¡®Salvados¡¯, un primer programa muy echado para adelante
La vuelta del espacio ha alcanzado una forma de verdad, sin impostaciones y con una puesta en escena muy sobria que favorece al nuevo presentador, Gonzo
El estreno de Gonzo en Salvados fue uno de los programas m¨¢s echados para adelante que recuerdo, y lo fue por un detalle que pudo pasar inadvertido: se nombraron empresas muy importantes. No era, desde luego, la primera vez en la historia de un programa que ha incordiado a las el¨¦ctricas o a Mercadona, pero este cap¨ªtulo marc¨® dos diferencias: se trataba de grandes anunciantes y se les citaba como escenarios de historias de acoso sexual a trabajadoras. Seguramente, el peor motivo por el que una empresa quiere ser citada.
El respaldo de Atresmedia a tal osad¨ªa es una prueba de la enorme importancia que la marca Salvados tiene para el grupo. A m¨ª me gust¨® que aparecieran las empresas con su nombre, pero no por el anarquista sentimental que llevo dentro, sino por razones estrictamente narrativas: es muy importante que los relatos ocurran en un lugar de cuyo nombre nos acordemos. Si Gonzo hubiera situado los testimonios de esas cuatro mujeres en compa?¨ªas hipot¨¦ticas, los habr¨ªamos sentido ajenos a nosotros. Saber que transcurren en lugares que frecuentamos o que reconocemos los hace no solo veros¨ªmiles, sino verdaderos.
Salvados alcanz¨® ayer una forma de verdad, y lo hizo sin impostaciones, sin estridencias y con una puesta en escena muy sobria que favorece al nuevo presentador, evitando as¨ª comparaciones con ?vole. Gonzo se refugi¨® en el contraplano, preguntando con brevedad y sin rodeos, como si no se atreviera a dejar impronta. Normal: a¨²n debe de sentirse en casa ajena.
Un amigo cineasta me dice que los primeros cap¨ªtulos de una serie son siempre los peores, porque lo seriado necesita coger cuerpo y ritmo. Tambi¨¦n la primera columna de un columnista es la peor, y conviene no ir al teatro en el estreno, es mejor cuando lleve media docena de funciones. Pero, a falta de calentamiento, no pinta mal la cosa.
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