ¡°?No es fant¨¢stico de todos modos?¡±. No obtiene respuesta, as¨ª que lanza de nuevo su interrogante. Al fin, alguien contesta: ¡°?El qu¨¦?¡±. ?l lo tiene muy claro: ¡°Todo¡±.
El t¨ªtulo sugiere que la nueva pel¨ªcula del sueco Roy Andersson, en concurso en La Mostra de Venecia, habla Sobre el infinito. Pero, en realidad, el cineasta vuelve a colgar en la pantalla una galer¨ªa de cuadros que retratan la maravillosa absurdez del ser humano. La c¨¢mara se queda inm¨®vil, como en Una paloma se pos¨® sobre una rama y reflexion¨® sobre la existencia. Y, ante ella, desfila la vida: individuos tristes, felices, aburridos, resignados, serenos o frustrados. Por razones irrelevantes o disparatadas, tal vez. Pero importantes, al menos para ellos.
Un cura pide ayuda m¨¦dica porque duda de la existencia de Dios. La envidia corroe a un se?or desde que se cruz¨® con un antiguo compa?ero de clase y este no le salud¨®; encima, descubri¨® que el maldito Sverker Olsson tiene un doctorado. Una administradora delegada mira fuera de la ventana, pero no es capaz de sentir nada. Un dictador de bigote derrotado asume, desde su b¨²nker, que se acab¨®. Andersson junta sus extra?os tableaux vivants para pintar un fresco surrealista, pero familiar para todos: es la tragicomedia de cada d¨ªa. Somos nosotros.
¡°La vulnerabilidad humana es un don. La vida es m¨¢s rica cuando se entiende y se ve c¨®mo se portan los dem¨¢s¡±, defendi¨® Andersson ante la prensa. Y su equipo de productores y actores subray¨® el trabajo minucioso del director y el largo tiempo que emplea para realizar una pel¨ªcula. El cineasta tambi¨¦n confes¨® que evita las sombras en su puesta en escena, ¡°para que no haya un lugar donde esconderse¡±. ¡°Admiro mucho Ladrones de bicicletas, un filme triste pero muy bello. ?Y por qu¨¦ lo es? Porque es aut¨¦ntico. Todos deber¨ªamos serlo siempre. Las mejores obras de arte son las que aportan compasi¨®n y sinceridad¡±, agreg¨® Andersson.
Eso s¨ª, la f¨®rmula de la pel¨ªcula resulta tan parecida a sus anteriores filmes que termina por cansar antes. Respecto a la obra que le vali¨® el Le¨®n de Oro en 2014 ¨Ces el ¨²nico director del concurso que ya lo gan¨®-, la ¨²nica novedad son las reflexiones de una voz en off. Cambian personajes, situaciones y alguna tem¨¢tica, pero la sensaci¨®n es de asistir al mismo largo desde hace tiempo. Con su anterior obra, el director dijo que hab¨ªa cerrado una trilog¨ªa. Tras Sobre el infinito, es leg¨ªtimo sospechar que fuera otra de sus bromas.
El abuso y el acoso, en cambio, son asuntos tremendamente serios. Y tambi¨¦n forman parte del ser humano y sus rarezas. Pero, para hablar de temas tan delicados como espinosos, hace falta un tacto especial. M¨¢s, en estos tiempos. Un pincel sutil y sensible, manejado con maestr¨ªa. No, desde luego, la brocha gorda bajo la que Atom Egoyan sepulta su thriller. La misma por la que el inspector sanitario que protagoniza el filme busca la suciedad ¨²nicamente en restaurantes extranjeros de su ciudad. Resulta misterioso c¨®mo Guest of Honour haya entrado en el concurso del festival, una pregunta que tambi¨¦n persigui¨® los anteriores dos filmes del cineasta, estrenados en Cannes y Venecia. Entonces, se dijo que hab¨ªa perdido la senda de Ex¨®tica, El dulce porvenir o Ararat. Por lo visto en la Mostra, Egoyan sigue desorientado. Y desorientando.
Y eso que confes¨® que ten¨ªa ¡°una pasi¨®n particular por este guion¡±. La historia se centra en la relaci¨®n entre un padre y una hija, encarcelada por un abuso de poder y sexual a un alumno que en realidad nunca cometi¨®. Aunque la escritura parece m¨¢s pendiente de acumular giros que de profundizar su premisa. Tanto que pierde toda credibilidad. En una secuencia presuntamente solemne, la chica descubre un secreto y llora. Sin embargo, algunos espectadores se rieron. De acuerdo, el ser humano puede ser muy absurdo. Pero los guiones tambi¨¦n.
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