Thomas Piketty, contra la propiedad privada
El economista franc¨¦s, gran te¨®rico de la desigualdad, publica ¡®Capital e ideolog¨ªa¡¯, un monumental ensayo que propone ¡°la circulaci¨®n de bienes¡± para ¡°superar el capitalismo¡±
No es la lucha de clases, ni la mano invisible del mercado, ni menos a¨²n la historia de los grandes l¨ªderes y batallas lo que mueve el mundo, sino las ideas, seg¨²n el economista franc¨¦s Thomas Piketty. Y el aleph que a casi todo da sentido, la llave de la evoluci¨®n de las sociedades es la propiedad privada. Qui¨¦n posee qu¨¦ y en nombre de qu¨¦.
Las desigualdades crecientes de ingresos y patrimonio, que Piketty diseccion¨® en una obra anterior, el superventas El capital en el siglo XXI (Fondo de Cultura Econ¨®mica, 2014), son producto de una ideolog¨ªa. Cada momento tiene su justificaci¨®n, un argumento que lo sostiene, y transformar el mundo obliga a cambiar de ideas. ¡°Dar un sentido a las desigualdades, y justificar la posici¨®n de los ganadores, es una cuesti¨®n de importancia vital. La desigualdad es ante todo ideol¨®gica¡±, escribe en Capital e ideolog¨ªa, reci¨¦n publicado en Francia y que lanzar¨¢ Deusto en castellano.
El nuevo libro es ambicioso. Empezando por las dimensiones: 1.200 p¨¢ginas. Abarca siglos, desde la Edad Media hasta hoy. Se extiende por cuatro continentes. Desborda las disciplinas acad¨¦micas: de la econom¨ªa a la historia, de la ciencia pol¨ªtica a la teor¨ªa de la justicia y a la literatura. Las novelas de Jane Austen, Balzac o Carlos Fuentes ofrecen tanta o m¨¢s informaci¨®n que una bater¨ªa de gr¨¢ficos y tablas, unas 170, sobre la historia de la propiedad privada y su efecto en las desigualdades.
¡°Hoy afrontamos una l¨®gica de acumulaci¨®n sin l¨ªmite y de sacralizaci¨®n del derecho del propietario¡±, dijo esta semana Piketty en un encuentro con corresponsales en la Paris School of Economics, donde codirige el Laboratorio Mundial de la Desigualdad. ¡°Y olvidamos que los grandes ¨¦xitos del siglo XX en la reducci¨®n de las desigualdades, pero tambi¨¦n en el crecimiento econ¨®mico, se obtuvieron reequilibrando los derechos del propietario con los del asalariado, el consumidor. Se hizo circular la propiedad¡±.
Capital e ideolog¨ªa contiene tres libros en uno. El primero y m¨¢s extenso ¡ªlas 800 primeras p¨¢ginas¡ª es una historia detallada de lo que el autor llama los ¡°reg¨ªmenes desigualitarios¡± o ¡°de desigualdad¡±. Comienza por el Antiguo R¨¦gimen y la desigualdad ¡°trifuncional¡± de las sociedades divididas en el clero, la nobleza y el tercer estado. Si aquel sistema perdur¨® durante siglos, fue porque una ideolog¨ªa lo sosten¨ªa, disfrutaba de una legitimidad: se justificaba por la necesidad de seguridad, que deb¨ªa garantizar la casta guerrera, y de sentido, del que se encargaba la casta sacerdotal.
De la ideolog¨ªa ¡°trifuncional¡±, Piketty pasa a la ¡°sociedad de propietarios¡±. La Revoluci¨®n Francesa de 1789 aboli¨® los privilegios, pero no la propiedad privada, que pod¨ªa incluir a los esclavos. Entre 1800 y 1914 las desigualdades se disparan y superan los niveles del Antiguo R¨¦gimen. ¡°El argumento de la ¨¦poca era que, si se cuestiona el derecho de propiedad, adquirido en un marco legal, nunca sabremos d¨®nde parar, y el caos se impondr¨¢¡±, explica Piketty.
El periodo de entreguerras en el siglo XX es una transici¨®n entre el ¡°propietarismo¡± desigualitario y no regulado del siglo XIX y la era socialdem¨®crata de la posguerra mundial. Estados Unidos y Europa adoptan entonces la fiscalidad progresiva con tipos impositivos que superaron el 80%, sistemas de protecci¨®n social avanzados y el acceso a la educaci¨®n. Deja paso a partir de los ochenta, con la revoluci¨®n reaganiana y la ca¨ªda del bloque sovi¨¦tico, a lo que Piketty denomina el ¡°hipercapitalismo¡±. La ideolog¨ªa desigualitaria, lo que en este periodo, que es el nuestro, legitima el statu quo, ser¨ªa la meritocracia, ¡°la necesidad de justificar las diferencias sociales apelando a capacidades individuales¡±.
