¡°El mundo no est¨¢ listo para lo que las mujeres negras tenemos que decir¡±
Koleka Putuma debuta con la recopilaci¨®n de poemas ¡®Amnesia Colectiva¡¯, un ¡®best seller¡¯ publicado en espa?ol por Flores Raras
A menudo, los versos de Koleka Putuma son calificados de incendiarios. Su ¨¦xito arrollador sigue rodeado de cierta estupefacci¨®n. Nadie parece explicarse que el primer poemario de una joven queer nacida en 1993 se haya convertido en ¨¦xito de ventas en Sud¨¢frica, con m¨¢s de 5.500 ejemplares vendidos y once reediciones. Amnesia Colectiva, as¨ª se titula el libro de Putuma (publicado al espa?ol por Flores Raras), no ha parado de cosechar reconocimientos y premios literarios. La propia Putuma sit¨²a el origen del fuego en 2015, cuando los organizadores de la sesi¨®n TED de la ciudad sudafricana de Stellenbosch le propusieron sustituir a una escritora que se ausent¨® en el ¨²ltimo momento. ¡°Fui la ¨²ltima en recitar¡±, dice Putuma. ¡°Recuerdo que algunas personas blancas empezaron a ponerse rojas delante de m¨ª. El ¨²ltimo poema los desbord¨®¡±. El poema era Water, en el que la autora compara la relaci¨®n que negros y blancos tienen con el mar (¡°Y a menudo oigo ese chiste / sobre c¨®mo la gente Negra no sabe nadar [¡] Comp¨¢ralo con c¨®mo lo hacen ellxs, en plan Vigilantes de la playa [¡]). Al cierre del evento hubo quejas y el poema termin¨® censurado en el v¨ªdeo que los organizadores publicaron en YouTube: ¡°Puede que el mundo est¨¦ listo para la presencia de mujeres negras en ciertos espacios, pero no est¨¢ listo para lo que tenemos que decir¡±.
Koleka Putuma creci¨® en un suburbio al norte de Ciudad del Cabo en el seno de una familia numerosa. Su primer contacto con la literatura se produjo a los 14 a?os. Escribi¨® un rap como ejercicio para el colegio, un inicio que marcar¨ªa para siempre una particular relaci¨®n esc¨¦nica con las palabras: ¡°No tengo un gran bagaje literario. Mi escritura tiene una orientaci¨®n visual¡±. Putuma asegura que le influye m¨¢s el teatro que los libros, y que siempre que escribe lo hace con intenci¨®n de recitar. Al abordar la raza y la negritud en sus poemas, la comparecencia de su cuerpo adquiere un sentido profundo para ella: ¡°Un d¨ªa entend¨ª que era una ni?a negra. En mi familia, las reglas eran mucho m¨¢s estrictas que en las familias mixtas y blancas. No hac¨ªamos las mismas cosas por restricciones econ¨®micas y de raza¡±.
Si algo parece haber sobrecogido a los sudafricanos es la capacidad de una joven que no vivi¨® el apartheid de describir el sentir de la poblaci¨®n negra. En especial, el modo en que han mutado las opresiones en un pa¨ªs que la autora califica de democracia capitalista. Putuma trata ¡°los efectos secundarios del colonialismo¡± alej¨¢ndose de la ret¨®rica de la liberaci¨®n anti apartheid, hoy explotada por los partidos pol¨ªticos de su naci¨®n. Escribe sobre c¨®mo el sistema perpet¨²a la desigualdad entre razas mientras el consumismo alimenta la ceguera en su comunidad, y lo hace hablando sobre centros comerciales, entierros y Beyonc¨¦: ¡°Existe la idea de que escribir sobre lo fr¨ªvolo es ser apol¨ªtico, es estar desconectado o desinformado¡±, dice Putuma. ¡°Yo creo que es al rev¨¦s. Escribir sobre nuestras vidas, incluyendo el McDonald¡¯s y el pastel de queso, es un acto pol¨ªtico en una sociedad que espera que las mujeres negras tengamos representaciones muy estrechas de nosotras mismas¡±.
A esta actualizaci¨®n de la mirada pol¨ªtica sudafricana hay que sumarle un uso del lenguaje inclusivo muy pegado a internet, en el que conviven las listas, los titulares virales y hasta los memes. Estos ¨²ltimos inspiraron uno de sus versos m¨¢s famosos: ¡°Quiero a alguien que vaya a mirarme y quererme /como lxs blancxs miran y quieren/ a Mandela¡±.
El feminismo africano llama a la puerta
Amnesia Colectiva es tambi¨¦n un alegato feminista. No solo habla de la violencia sexual contra las mujeres en su pa¨ªs, que alcanza cifras de epidemia, sino que se atreve a nombrar un tema tab¨² en la sociedad sudafricana: las violaciones dentro de la familia. ¡°S¨¦ que es dif¨ªcil hablar de ello. Todo lo que tiene que ver con la familia lo es¡±, asegura. ¡°Pero cada semana recibo mensajes de lectoras muy j¨®venes que me dicen que les encantan mis poemas¡±. En un momento en el que los mensajes feministas son procesados para su posterior venta al por mayor, Putuma escarba en las heridas m¨¢s purulentas de su entorno y escribe un verso que ha estremecido m¨¢s all¨¢ de las fronteras de su pa¨ªs (ya puede leerse como grafiti en paredes europeas, o en forma de tatuaje sobre pieles blancas): ¡°No quiero morir/ con las manos en alto/ ni abierta de piernas¡±. Ante las recientes traducciones de su obra al espa?ol, al alem¨¢n y al dan¨¦s, Putuma responde a la cuesti¨®n de si las mujeres blancas pueden comprender sus versos del mismo modo que las negras: ¡°No lo s¨¦, no soy blanca. Los blancos se sienten atra¨ªdos por la vida negra hasta el punto de apropiarse de ella¡±.
La autora se muestra reflexiva ante el ¨¦xito de su primer poemario. Como activista feminista y queer habituada a moverse en c¨ªrculos de las artes esc¨¦nicas y las actuaciones, para Putuma fue impactante verse en la lista Forbes de los j¨®venes m¨¢s influyentes de ?frica. Cree que la irrupci¨®n de las mujeres negras es una oportunidad que entra?a riesgos para el trabajo radical: ¡°Utilizan nuestras voces para promover su agenda. El momento requiere mucho discernimiento¡±. Asegura que lo que que m¨¢s la enorgullece es de la efervescencia de los slams de poes¨ªa entre los j¨®venes de su pa¨ªs: ¡°Est¨¢n creciendo r¨¢pido. Los j¨®venes gravitan hacia ellos porque all¨ª encuentran lo ¨²nico que necesitan para encontrar su lugar en el mundo: libertad de expresi¨®n y una comunidad¡±.
Koleka Putuma no solo se suma a la ola de autoras africanas de ¨¦xito en el mercado occidental como Chimamanda Ngozi Adichie, NoViolet Bulawayo o Kopano Matlwa, sino que parece romperlo todo cuando recita: los prejuicios sobre los privilegios y la ceguera pol¨ªtica de su generaci¨®n. Y la imagen ¨²nica de c¨®mo debe de ser la mujer africana que lucha.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.