Gonzalo Pont¨®n: ¡°Los intelectuales catalanes han sido muy cobardes¡±
El creador de los sellos Cr¨ªtica y Pasado & Presente es investido doctor 'honoris causa' por la Universidad Pompeu Fabra
Suele ir directo a la bibliograf¨ªa, busca lo que llama ¡°t¨ªtulos vertebradores¡± de la materia y si no aparecen o est¨¢n desfasados, decide no incorporar ese libro a su cat¨¢logo. Es uno de los infalibles trucos con los que Gonzalo Pont¨®n (Barcelona, 1944), creador de sellos como Cr¨ªtica y Pasado & Presente y autor de La lucha por la desigualdad, se ha convertido, tras 55 a?os de labor, en el editor m¨¢s emblem¨¢tico de ensayo e historia de Espa?a desde la Transici¨®n. ¡°Un referente en la difusi¨®n del pensamiento hist¨®rico, pol¨ªtico, human¨ªstico, literario y cient¨ªfico de m¨¢xima categor¨ªa intelectual¡±, seg¨²n la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, que hoy le inviste por ello doctor honoris causa.
Pregunta Lleg¨® a la industria del libro muy precoz, con 14 a?os.
Respuesta. Estaba como enloquecido con la lectura: me escapaba de clase para ir a leer a casa; mi padre, cubano, emigr¨® a Espa?a con, no s¨¦ por qu¨¦, una de las maletas cargada de libros, del que a¨²n recuerdo El fin de una raza, de Pereda; luego, en casa de un amigo vi que trabajaba con galeradas, y me cedi¨® algunas: ?cobrar por leer: pagaban a 50 c¨¦ntimos!; luego pas¨® a Ariel y yo entr¨¦ ah¨ª en 1964 como aprendiz de corrector.
De Manuel Sacrist¨¢n aprend¨ª lo que es la responsabilidad intelectual: le vi pasarse dos d¨ªas consultando para saber si mercado deb¨ªa traducirlo por concurrencia o competencia
P. Y en 1973 ya era su director editorial.
R. Ariel era un intento de reconectar intelectualmente con la Rep¨²blica. Alexandre Argull¨®s, uno de sus fundadores, necesitaba un ayudante: con los autores se manten¨ªa una gran correspondencia; yo me acab¨¦ encargando tambi¨¦n de gestionar las traducciones y as¨ª conoc¨ª a dos colaboradores capitales en mi vida: Manuel Sacrist¨¢n y Josep Fontana. De Sacrist¨¢n aprend¨ª lo que es la responsabilidad intelectual: le vi pasarse dos d¨ªas consultando para saber si mercado deb¨ªa traducirlo por concurrencia o competencia.
P. En ese periodo, coincidir¨ªa con la gauche divine¡
Las ¨¦lites no quieren compartir el control del conocimiento real; el sistema capitalista conspira contra el conocimiento y, en consecuencia, contra la igualdad
R. Siempre menospreci¨¦ a la gauche divine, incluida la editorial; me provocaban dolor de est¨®mago: su mundo no ten¨ªa nada que ver con el m¨ªo; nunca me he dedicado a las relaciones p¨²blicas... Cuando muchos de aquellos editores llegaban a sus despachos a media ma?ana tras intensas noches en Bocaccio, yo hac¨ªa tres horas que estaba en el m¨ªo: mis jornadas siempre han sido de 14 y 15 horas...
P. Tambi¨¦n acab¨® haciendo libros muy distintos de los suyos.
R. A pesar de que la edici¨®n ha ido a peor desde entonces, siempre he pensado que los libros hacen una labor en Espa?a que la universidad, ni la franquista ni la democr¨¢tica, ha hecho: que el conocimiento traspase sus paredes y la cultura llegue a la gente: nunca he hecho libros solo para la tribu acad¨¦mica; ese fue el planteamiento de Cr¨ªtica desde el primer d¨ªa, cuando la fund¨¦ en 1976, con ayuda de Juan Grijalbo.
Para ser editor de no ficci¨®n hace falta conocimiento: de ah¨ª que me rodeara de gente como Sacrist¨¢n, Josep Fontana, Jordi Nadal, Francisco Rico¡
P. ?No han cambiado las cosas?
R. Nada. En el XVIII, los grandes editores intelectuales tiraban entre 1.500 y 2.000 ejemplares; 300 a?os despu¨¦s, desde Pasado & Presente hacemos los mismos. Es inquietante que esta ¨¦lite lectora no crezca; no es democr¨¢tico lo que pasa con el conocimiento en Espa?a. Que la gente se escandalice por lo que dicen los de Vox de las Trece Rosas republicanas¡ Somos ignorantes, es como decir que la Tierra es plana: he publicado al menos 20 libros donde se ha explicado¡
P. ?D¨®nde est¨¢ el problema, pues?
Siempre he pensado que si una editorial gana dinero, ese dinero ha de ser para reinvertir en ella y no para que juegue con ¨¦l el amo del capital
R. En que vivimos en un mundo en el que las ¨¦lites no quieren compartir el control del conocimiento real; el sistema capitalista conspira contra el conocimiento y, en consecuencia, contra la igualdad; y no nos enga?emos: s¨ª, estamos ante la generaci¨®n m¨¢s titulada, pero no es la m¨¢s preparada. Si a ello se a?ade que al ser humano le da pereza pensar¡ En ese sentido, como editor he fracasado.
