Coraz¨®n, rabia y sangre
Obra acorde con el esp¨ªritu que glorifica: m¨¢s acumulativa que rigurosa, m¨¢s furiosa que estructurada
?Qu¨¦ tienen que ver Eugenio Mart¨ªn, Jordi Grau, Mariano Ozores, Javier Aguirre, Joaqu¨ªn Romero Marchent, Eloy de la Iglesia y Juan Piquer Sim¨®n? Muy poco en la superficie y mucho en una entidad com¨²n a todos ellos y a su cine: la falta de necesidad de la intelectualidad, esa condici¨®n quiz¨¢ asociada a los solemnes tiempos contempor¨¢neos, de arqueo de ceja en se?al de disgusto ante cualquier propuesta de pura explotaci¨®n que no vaya m¨¢s all¨¢ del efervescente entretenimiento. Todos ellos, y alguno m¨¢s, como Narciso Ib¨¢?ez Serrador, Jes¨²s Franco y Paul Naschy, son los cineastas a los que Paco Lim¨®n y Julio C¨¦sar S¨¢nchez han dedicado su primer largometraje documental: Sesi¨®n salvaje. Una obra acorde con el esp¨ªritu que glorifica: m¨¢s acumulativa que rigurosa, m¨¢s furiosa que estructurada, m¨¢s cercana a la historieta que a la did¨¢ctica, pero de divertimento absoluto y seguro que de feliz descubrimiento para cin¨¦fagos sin pretensiones ni remilgos.
SESI?N SALVAJE
Direcci¨®n: Paco Lim¨®n, Julio C¨¦sar S¨¢nchez.
Intervienen: Eugenio Mart¨ªn, ?lex de la Iglesia, Enrique L¨®pez Lavigne.
G¨¦nero: documental. Espa?a, 2019.
Duraci¨®n: 107 minutos.
El trabajo de Lim¨®n y S¨¢nchez entra tan a deg¨¹ello que cuesta entender que hay un (cierto) orden cronol¨®gico en su disposici¨®n narrativa, pues se van acumulando las declaraciones y las secuencias, las teor¨ªas y las tem¨¢ticas, de un modo tan r¨¢pido y libre (libertino, incluso), que a veces da la impresi¨®n de un desali?o que, por obvio, quiz¨¢ no sea tal. Por ah¨ª desfilan en forma de busto parlante no demasiado trabajado (el lugar elegido para la entrevista de Fernando Esteso se lleva la palma en cuanto a feo), y en armon¨ªa con buena parte de las pel¨ªculas de los a?os sesenta, setenta y ochenta que detalla y reivindica, algunos de los protagonistas de este cine de coraz¨®n, rabia y sangre, con especial presencia de Eugenio Mart¨ªn, autor de la hist¨®rica P¨¢nico en el Transiberiano, y un pu?ado de directores actuales influidos por esa especial idiosincrasia, entre ellos ?lex de la Iglesia y Nacho Vigalondo.
Imparable como colecci¨®n de an¨¦cdotas y como veh¨ªculo para el descubrimiento de fabulosas odas a la transgresi¨®n y a la ausencia de prejuicios, Sesi¨®n salvaje siempre va hacia arriba. Hasta desembocar en un ¨²ltimo tercio quiz¨¢ m¨¢s anal¨ªtico, que coincide con la llegada de la llamada Ley Mir¨® y el ocaso de este cine de explotaci¨®n, donde incluso los invitados a la fiesta en forma de entrevistas no llegan a ponerse de acuerdo. Y eso en una obra para el ¨¦xtasis emocional es una bendita sorpresa, porque los dogmas de fe, incluso los m¨¢s gamberros y desinhibidos, pierden fuerza si todos andan de acuerdo y en armon¨ªa. Las pel¨ªculas de la sesi¨®n salvaje de Lim¨®n y S¨¢nchez eran, en buena parte, discutibles en su fuerza y en su pasi¨®n. Pero lo que las une s¨ª que resulta irreprochable: una conexi¨®n con el tiempo en que fueron realizadas y con las sociedades que las vivieron, que hoy en d¨ªa ya quisi¨¦ramos para nosotros.
Babelia
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