La ¡°izquierda brahm¨¢n¡±
Aqu¨ª termina el primero de los tres libros. El segundo, que ocupa las 300 p¨¢ginas siguientes, es un estudio sobre la evoluci¨®n del sistema de partidos en Europa y Estados Unidos. En unos a?os los socialdem¨®cratas han pasado de ser el partido de la clase trabajadora al de la ¨¦lite con diplomas universitarios y han abrazado las ideolog¨ªas de la desigualdad. Son los c¨®mplices necesarios del ¡°hipercapitalismo¡±, seg¨²n Piketty, que acu?a el t¨¦rmino de ¡°izquierda brahm¨¢n¡± (por el nombre de la casta sacerdotal hind¨²). Esta domina la ¨¦lite pol¨ªtica junto a la ¡°derecha mercader¡± (las ¨¦lites econ¨®micas y empresariales). Es un eco de la sociedad ¡°trifuncional¡± del Antiguo R¨¦gimen que deja a las clases populares en la intemperie pol¨ªtica y a la merced de los mensajes nacionalistas y racistas.
El tercer y ¨²ltimo libro dentro de Capital e ideolog¨ªa es el m¨¢s breve, menos de cien p¨¢ginas, pero el m¨¢s debatido en Francia. En este cap¨ªtulo, Piketty lanza su programa de ¡°socialismo participativo¡± para ¡°superar el capitalismo y la propiedad privada¡±. El objetivo es convertir la propiedad en ¡°temporal¡± y ¡°organizar una circulaci¨®n permanente de los bienes y la fortuna¡±. Defiende una integraci¨®n federal de la Uni¨®n Europea. Y aboga por un impuesto sobre el patrimonio con un tipo m¨¢ximo del 90% para los supermillonarios, por una cogesti¨®n de las empresas, en las que los trabajadores compartan el poder, y por una especie de herencia para toda persona de 25 a?os de 120.000 euros.
¡°El hipercapitalismo del siglo XIX, previo a 1914, se estrell¨® contra la competencia muy fuerte entre pa¨ªses, que eran potencias coloniales. De tanto acumular activos en otras partes del mundo acabaron destruy¨¦ndose mutuamente¡±, concluy¨® Piketty en la citada conversaci¨®n. ¡°Hoy no ocurrir¨¢ lo mismo. Pero lo que puede ocurrir es que este divorcio con las clases populares conduzca a una explosi¨®n de la Uni¨®n Europea y a un repliegue en las identidades nacionales¡±.
Un intelectual de izquierdas, optimista y totalizador
El capital en el siglo XXI, publicado en 2013 en franc¨¦s, vendi¨® m¨¢s de dos millones de ejemplares y marc¨® en Europa y Estados Unidos el debate sobre las desigualdades. Thomas Piketty, de 48 a?os, es el ¨²ltimo ejemplar del intelectual totalizador. La novedad es que ahora el intelectual ya no es un fil¨®sofo, ni un soci¨®logo ni un novelista, sino un economista. Y no construye sus propuestas en el aire sino que se apoya en un andamiaje s¨®lido en el que el big data tiene un papel central. El economista Branko Milanovic llama a este m¨¦todo, en un art¨ªculo en Le Monde, "turbo-Annales", en alusi¨®n a la llamada escuela de la revista Annales, corriente hist¨®rica multidisciplinar y emp¨ªrica de historiadores fundada a finales de los a?os veinte.
Piketty no es, como tantos en el paisaje intelectual franc¨¦s, un declin¨®logo abonado a la ret¨®rica apocal¨ªptica. "Soy fundamentalmente optimista", declara. Y se refiere a su nuevo libro: "Capital e ideolog¨ªa parte de una constataci¨®n: ha habido una mejora prodigiosa de los niveles de educaci¨®n y de salud. Y termina con otra constataci¨®n optimista: hay un aprendizaje de la justicia en la historia. Hay fases de regresi¨®n terrible, pero creo en una historia de progreso: no solo t¨¦cnico, sino humano, por medio de la educaci¨®n y la sanidad, y con una organizaci¨®n social que sea m¨¢s igualitaria en el sentido de que permita acceder a la educaci¨®n, a la cultura, a la riqueza". Si un rasgo de la izquierda fue la fe en el progreso humano, Piketty la conserva.
Babelia
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