P. Pero ha vendido m¨¢s de 60.000 biograf¨ªas del Conde Duque de Olivares de Elliott, ha convertido la Historia de Espa?a de Pierre Vilar, los diarios de Aza?a o la Historia del tiempo de Stephen Hawking, cuyos derechos adquiri¨® por solo 20.000 d¨®lares, en best-sellers. Ha tenido buena nariz: Fontana, Antony Beevor, El florido pensil¡
R. El olfato es para la narrativa, no para el ensayo; si eres analfabeto puedes ser un editor literario, como lo fueron Juan Grijalbo, Juan Salvat o Lara padre, que se guiaban por elementos externos al libro: la actualidad, el sexo, la ¨²ltima pol¨¦mica, lo m¨¢s vendido en otro pa¨ªs; pero para serlo de no ficci¨®n hace falta conocimiento: de ah¨ª que me rodeara de gente como Sacrist¨¢n, Fontana, Jordi Nadal, Francisco Rico¡
Muchos se llaman editores, pero son solo capitalistas del producto libro
P. La leyenda dice que rechaz¨® para Cr¨ªtica la biograf¨ªa de Franco de Paul Preston porque no le gust¨® y la desvi¨® a otro sello del grupo, Grijalbo¡
R. No es cierto: la regal¨¦ para ayudar a Grijalbo, donde hac¨ªa muy poco hab¨ªa aterrizado como editor Daniel Fern¨¢ndez. En cualquier caso, he sido un editor muy duro: cuando mando, soy desp¨®tico.
P. ?Alg¨²n modelo de editor?
R. Javier Pradera; es el que m¨¢s me ha fascinado: era muy inteligente, conoc¨ªa perfectamente la cadena del libro; inspir¨¢ndome en ¨¦l cre¨¦ Ariel Quincenal, libros a 50 pesetas para gente que quer¨ªa leer y no ten¨ªa dinero: en 1968 vend¨ªamos 15.000 ejemplares.
P. All¨ª donde ha ido, Ariel, Cr¨ªtica, Pasado & Presente, le han seguido sus autores. ?C¨®mo ha logrado fidelizarlos?
R. Me he implicado mucho siempre en su labor, he tejido complicidades; muchos de sus originales eran temas muy interesantes, pero no lo sab¨ªan comunicar y yo les he ayudado; y luego he tenido mucha paciencia, nunca les he presionado: quer¨ªa que quedaran satisfechos de su trabajo, independientemente de lo que hab¨ªamos firmado en el contrato.
P. En noviembre de 1998 abandon¨® Grijalbo-Mondadori por diferencias con sus directivos y sali¨® de Planeta en 2009 con una jubilaci¨®n forzosa y sin su sello Cr¨ªtica. Usted mismo se ha definido como ¡°un tipo molesto¡±¡
R. Mi amigo editor Andr¨¦ Schiffrin hablaba del mercado como la nueva censura, pero ese mercado es el de toda la vida. La edici¨®n es un negocio capitalista como cualquier otro y se ha de saber jugar dentro del sistema y yo he jugado y he hecho ganar muchos millones a mis amos con sus editoriales; soy un muy buen CEO: Cr¨ªtica, con sus 2.500 t¨ªtulos, nunca perdi¨® dinero, como tampoco lo pierden los 100 que ya he publicado en Pasado & Presente; pero tambi¨¦n siempre he pensado que si una editorial gana dinero, ese dinero ha de ser para reinvertir en ella y no para que juegue con ¨¦l el amo del capital; he tratado de robarles dividendos para hacer m¨¢s libros; por eso soy un tipo inc¨®modo para ellos; no tengo su cultura empresarial, el gen depredador que se ha de tener para ser directivo de Planeta, por ejemplo¡ Mucha de esa gente se llaman editores, pero son solo capitalistas del producto libro.
P. Un producto libro que compite y sue?a, a la vez, con plataformas audiovisuales¡
R. Netflix es el nuevo panem et circenses, el juguete de moda para distraer a la gente, la ¨²ltima zanahoria de la televisi¨®n, que se ha quedado con la clientela que ten¨ªa antes la religi¨®n.
P. Como editor, ?c¨®mo valora la bibliograf¨ªa que ha generado el proc¨¦s?
R. Poco t¨ªtulo de calado. Por un lado, los intelectuales catalanes son muy cobardes, deb¨ªan haber denunciado desde el primer momento la maniobra de CiU para aprovecharse, desde el eje nacionalista, de las justas protestas de la gente por su situaci¨®n econ¨®mica; ten¨ªan que haber desenmascarado a Artur Mas, monaguillo de Jordi Pujol, y a sus cooptados Puigdemont y Torra.
P. ?Y desde el otro lado del Ebro?
R. La actitud de la pol¨ªtica espa?ola ha sido tremendamente idiota; Espa?a, sociol¨®gicamente, es de derechas, a¨²n tiene una mentalidad de mayorazgo y manos muertas, un punto reaccionaria¡ En ese contexto conjunto, la infantilizaci¨®n que vemos de la ense?anza est¨¢ en l¨ªnea con la voluntad de manipular a las masas, imbuirlas de porquer¨ªa con los mass-media. A bajar el list¨®n de la universidad lo han llamado democratizarla; en fin...
P. ?Qu¨¦ libro suyo lamenta que haya tenido menos ¨¦xito?
R. Sin duda, el de De Sainte-Croix, La lucha de clases en el mundo griego antiguo. Lo edit¨¦ en 1988: ah¨ª ya explicaba todo lo que pasa hoy; vend¨ª poqu¨ªsimos y a saber en qu¨¦ almac¨¦n debe de estar pudri¨¦ndose; dinero y esfuerzo que no han servido para nada.
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