?Qui¨¦n es Tamara Falc¨®?
La concursante gana 'MasterChef Celebrity' con su madre, Isabel Preysler, y Vargas Llosa anim¨¢ndola en el plat¨®
¡°?Es otra Tamara! ?Es otra Tamara!¡±. Isabel Preysler exclamaba aquello sin salir de su asombro mientras su hija cortaba cabezas y patas de pich¨®n de un hachazo que le sobresaltaba a cada tajo. Tamara Falc¨® se centraba en ello imbuida en su lado zen, pero centrada tambi¨¦n dentro del men¨² que la ha convertido en ganadora de esta ¨²ltima edici¨®n de MasterChef Celebrity. Su madre fue testigo de ello in situ, junto a su pareja, el escritor Mario Vargas Llosa. Ambos vieron c¨®mo Falc¨® fue coronada en la prueba final frente a F¨¦lix G¨®mez, el otro contendiente.
Lo mismo que verbaliz¨® Isabel Preysler lo pensaba toda Espa?a. Hemos asistido durante unos meses a trav¨¦s del talent show gastron¨®mico a la transformaci¨®n de Tamara Falc¨®. Y justo este jueves, en la ma?ana de la resaca de la gran final, nos preguntamos realmente qui¨¦n es: ?La espont¨¢nea y desprejuiciada dise?adora de moda que hasta hace nada no sab¨ªa cortar una cebolla ante Bert¨ªn Osborne? ?Esa mujer que a los 38 a?os no ha abandonado la casa de mami? ?Una sucesora de Pitita Ridruejo entregada al fervor mariano con el rezo del rosario como m¨¦todo de concentraci¨®n infalible? ?La ni?a bien que ha asistido a ese tipo de colegios car¨ªsimos en los que no te ense?an a rematar las frases (O sea, es como¡ ?sabes?) y la muchacha familiar que a todos los ex de su madre, bien sean cantantes o prebostes de la econom¨ªa los llama t¨ªo Julio o t¨ªo Miguel? ?O en cambio ese portento del rigor y las medidas que clava ahora recetas de vanguardia provistas de humos, emulsiones y multiesf¨¦ricos y presenta los platos con un toque de decoraci¨®n cuyo mejor ingrediente es la fantas¨ªa? ?Qui¨¦n demonios es hoy Tamara Falc¨®?
Ese machiluro sobradete llamado Jordi Cruz, el poli malo del programa, cay¨® del burro y lo reconoci¨® ante las c¨¢maras. ¡°Yo pens¨¦ al principio: ahora viene la ni?a pija que no da palo al agua. Me equivoqu¨¦. ?Sabes c¨®mo se llama eso? Prejuicio¡¡±. El cocinero se lo solt¨® cuando le hab¨ªa presentado ya la Ensalada Miraflores, un homenaje a su madre, el pich¨®n con multiesf¨¦rico de ma¨ªz y aire de chocolate, dedicado a su padre y la tarta de melocot¨®n, herencia de su abuela materna filipina.
¡°Eres la persona m¨¢s transparente y noble que he conocido¡±, remat¨® Cruz. Para un maromo tan duro, ese signo de debilidad fue el mejor broche para toda aquella tensi¨®n sexual no resuelta que ha planeado a lo largo de todo el programa entre Tamara (Tami) y ¨¦l. ?Un guion pactado? Quiz¨¢s, pero sin disimulos y con consejos por parte de Boris Izaguirre, que para la cocina de vanguardia no vale, queda claro, pero para mantener en todo lo alto y al nivel de una comedia sofisticada el espect¨¢culo, le sobra talento.
Fue el venezolano quien aconsej¨® al cocinero c¨®mo vestir el d¨ªa que acudiera a cenar a casa de Isabel Preysler: ¡°Americana, sin corbata y unos buenos zapatos¡±, le dijo poco despu¨¦s de calificar la qu¨ªmica que desped¨ªan ambos en la preparaci¨®n de la segunda prueba como algo digno de una canci¨®n de Julio Iglesias.
Boris manej¨® el eje del show durante las dos primeras horas. Si no es por ¨¦l, nadie llega a la final desde el sal¨®n de su casa. Resultaron, en contraste con sus artes celestinas y su perpetuo cachondeo, un rollo patatero dentro de esta mezcla de g¨¦neros que a¨²na la gastronom¨ªa con el pasteleo de la fama sin que nadie llegue a sacarse los ojos como en un reality.
No tuvo apenas gracia en el primer tramo, entregados como anduvieron a mayor gloria de Cruz para preparar una receta absurda que consist¨ªa en destrozar un trozo de buen at¨²n a base de ba?arlo en oro. Ingenier¨ªa vacua gastron¨®mica al alcance de nadie. Un mareo que sirvi¨® solo para conocer al primer finalista de la noche: F¨¦lix G¨®mez, chavalote noble y bien plantado que dej¨® para el archivo un coqueteo constante con Izaguirre. Picos en la boca a granel con el divo cat¨®dico y un ambiente de poliamor que seguro despista a los votantes de Vox con un mensaje contundente: Espa?a es sobre todo buen rollo, no se confundan.
La segunda eliminatoria sirvi¨® para que Tamara pasara a la ¨²ltima prueba. Pero tambi¨¦n para desvelar un dato crucial acerca de la Historia reciente de este pa¨ªs para quienes no lo supieran. Isabel Preysler y Julio Iglesias se casaron en su d¨ªa de penalti y la novia no par¨® de llorar. En Illescas¡ El pueblo de Pepe Rodr¨ªguez Rey, el poli bueno del programa. Esa an¨¦cdota la coron¨® despu¨¦s Preysler con una broma que asegur¨® le suele gastar Mario cuando le cont¨® que ella se hab¨ªa casado all¨ª. ¡°?Con cu¨¢l de todos tus maridos?¡±, le pregunt¨® el Nobel.
Fue ella quien al lado de su hija centr¨® toda la atenci¨®n de la parte final, que incorpor¨® al jurado al gran Joan Roca. Su asombro, su garbo, su complicidad materno filial, su im¨¢n, ese saber estar hasta fuera de sitio. ¡°?Qui¨¦nes son los Chunguitos?¡±, pregunt¨® cuando estos revelaron haberse ofrecido de voluntarios como padrinos para el primer hijo de Tamara. Preysler es m¨¢s de portada de ?Hola! que de plat¨®s, m¨¢s de posado para exclusivas de papel cuch¨¦ que de acci¨®n televisiva, m¨¢s de discreci¨®n a vista de consultorio en las salas del dentista, que de rating de audiencia.
En eso basa su misterio y un continuo pedestal en la fama desde hace cinco d¨¦cadas sin que sepamos muy bien a qu¨¦ se dedica. ¡°A mi madre, si hay algo que le gusta, es ganar¡±, confesaba Tamara Falc¨® al final del programa. A ella se ve que tambi¨¦n. Los 75.000 euros de premio eran lo de menos. Se los ha donado a Mensajeros de la Paz, del padre ?ngel, como estipulan las reglas del show. Pero ella sabe a estas alturas que ha sacado mucho m¨¢s jugo: echar por tierra su inquietante frivolidad y demostrar a Espa?a entera que algo sabe hacer y qui¨¦n es cuando realmente se lo propone.
La final de MasterChef Celebrity fue vista por 2.774.000 espectadores con un 25,8% de cuota de pantalla.
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