Luis Mateo D¨ªez: ¡°Ya vivo m¨¢s escribiendo que viviendo¡±
El novelista leon¨¦s narra en ¡®Juventud de cristal¡¯ las agitadas vidas de un grupo de impulsivos chavales
Dos j¨®venes se enamoran mientras se acurrucan para protegerse de un chaparr¨®n. Tras unos minutos de cari?os, cuando deja de llover ella se da cuenta de que en verdad no siente lo que cre¨ªa. En ese mundo de enso?aciones y euforias desordenadas se mueven los personajes de Juventud de cristal (Alfaguara), la nueva novela de Luis Mateo D¨ªez (Villablino, Le¨®n, de 77 a?os), un escritor que ha construido su narrativa de una realidad paralela. En ella viven los j¨®venes de la ciudad de Armenta, ubicada en su m¨ªtica Celama, en una trama que no se sabe en qu¨¦ tiempo transcurre y da igual que sea as¨ª. Lo importante es ¡°la mirada microsc¨®pica sobre estos personajes¡±, dice D¨ªez en su casa de Madrid. ¡°Hay una protagonista, Mina, que desde la vida adulta recuerda al grupo de amigos de esos a?os de emociones, vanas ilusiones, un mundo de quimeras, una burbuja¡¡±.
?Son los j¨®venes del relato como los de hoy? ¡°No he querido hacer una visi¨®n generacional¡±, aclara el novelista. ¡°Es cierto que los de mi libro tienen una vitalidad explosiva, son muy radicales en sus enamoramientos y algo de eso hay tambi¨¦n en los de ahora¡±. Ese af¨¢n por vivir fuera de los l¨ªmites de la normalidad nace, en los chicos de Juventud de cristal, de ¡°la conciencia ef¨ªmera del tiempo¡±, explica D¨ªez, premio Nacional de Narrativa en dos ocasiones: 1987, por La fuente de la edad, y en 2000, por La ruina del cielo.
La excepci¨®n a esos comportamientos est¨¢ en la protagonista, que se desvive por sacar a sus amigos de los l¨ªos en que se meten. ¡°Quer¨ªa escribir una novela desde una voz femenina. Mina tiene unos sentimientos desbordados, que le llevan a ayudar a estos p¨¢jaros extraviados y a vivir a trav¨¦s de ellos¡±, a?ade.
En el mundo real te?ido de irrealidad que ha creado el narrador leon¨¦s hay espacios simb¨®licos, como es com¨²n a sus novelas. Armenta es ¡°una ciudad con la aureola de lo antiguo y la desgracia de lo viejo, un mundo de acabamiento¡± por la que transitan trenes, que son la met¨¢fora ¡°de la vida como un viaje que no lleva a ning¨²n sitio¡±. Y hay dos lugares repletos de magia y recuerdos, el Cine de los Sustos, entre cuyos escombros refulgen fotogramas de pel¨ªculas antiguas con las que fantasean los j¨®venes, y el Baile de Corales, que rememora otros tiempos. D¨ªez se siente a gusto en su mundo y no tiene deseos de abandonarlo. ¡°Es un territorio de libertad, on¨ªrico, surrealista¡ Adem¨¢s, no compito con nadie¡±, bromea.
Oralidad del lenguaje
Si se rastrea en el estilo de este miembro de la Real Academia Espa?ola desde 2001, sobresale la oralidad del lenguaje. ¡°Hay en mis libros unas estructuras sint¨¢cticas un tanto complejas, que pueden provocar sugerencias l¨ªricas, y un tono entre lo coloquial y lo literario¡±. Una reflexi¨®n que le lleva a su pasado: ¡°Tengo la sensaci¨®n de que mi infancia estuvo m¨¢s cerca de la de un ni?o de la Edad Media que de la de mis nietos en esta edad tecnol¨®gica. Mi padre es la persona que he conocido que m¨¢s sab¨ªa nombrar las cosas. Todo hay que nombrarlo para conocerlo, lo que no tiene nombre no existe¡±.
D¨ªez r¨ªe cuando se le apunta su cualidad de prol¨ªfico. Este mismo a?o public¨® Gente que conoc¨ª en los sue?os, en el que recordaba su infancia; hace poco m¨¢s de a?o y medio se edit¨® la divertida El hijo de las cosas; en abril de 2017 lanz¨® Vicisitudes¡ ¡°Empec¨¦ siendo lento al escribir, hasta que perfil¨¦ mi literatura. Soy prol¨ªfico, pero serlo no es seguro de nada. Hoy ya vivo m¨¢s escribiendo que viviendo. Lo vivido, para mi desgracia, lo tengo ya neutralizado¡±. Una sentencia que no le hace perder la sonrisa para abundar en su capacidad para fabular: ¡°Cuando fallezca bonanciblemente, espero que no me caiga una teja en la cabeza, quedar¨¢n novelas de Luis Mateo D¨ªez para aburrir. Estoy metido en un l¨ªo, pero con fuerte vitalidad para eso¡±.
Y para terminar, confiesa que en cuanto acaba un libro ha pensado el siguiente, de las historias de uno nacen las de otro. As¨ª que, para ser fiel a su costumbre, ya tiene el t¨ªtulo del pr¨®ximo, Los ancianos siderales, que da la pista para saber que esta vez no tratar¨¢ de j¨®venes alborotados.
Literatura con ele de Le¨®n
?Por qu¨¦ hay tantos escritores leoneses hoy? D¨ªez se?ala que "es dif¨ªcil de explicar" porque, adem¨¢s, son de edades distintas: Jos¨¦ Mar¨ªa Merino (gallego criado en Le¨®n), Antonio Colinas, Julio Llamazares, Andr¨¦s Trapiello, Jes¨²s Torbado (fallecido en 2018), Pablo Andr¨¦s Escapa¡ "En Le¨®n no hubo gran tradici¨®n literaria hasta el siglo XX, con la revista Espada?a [fundada, entre otros, por los leoneses Eugenio Garc¨ªa de Nora y Antonio Gonz¨¢lez de Lama]. Quiz¨¢s ha contribuido el que somos amigos y escritores provinciales, no provincianos". Puestos a buscar un motivo, hay que recordar la costumbre en las fr¨ªas tierras leonesas del filand¨®n, la reuni¨®n de vecinos al calor del fuego para contar historias. "Hay un patrimonio de literatura popular, oral, aunque tambi¨¦n ayud¨® la presencia en la zona de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza", hito que D¨ªez cont¨® en la novela Las lecciones de las cosas.
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