Esto es arte, no una casa

Si le acongojan las noticias de que viene una recesi¨®n, este programa no es para usted. Pero mientras llega lo peor, ?qu¨¦ demonios!, no pasa nada por so?ar con vivir como un rico. No un rico cualquiera, no. Uno tan sofisticado que decide habitar una obra de arte ¨²nica y genial. ?El ala de un Boeing 747 como techo? S¨ª, eso vale. La arquitectura es de las pocas artes en las que queda algo por inventar.

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El c¨®mico y su tragedia

Conocemos supercasas por el mundo y a sus due?os en The World's Most Extraordinary Homes, cuidada serie de la BBC disponible en Netflix. Los h¨¦roes aqu¨ª son los arquitectos, que dan rienda suelta a su creatividad cuando se les pone en las manos un presupuesto ilimitado. En cada cap¨ªtulo se visitan cuatro viviendas con dise?o impactante y voluntad de fundirse con el paisaje. El arquitecto Piers Taylor nos explica qu¨¦ le dice cada elemento; la actriz Caroline Quentin pone el contrapunto l¨²dico y se ba?a en todas las piscinas.

Una de las ¨²ltimas entregas busc¨® casas asombrosas en Espa?a. Una tiene forma de plaza de toros, pero no responde al t¨®pico: alrededor del ruedo se despliegan paredes transparentes y m¨®viles. Otra es como un minipueblo con su plaza com¨²n y patios privados para las familias de tres hermanas. En otra se vive en contenedores met¨¢licos semienterrados en el Pirineo. La m¨¢s chocante reutiliza enormes vigas de hormig¨®n de puentes y logra crear espacios acogedores.

Ojo: vivir en una obra de arte moderno es arriesgado. Algunas de esas casas parecen m¨¢s innovadoras que c¨®modas. En otras se ve poco rastro de vida cotidiana: ser¨¢ que no son la casa, sino una de las casas. No se habla de cu¨¢nto han costado, eso ser¨ªa una vulgaridad. Los pobres mortales no necesitamos ese dato para quedar boquiabiertos.