Reivindicaci¨®n seria de la chorrada
Es imprescindible que los que mandan crean que la chorrada es inofensiva e irrelevante. Porque el d¨ªa que aprecian que la chorrada tiene algo, un no-s¨¦-qu¨¦, estamos perdidos
Los que tenemos costumbre de empezar a leer los peri¨®dicos por el final siempre prestamos una atenci¨®n especial a las chorradas. En las chorradas se encuentra lo mollar. La vida es una sucesi¨®n de chorradas que la hacen vivible. Sin chorradas, nos tirar¨ªamos a las v¨ªas del metro, porque un suicida es alguien transido de importancia, que no tiene a mano o no sabe ver las chorradas que todos necesitamos para seguir viviendo.
Luego, en la parte seria del peri¨®dico y de la vida, hay un mont¨®n de se?oras y se?ores de traje que creen que sostienen el peso del mundo sobre sus hombros. Hay que dejar que lo crean, pobrecillos. Es imprescindible que los que mandan crean que la chorrada es inofensiva e irrelevante, pan y circo, frivolidades de las que no deben ocuparse bajo ning¨²n concepto. Porque el d¨ªa que aprecian que la chorrada tiene algo, un no-s¨¦-qu¨¦, estamos perdidos.
De entre las muchas chorradas del mundo, Eurovisi¨®n se ha postulado a megachorrada, a chorrada hiperb¨®lica y c¨®smica. Y es quiz¨¢ esa grandeza la que ha hecho que los fascistas de Hungr¨ªa se hayan fijado en ella. La tele p¨²blica h¨²ngara no participar¨¢ en el concurso de 2020. No ha dado una raz¨®n, pero unos y otros han dejado caer que les parece demasiado gay. Y a los fascistas h¨²ngaros no les gustan las cosas gais. Algo un poco gay ya es demasiado gay para ellos.
La noticia tambi¨¦n puede sonar a chorrada (de hecho, se publica en la parte del peri¨®dico dedicada a las chorradas), pero los chorradistas sabemos que es como el canario en la mina: el s¨ªntoma de un cataclismo inminente. El mundo siempre empieza a resquebrajarse en la parte de las chorradas. Cuando solo nos queden ruinas, habr¨¢ quien recuerde que todo empez¨® cuando unos h¨²ngaros pasaron de ir a Eurovisi¨®n.
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