¡°Decir que la novela negra critica el sistema es reivindicar el g¨¦nero desde el complejo¡±
Rosa Ribas se estrena en Tusquets con la historia de una familia de detectives que tiene tanto de drama de enredo como de 'noir' costumbrista alejado de los t¨®picos
Mateo Hern¨¢ndez regenta una curiosa agencia de detectives. Es curiosa porque sus empleados son sus hijos: Marc y Amalia. Y porque no es una agencia de detectives de altos vuelos. Es una agencia de barrio. Eso quiere decir que investigan peque?os casos ¨C su especialidad son las infidelidades, claro ¨C, y que, cuando cualquiera de ellos pasea por las calles del barrio en cuesti¨®n, el barcelon¨¦s Sant Andreu, lo hace con la sensaci¨®n de conocer el lado oculto que le da sentido a todo. Porque la informaci¨®n es poder, y los secretos, la ¨²nica forma de mantenerse a salvo. Mateo, un buen hombre, ligeramente exigente y algo alica¨ªdo, lo sabe bien. Por eso la primera y ¨²nica regla de la agencia de los Hern¨¢ndez es que no se investiga a la familia.
¡°?La verdad? Quer¨ªa contar una historia familiar, ?y por qu¨¦ no pod¨ªa mi historia familiar adoptar la forma de una novela negra? ?De qu¨¦ est¨¢n hechas las familias sino de secretos? ?Y qu¨¦ hacen los detectives sino sacar a la luz secretos?¡±, se pregunta Rosa Ribas (El Prat de Llobregat, 1963), veterana del crimen literario que se estrena en Tusquets ¨C hasta ahora militaba en Siruela ¨C con Una historia demasiado familiar, la primera entrega de una serie que, dice, ¡°ser¨¢ larga¡±, porque los Hern¨¢ndez, esta curiosa familia de detectives, ¡°han ocultado muchas cosas durante demasiado tiempo¡±. La principal es la que sale a la luz cuando un poderoso constructor le encarga a Mateo encontrar a su hijo desaparecido: la desaparici¨®n de Nora, la hija mayor de la familia, que anda en paradero desconocido desde hace demasiado tiempo.
?Por qu¨¦ los Hern¨¢ndez, siendo como son detectives, no han movido un dedo para encontrarla? Para empezar, no creen que le haya pasado nada. Lo que creen es que ha desaparecido porque ha querido. Despu¨¦s de todo, es buena en su trabajo, y no va a dejar pistas. Va a ser imposible rastrearla. Pero luego est¨¢ el asunto del porqu¨¦. Quiz¨¢ la desaparici¨®n tenga que ver con algo que encontr¨® y es probable que ese algo pueda hacer estallar la familia. Pero eso solo lo sabe Mateo. Amalia, preocupada porque duda y teme que su hermana se haya metido en un aprieto del que no puede salir sola, decide reconstruir sus pasos para tratar de encontrarla mientras finge que trabaja en casos corrientes. ¡°Es parad¨®jico, siendo detectives, lo poco que saben unos de otros¡±, dice la escritora, a la que la idea de explorar de qu¨¦ manera ¡°saber m¨¢s puede llegar a hacernos infelices¡± le atrajo desde el principio.
Tambi¨¦n le gust¨® lo terrible de tener que trabajar para tu padre, que siempre esperar¨¢ algo m¨¢s de ti de lo que eres capaz de ofrecer. ¡°Amalia y Marc se sienten en todo momento presionados por la idea de que su padre es tambi¨¦n su jefe y quieren que se sienta orgulloso de ellos, a distintos niveles, lo que no es nada f¨¢cil de llevar¡±, dice. Es un d¨ªa de septiembre. La escritora, afincada desde hace a?os en Frankfurt, est¨¢ pasando unos d¨ªas en Barcelona para hablar de los Hern¨¢ndez. ?Ha paseado por Sant Andreu, el barrio de sus detectives. Al respecto, ?por qu¨¦ Sant Andreu, un barrio hasta ahora hu¨¦rfano de detectives, en una Barcelona superpoblada de investigadores de papel? ¡°?La verdad? Me pareci¨® perfecto. Quer¨ªa un barrio que pudiese parecer un pueblo. En el que todo el mundo se conociese, aunque fuese de vista. Me bast¨® un paseo para darme cuenta de que era perfecto¡±, contesta.
