Las Ventas debe una Puerta Grande a El Cid (y el torero le adeuda seis)
El fallo reiterado con la espada le ha impedido ser reconocido como figura hist¨®rica
El diestro Manuel Jes¨²s El Cid se despidi¨® el pasado d¨ªa 4 de Madrid y la plaza le dej¨® a deber una salida por la puerta grande. Se la merec¨ªa con todos los honores, con sobrados m¨¦ritos, porque el torero de Salteras ha sido un madrile?o vestido de luces, y en el ruedo vente?o ha dibujado algunos de los naturales m¨¢s profundos de la historia de la tauromaquia.
Pero, a veces, las normas impiden que el sentimiento haga justicia, y las omisiones se convierten en d¨¦bitos eternos.
La afici¨®n de Madrid debe una puerta grande a El Cid, sin ninguna duda.
Claro que no es menos cierto que el torero sevillano le debe a Madrid, al menos, seis, las mismas tardes que por culpa de la espada fue incapaz de culminar grandiosas faenas; fallos tan graves como imperdonables que le han impedido, quiz¨¢, ser considerado esa figura hist¨®rica que su mano izquierda anunciaba una y otra vez.
De su mano zurda han brotado algunos de los naturales m¨¢s hondos de la tauromaquia
El pasado d¨ªa 4, Manuel Jes¨²s El Cid se despidi¨® y, de acuerdo con su trayectoria de los ¨²ltimos a?os, tampoco culmin¨® la actuaci¨®n con un triunfo. Silencio y vuelta al ruedo fue el resultado de su actuaci¨®n.
Pero El Cid es un torero de Madrid. En esa plaza debut¨® con picadores en marzo de 1995 despu¨¦s de conocer la dureza de la profesi¨®n en el muy serio y astifino Valle del Ti¨¦tar. En Las Ventas tom¨® la alternativa el 23 de abril de 2000, y aqu¨ª escribi¨® su leyenda y encandil¨® con la magia de su mano izquierda, de la que brotaron muchos y emocionantes pasajes que permanecer¨¢n para siempre en la memoria de los aficionados.
Se convirti¨® en ¨ªdolo de Madrid ¡ªcatedr¨¢tico con los toros de Victorino Mart¨ªn¡ª y honr¨® la tauromaquia con una actitud de hombre cabal.
Sesenta y un pase¨ªllos como matador de toros y nueve como novillero en Las Ventas componen una hoja de servicios tan encomiable como admirable; y sin que nunca volviera la cara a los carteles comprometidos.
Dos veces cruz¨® a hombros el umbral de la so?ada Puerta Grande de Madrid: el 3 de junio de 2005, con toros de Victorino Mart¨ªn, y el 22 de mayo de 2006, con una corrida de Alcurruc¨¦n.
Manuel Jes¨²s fue tambi¨¦n profeta en su tierra, y tuvo la dicha de disfrutar de cuatro salidas por la Puerta del Pr¨ªncipe de la Maestranza, ¡ª57 corridas lidiadas en Sevilla¡ª que no es un galard¨®n balad¨ª; y en Bilbao, en el a?o 2007, el 25 de agosto, en solitario ante seis victorinos, alcanz¨® una de las cimas m¨¢s altas de su carrera.
El Cid ha honrado la fiesta de los toros con una actitud de hombre cabal
Han sido 20 a?os de carrera nada f¨¢cil, sin el debido reconocimiento ganado en el ruedo, y cimentada, eso s¨ª, en el esfuerzo y en una afici¨®n sin l¨ªmite. No ha contado El Cid con el apoyo del taurinismo, no ha sido un torero fotog¨¦nico para los medios de comunicaci¨®n, y, por esos misterios insondables de la existencia, sus grandes triunfos en Sevilla, Madrid y Bilbao, entre otras plazas de primera, no le granjearon la consideraci¨®n de figura incontestable del toreo.
?Y mira que ha sido buen torero¡!
Adem¨¢s, en junio de 2010, cuando ya hab¨ªa alcanzado todas las metas de su carrera, falleci¨® su padre, y Manuel Jes¨²s sufri¨® un dur¨ªsimo golpe personal y un bache muy grave en su trayectoria profesional.
