La filosof¨ªa de las pasiones de Carlota Casiraghi revoluciona el Hay Festival
El encuentro cultural celebra su jornada central con la presencia de la heredera monegasca, que ha presentado su proyecto filos¨®fico
La poes¨ªa propia y ajena le¨ªda por Basilio S¨¢nchez o Bel¨¦n Ferrier en el paraje del Jard¨ªn del Romeral de San Marcos o la lecci¨®n magistral sobre las claves del populismo dictada por Andr¨¦s Rodr¨ªguez-Pose (ante un auditorio lleno de gente que hab¨ªa pagado siete euros por escuchar por qu¨¦ los antisistema se est¨¢n comiendo el sistema) han quedado apartadas en un rinc¨®n de la memoria de unos pocos cuando Carlota Casiraghi, hija de la princesa Carolina de M¨®naco, ha irrumpido en la escena del Hay Festival de Segovia pasadas las cinco de la tarde. Acompa?ada de Robert Maggiori, su profesor de filosof¨ªa en el liceo, Casiraghi, que no admit¨ªa preguntas, ha desgranado durante 45 minutos escasos las esencias de su filosof¨ªa de las pasiones ante m¨¢s de 1.000 personas.
Licenciada en Filosof¨ªa por la Sorbona, Casiraghi (Principado de M¨®naco, 33 a?os), se ha propuesto una misi¨®n: que la gente se aleje de esa imagen abstracta de la filosof¨ªa, que dejen de pensar que es algo que est¨¢ lejos, que no crean que la muerte o la vida, el amor o los celos, son ideas que les resultan ajenas. Por eso ha escrito junto Maggiori (Osimo, 72 a?os), cr¨ªtico literario en Lib¨¦ration y experto en Antonio Gramsci, Archipi¨¦lago de pasiones (Libros del Zorzal), una obra en la que dialogan sobre amistad, paciencia, odio, piedad, celos, arrogancia¡ As¨ª hasta llegar a 40 sentimientos distintos. La gran cuesti¨®n que plantea esta peculiar pareja es: ?cu¨¢l es el papel de la filosof¨ªa en el mundo contempor¨¢neo? Casiraghi concreta: ¡°La filosof¨ªa nos permite tener una relaci¨®n distinta con lo cotidiano, con el tiempo, es un ejercicio de paciencia porque, ante todo, plantea la cuesti¨®n de la finitud, de la muerte. Es muy dif¨ªcil resumir con pocas palabras cosas que van m¨¢s lejos. Es muy dif¨ªcil saber lo que significa de verdad¡±.
A lo largo del encuentro, el di¨¢logo va fluyendo entre los dos, que resuelven su presencia en el Hay como una pareja de baile tan bien entrenada que, aseguran, les cuesta explicar c¨®mo funciona todo. ¡°Me inquieta el discurso del odio¡±, afirma Casiraghi para resumir uno de sus argumentos centrales ante la pregunta de su editor en espa?ol, Leopoldo Kulesz, que moderaba el acto. ¡°Es una de las pasiones m¨¢s dif¨ªciles de entender o de aceptar. Es algo sumamente complejo. Es un llamamiento a una espiral de violencia y se va insinuando de forma muy desagradable¡±, contin¨²a. ¡°El discurso del amor no es una soluci¨®n¡±, complementa su profesor. ¡°Hace falta unirse, protestar. El discurso del odio se frena con el discurso de la raz¨®n¡±, remata Maggiori, con un tono algo encendido, antes de que el p¨²blico aplauda, al principio de manera t¨ªmida, luego en entusiasta comuni¨®n.
La filosof¨ªa es un ejercicio de paciencia porque, ante todo, plantea la cuesti¨®n de la finitud, de la muerte
¡°Carlota lo ha dicho muy bien¡±, intercede en varias ocasiones el profesor antes de apoderarse del discurso y repetir ideas similares. ¡°Nuestros or¨ªgenes son muy distintos. Tenemos diferencias de pensamiento, de lecturas y recorrido intelectual, pero aun as¨ª ha funcionado porque ha prevalecido esa idea de reencuentro¡±, explica Maggiori para glosar las virtudes de su proyecto, que se concreta tambi¨¦n en los Encuentros filos¨®ficos de M¨®naco, que ambos organizan desde 2015. ¡°Todo buen profesor debe pensar que todos sus alumnos comparten las mismas cualidades y tienen una inteligencia pareja¡±, lanza la alumna aventajada.
Al terminar, superada una euforia que ha generado incluso alguna reventa, ya se ve¨ªa en el atasco de salida a algunos fans de James Ellroy pulular por los alrededores del aula magna de la sede del Instituto de Empresa, libros en mano, ansiosos por ver al perro rabioso de la literatura norteamericana, a la espera de una lecci¨®n bien distinta.
Babelia
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