Amo la enorme m¨¢scara del g¨¦nero. La gente no te supone detr¨¢s, pero ah¨ª est¨¢s. La ficci¨®n pura te da una libertad enorme Rosa Ribas
Amante de autores centroeuropeos como Bohumil Hrabal, ¡°capaz de tejer mundos enteros¡±, autores, dice, ¡°entre costumbristas y raros, que se te meten dentro¡±, Ribas pone en el centro a los personajes, porque de son ellos, dice, los que construyen sus historias. ¡°Lo que verdaderamente me gusta es observar las extra?ezas de la gente. Lo raros que somos todos si nos miramos muy de cerca¡±, asegura. En ese sentido confiesa que ¨¦sta, pese a no parecerlo, es su novela m¨¢s personal. ¡°Amo la enorme m¨¢scara del g¨¦nero. La gente no te supone detr¨¢s, pero ah¨ª est¨¢s. La ficci¨®n pura te da una libertad enorme. Parece que hoy en d¨ªa solo la autoficci¨®n cuenta historias reales, pero esas historias no lo cuentan todo. La ficci¨®n pura es la ¨²nica que te permite hacerlo¡±, argumenta.
Asegura Ribas que aborrece la idea de que se relacione al g¨¦nero negro con la cr¨ªtica social. ¡°Decir que la novela negra critica el sistema es una manera de reivindicar el g¨¦nero desde el complejo, me parece horrible. Los escritores de novela negra no escribimos panfletos, hacemos literatura¡±, sentencia. Y hacer literatura es llegar al fondo de los temas que la obsesionan. Y a ella hay un tema que la persigue desde hace mucho, y es el del retornado. ¡°El familiar perdido cuya ausencia ha crecido hasta el punto de hab¨¦rsele idealizado. ?Qu¨¦ pasa si vuelve? La familia se ha reconstruido alrededor de ese vac¨ªo, que vuelve a llenarse, pero de forma distinta, porque la persona a la que se espera no existe en realidad¡±, dice. Sin darse cuenta, todo lo que ocurre en Una historia demasiado familiar prepara el lector ¨C y a ella misma ¨C para lo que ocurrir¨¢ en la segunda entrega, en la que explorar¨¢ la figura del retornado. ¡°Me interesa saber qu¨¦ hay despu¨¦s del final feliz¡±, a?ade, esta experta en la creaci¨®n de detectives alejados de los t¨®picos. La m¨¢s famosa de todas, la comisaria alemana de madre gallega Cornelia Weber-Tejedor.
?Alg¨²n truco para crear detectives? ¡°?Truco? Que, antes que detective, es una persona. Es decir, huir del arquetipo. El detective borracho y solitario del hard-boiled est¨¢ acabad¨ªsimo. No s¨¦, en mi caso, los detectives siempre han tenido familia, y su vida familiar ha estado al mismo nivel, narrativamente, que el caso que investigaban¡±, contesta. Le gusta que el mundo de la ficci¨®n televisiva se est¨¦ poblando de detectives que escapan, por fin, a los t¨®picos, ¡°aunque sigue habiendo muchas tan b¨¢sicas que hasta podr¨ªas darles cuerda¡±, critica. Luego vuelve a la novela. Quiere hablar de Lola, la madre. ¡°Los Hern¨¢ndez orbitan a su alrededor como se orbitar¨ªa alrededor de un planeta. Ella los mantiene cautivos, enajenados. Todo lo que hacen lo hacen para intentar complacerla. Creen que solo si lo hacen, tal vez, alg¨²n d¨ªa, volver¨¢ a ser la de siempre¡±, dice. A veces, las familias son peque?as constelaciones.
Babelia
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