Hast¨ªo
?Qu¨¦ ha ocurrido con int¨¦rpretes de calidad contrastada, con talento para venderte sus personajes, como Pablo Iglesias, Albert Rivera, In¨¦s Arrimadas? Parecen caricaturas de su antigua imagen
Son actores y actrices que se atienen a un guion que de vez en cuando exige modificaciones, soluciones falsas, mentiras como norma, conveniente ¨¦nfasis, desprecio de la ¨¦tica. Soy simplista, pero mi abominaci¨®n del mundo pol¨ªtico me acompa?a desde que tengo uso de raz¨®n y la realidad casi nunca me ofrece motivos para modificar esa opini¨®n sobre los que dirigen la vida de la gente, los hacedores del bien com¨²n, esas frases hechas y lugares comunes de las que abusan hasta provocar la n¨¢usea. Pero jam¨¢s hablan de su sustento y sus privilegios. Se supone que se ha declarado la guerra ideol¨®gica, que su concepci¨®n del estado de las cosas es irreconciliable. Est¨¢n en feroz desacuerdo en todo, excepto en subirse el sueldo, o en utilizar hasta el esc¨¢ndalo aquellas tarjetitas negras que daban acceso al cielo.
Y llevan demasiado tiempo protagonizando una pel¨ªcula infecta, con pretendido aunque cutre suspense, mortalmente aburrida, mal escrita y peor interpretada, tratando a los espectadores como deficientes mentales, de duraci¨®n interminable pero logrando que te desinterese absolutamente el final. El argumento est¨¢ centrado en el proceso para gobernar un pa¨ªs. Me provoca hast¨ªo y grima.
?Y qu¨¦ ha ocurrido con int¨¦rpretes de calidad contrastada, con talento para venderte sus personajes, como Pablo Iglesias, Albert Rivera, In¨¦s Arrimadas? Parecen caricaturas de su antigua imagen. El antiguo incendiario ahora intenta parecerse a un monje humillado. Y los otros estiran insoportablemente el chicle con consignas tan huecas como tontas. Pedro S¨¢nchez siempre me ha parecido un mal actor, nada cre¨ªble, pero el poder le ha mejorado un poquito. Y el avergonzado personal seguir¨¢ votando. Y el voto en blanco no servir¨¢ para castigar al desvergonzado negocio.
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