Situaci¨®n catacl¨ªsmica, m¨¦dicos que parecen magos y toreros heroicos
Los d¨ªas 12 y 13 de octubre han quedado marcados en la lista negra de la temporada 2019
La foto que ilustra la cabecera de este texto es de premio; es un estremecimiento, un tratado de vida, la mejor expresi¨®n de los muchos y grandes valores de la tauromaquia, la dureza y grandeza de esta fiesta tan cruenta como noble.
El protagonista de la imagen es Miguel ?ngel Perera, quien, instantes despu¨¦s de la tremebunda cogida de Mariano de la Vi?a, con la cara desencajada, el alma quebrada y el olor a tragedia pegado al traje de luces, pide un rastrillo a los areneros y limpia el charco de sangre que el compa?ero herido hab¨ªa dejado sobre la arena.
¡°Esto es as¨ª y hay que seguir¡±, parece decir.
Perera es la representaci¨®n del h¨¦roe, ¡®de esos h¨¦roes del siglo XXI que no nos merecemos¡¯, en palabras del compa?ero Juan Diego Madue?o.
Siete toreros y un recortador resultaron heridos en el fin de semana
La autora de esa vibraci¨®n en colores es Muriel Feiner, periodista, escritora y fot¨®grafa, nacida en Nueva York, aficionada comprometida y casada con el matador de toros Pedro Giraldo. Muriel -una mujer pegada a sus c¨¢maras- recorre las principales ferias y ofrece cada tarde una magistral lecci¨®n de periodismo gr¨¢fico m¨¢s all¨¢ de muletazos insustanciales.
Esa instant¨¢nea es la m¨²sica triste de un fin de semana ¡®catacl¨ªsmico¡¯, adjetivo usado por el doctor Val Carreres, cirujano de la plaza de Zaragoza, para calificar la situaci¨®n del torero Mariano de la Vi?a cuando entr¨® en la enfermer¨ªa.
Porque los d¨ªas 12 y 13 de octubre de 2019 han quedado ya marcados en la lista negra de la temporada taurina.
En la ma?ana del D¨ªa del Pilar, el recortador Pablo Mart¨ªn Guindi cay¨® herido en la plaza de Zaragoza y sufri¨® tres graves cornadas.
Por la tarde, en Las Ventas, el bravo Gonzalo Caballero volvi¨® a la enfermer¨ªa con un ¡®tabaco¡¯ gordo, otro, uno m¨¢s de los muchos a los que parece estar abonado este torero.
Y el domingo, el cataclismo. Mariano de la Vi?a se despe?¨® por el gran precipicio, y tuvo la suerte de que en el fondo del abismo encontrara un equipo m¨¦dico que lo devolvi¨® a la superficie.
Los toreros son unos locos dispuestos a entregar su vida por una ilusi¨®n
Pero hubo m¨¢s en esa corrida que cerraba la feria del Pilar.
El subalterno Jos¨¦ Mar¨ªa Soler fue volteado por el segundo toro en un par de banderillas y anda de m¨¦dicos con da?os en el menisco de la pierna derecha y el escafoides de la mano derecha.
Miguel ?ngel Perera, que hab¨ªa limpiado la sangre de De la Vi?a, dej¨® tambi¨¦n goterones de la suya cuando el sexto toro le rob¨® el capote y lo persigui¨® con sa?a hasta que lo empiton¨® por el muslo derecho.
Y a Ponce le detectaron la fractura de una costilla, consecuencia de la voltereta que sufri¨® en la misma plaza el jueves 10 de octubre.
Esa tarde del domingo, en la localidad granadina de La Peza ca¨ªa herido el subalterno Rub¨¦n Garc¨ªa P¨¦rez con una cornada en la regi¨®n pectoral. Y m¨¢s all¨¢ del Atl¨¢ntico, en la plaza M¨¦xico, otro subalterno, Gerardo Angelino, fue atendido de una cornada en la zona perianal.
Un fin de semana realmente ¡®catacl¨ªsmico¡¯.
?Y qu¨¦?
Pues que la temporada ha querido despedirse con todo su rigor. Los toros matan y en el ruedo se muere de verdad, lo que no justifica en modo alguno el fraude y la manipulaci¨®n impuesta por los taurinos poderosos.
La fiesta de los toros es para h¨¦roes, extraterrestres, seres de otra galaxia, extra?os incomprendidos en una sociedad que pierde valores a borbotones y trata de esconder sus miserias en lo socialmente correcto, tan lejano, tantas veces, de la realidad del ser humano.
Una fiesta de locos y para locos; de unos locos llamados toreros, dispuestos a entregar su vida por una ilusi¨®n; y para una gente envenenada por la emoci¨®n que desprende el espect¨¢culo en el ruedo.
Y, a veces, el h¨¦roe cae y se ve rodar por un despe?adero que no parece tener fin. Y all¨ª, en la tenue oscuridad que separa la luz de las tinieblas aparece otros seres, extraterrestres tambi¨¦n, expertos profesionales que tratan con milagrosa eficacia de que el ca¨ªdo recupere otra vez la verticalidad.
Cuando Mariano de la Vi?a lleg¨® a la enfermer¨ªa se encontr¨® con el doctor Carlos Val Carreres y su equipo, y nadie sabe c¨®mo consiguieron reanimar ese cuerpo inerte vapuleado y corneado por una negra mole enfurecida.
Pero Val Carreres y los suyos no son dioses ni magos; son m¨¦dicos honorables, prestigiosos y respetados, como tantos otros, an¨®nimos la mayor¨ªa, que cuidan de los locos vestidos de luces que desaf¨ªan los l¨ªmites del ser humano.
Por cierto, Mariano de la Vi?a, torero desde que naci¨® en Albacete hace 51 a?os (los cumpli¨® el d¨ªa antes de la cogida), saldr¨¢ de esta. Seguro. Saldr¨¢ porque los toreros no son terrenales, sino seres atl¨¦ticos, fuertes como una roca, hechos al sacrificio, al esfuerzo y a la superaci¨®n. Unos locos que no nos merecemos.
En septiembre del a?o pasado fue el pregonero de la feria de su ciudad natal, y all¨ª cont¨® c¨®mo conoci¨® el ambiente taurino en su ni?ez de la mano de su padre, Mariano de Mingo Molina, aficionado, profesional taurino y profesor de la Escuela Taurina de Albacete, y su abuelo, Valeriano de la Vi?a, novillero, banderillero, ganadero y empresario.
Fue su padre quien le propuso ser banderillero para aprender y conocer el oficio, y a ello se dedica desde 1986. Ha figurado en las cuadrillas de su primo Rafael de la Vi?a, Daniel Luque, V¨ªctor Mendes y Manuel Caballero, aunque ha alcanzado la vitola de figura al lado de Enrique Ponce, a cuyas ¨®rdenes torea desde hace m¨¢s de dos d¨¦cadas. En total, casi 2.500 corridas de toros y otros 500 festejos m¨¢s entre novilladas y festivales.
Honor y gloria para Mariano y para todos los toreros ca¨ªdos; respeto y admiraci¨®n para unos m¨¦dicos que parecen magos. Y veneraci¨®n siempre para estos locos del siglo XXI que nacen dispuestos a entregar su vida por una ilusi¨®n, y se visten de colores y luces para no pasar desapercibidos. ?Qu¨¦ menos¡!
S¨ªguenos en Twitter
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.