A partir de entonces, El Cid ya no fue el mismo; descendi¨® notablemente el n¨²mero de corridas, su actitud ante el toro cambi¨® radicalmente, pas¨® sin pena ni gloria por muchas Ferias de Abril y San Isidro, y se anunci¨® en demasiadas plazas de tercera que no le aportaron m¨¢s que experiencia en la cara del toro.
A pesar de todo, ah¨ª est¨¢ su hoja de servicios, con cotas alt¨ªsimas, como corresponde a un torero privilegiado, y simas duraderas y profundas por esas cicatrices imperecederas y, a veces, insuperables, de la vida.
Sea como fuere, El Cid ha sido ¡ªy es¡ª un torerazo, cuya carrera ha sido recogida en un libro que prepara el periodista sevillano Carlos Crivell, titulado El Cid, un torero al natural, que ver¨¢ la luz a principios de 2020. Por fin, el diestro ha encontrado quien le escriba.
Lo que no encontr¨® el pasado d¨ªa 4 fue qui¨¦n enfilara la puerta grande de Las Ventas para sacarlo a hombros, como merec¨ªa, hasta la calle de Alcal¨¢. Los exigentes aficionados del tendido 7 lo recibieron con una muy cari?osa pancarta que rezaba ¡°El Cid, torero de Madrid. Gracias¡±, y le obligaron a salir dos veces hasta la raya del tercio para saludar las ovaciones del p¨²blico. Y, al final, se lo llevaron en volandas por la puerta de cuadrillas.
Es verdad, no obstante, que la deuda de El Cid con Madrid es m¨¢s abultada. As¨ª, a vuelapluma, aparecen hasta seis tardes de triunfo grande rotas por el mal manejo de la espada.
- San Isidro 2002. Toro Guitarrero, de Hern¨¢ndez Pla.
- 5 de junio de 2003. Toros de Victorino.
- 18 de junio de 2004. Toro Guitarra, de Alcurruc¨¦n.
- 15 de mayo de 2008. Corrida de El Pilar.
- 30 de septiembre de 2011. Corrida de Puerto de San Lorenzo.
- 4 de octubre de 2013. Corrida de Victoriano del R¨ªo.
Por cierto, para despejar dudas sobre la idoneidad de la Puerta Grande que se le hurt¨® a El Cid, nada mejor que acudir a la historia y a la jurisprudencia de los maestros.
As¨ª escrib¨ªa Joaqu¨ªn Vidal en las p¨¢ginas de este peri¨®dico el 30 de septiembre de 1985 con motivo de la despedida de Anto?ete de su plaza de Las Ventas.
¡°La salida a hombros por la puerta grande, a despecho de reglamentos, que en esta ocasi¨®n no ten¨ªan sentido, constituy¨® el justo premio a una vida de torer¨ªa irrenunciable, la consagraci¨®n final de un torero noble y cabal que lo ha ofrecido todo en aras de la fiesta. Pues una despedida del toreo no es el examen final y definitivo de una oposici¨®n a c¨¢tedra, ¡ªque esa ya estaba hecha, muchos a?os atr¨¢s¡ª, sino la ocasi¨®n solemne de que p¨²blico y torero compendien y magnifiquen la mutua identificaci¨®n que se consolid¨® entre ambos a lo largo de tantos a?os¡±.
Y el cr¨ªtico de Abc, Vicente Zabala, a?ad¨ªa en su cr¨®nica: ¡°Hoy, t¨², por encima de todos los reglamentos del mundo, que nada valen ante el sentimiento de un pueblo, has roto la barrera de lo convencional¡±.
Anto?ete se hab¨ªa anunciado en un mano a mano con Curro V¨¢zquez para decir adi¨®s, y la tarde no sali¨® seg¨²n lo previsto. Silencio, pitos y vuelta fue el balance de su actuaci¨®n, pero la afici¨®n, agradecida por la trayectoria del torero, lo sac¨® a hombros por la puerta grande.
Pues, eso¡
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