Todo el espacio para ser

Conforme avanzamos en su lectura, aumenta de manera considerable el inter¨¦s que nos despierta Gina, primera novela de Maria Climent (Amposta, 1985), que aparece simult¨¢neamente en catal¨¢n y castellano. Y es que enseguida empieza a perfilarse con nitidez una mirada y una voz muy singulares que transforman la narraci¨®n en conocimiento.

M¨¢s que una novela de conocimiento, Gina es la cr¨®nica de una experiencia de madurez, narrada en primera persona por la protagonista y tejida desde la atenta revisi¨®n de los hechos y vivencias que han jalonado la vida de una mujer que, a los treinta y pocos a?os, se ve obligada a tomar una decisi¨®n trascendental, que sin duda condicionar¨¢ el resto de sus d¨ªas. Esta se apunta ya al principio del relato. Climent no juega con enigmas ni intrigas que potencien el inter¨¦s del lector, porque lo sustancial de su novela reside precisamente en la auscultaci¨®n y el auto?an¨¢?lisis de las diversas peripecias que han ido modulando sucesivamente a la ni?a, a la adolescente y a la joven, hasta poco antes de verse ante esa situaci¨®n extrema debido al repentino diagn¨®stico de una grave enfermedad.

Con un lenguaje muy directo y expresivo, cuajado de inflexiones de gran vivacidad y de un coloquialismo fresco y espont¨¢neo, muy natural y nada trillado; sin f¨¢ciles concesiones a la falacia pat¨¦tico-sentimental por m¨¢s que algunas situaciones propiciar¨ªan la tentaci¨®n melodram¨¢tica; y con un peculiar sesgo humor¨ªstico e ir¨®nico, que por momentos se ti?e de ribetes negros y bordea una comicidad desesperanzada, Climent recorre las sucesivas etapas de su protagonista y los distintos escenarios ¡ªmuy bien vistos y plasmados¡ª en que transcurren: desde el pueblo natal y los veranos pasados en una urbanizaci¨®n con los abuelos, la vivienda compartida en los a?os de estudiante universitaria en Barcelona, las estancias en Par¨ªs o el piso que habita con Fran en un animado barrio barcelon¨¦s durante su breve vida en pareja.

Todos estos cambios hacen aflorar un estupendo elenco de personajes secundarios, como Luc¨ªa ¡ªcon su manera tragic¨®mica de afrontar la otra cara de la alegr¨ªa¡ª, la terapeuta Franziska o la impar y decisiva Elizabeth, siempre omnipresente en el imaginario de Gina. Esta galer¨ªa repleta de contrastados personajes femeninos, lejos de ensombrecer a la protagonista, realza a¨²n m¨¢s si cabe la singularidad de Gina: una mujer que, tras cada giro o golpe de la vida, aprende algo. Y que a la hora de recordar o evocar para as¨ª ir trazando las pinceladas de ese lienzo tan amplio y tupido, pese a no ser muchos los a?os vividos, es decir, al contarnos sus tribulaciones, se esfuerza tambi¨¦n por averiguar su sentido y trasladarlo al lector.

Cierto que no deslumbra la idea condensada en las primeras l¨ªneas que abren la novela ¡ª¡°La vida es una sucesi¨®n de acontecimientos inevitables y de acontecimientos evitables que por lo que sea no se han evitado, o que incluso se han buscado¡±¡ª, pero s¨ª muchas otras que se van destilando, mucho m¨¢s breves y astilladas. Y sobre todo, la representaci¨®n de los personajes y sucesos y experiencias que dan lugar a esas im¨¢genes de la vida.

Gina. Maria Climent. Alfaguara (espa?ol) / L¡¯Altra Editorial (catal¨¢n), 2019. 160 / 184 p¨¢ginas. 17,90 euros.