Heridas de paz
El montaje de Ernesto Caballero es cerebral, fiel al estilo de Brecht
Quien se lucra con la guerra, lo acaba pagando caro. Tal es el mensaje que Brecht siembra en Madre Coraje, drama ¨¦pico escrito a ra¨ªz de la invasi¨®n de Polonia por nazis y sovi¨¦ticos: la guerra de los Treinta A?os, donde est¨¢ ambientado, sirve a su autor para hablar de la que se avecina. Hoy, la funci¨®n nos hace pensar en las de Oriente Pr¨®ximo, alimentadas desde Occidente, que sufre un efecto boomerang en forma de atentados. Teatro de ideas puestas en boca de arquetipos, dibujados en cuatro trazos (el predicador, el cocinero, el sargento¡) e inspirados en personajes de los cuadros de Brueghel y en La p¨ªcara Coraje, novela donde Grimmelshausen retrata a una mujer capaz de prosperar en la contienda que asol¨® Europa entre 1618 y 1648.
La racionalidad con la cual est¨¢ dise?ado el plan de Madre Coraje, su didactismo y lo esquem¨¢tico de sus personajes, puestos al servicio del pensamiento del autor (metido a menudo a cap¨®n), determinan su puesta en escena. La del propio Brecht, filmada por Wekwerth y Palitzsch, resulta fr¨ªa: a su parecer, si su p¨²blico no se emocionaba aprender¨ªa mejor la lecci¨®n. En la pr¨¢ctica, penetra m¨¢s el c¨¢lido mensaje antibelicista de Johnny cogi¨® su fusil, novela coet¨¢nea de Dalton Trumbo, el de Arthur Miller en Todos eran mis hijos o el de Silencio, emotivo tango popularizado por Gardel en 1933.
El montaje de Ernesto Caballero es cerebral: no se sustrae a lo que en lenguaje brechtiano podr¨ªamos llamar ¡°condiciones objetivas del texto¡±. La versi¨®n que de las canciones originales ha hecho Luis Miguel Cobo abunda en producir distanciamiento entre el espectador y la acci¨®n. El vigor dram¨¢tico innato de Blanca Portillo aqu¨ª se manifiesta amortiguado.
Madre Coraje y sus hijos. Texto: Bertolt Brecht. Direcci¨®n: Ernesto Caballero. Teatro Mar¨ªa Guerrero. Madrid. Hasta el 17 de noviembre.
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