Franco: ¡°El militar debe servir a Espa?a y no a un r¨¦gimen determinado¡±
Un libro recupera escritos, discursos y cartas poco conocidas de la ¨¦poca castrense del dictador
![Manuel Morales](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F57c7f876-9be2-490d-9d0e-9d9302011083.jpg?auth=dba1f1374caf61cc09d86d6696c75508432873a677e74051654d15b22d99a0fa&width=100&height=100&smart=true)
![Franco, a la derecha, conversa con el general Mola, al comienzo de la Guerra Civil, en julio de 1936.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/P3BBMPYWOGTU3W5PFKJ2XQVQSQ.jpg?auth=8a00263772b5a5f545e884aa6af245ad64959904d4f38d2cd98e90fb3b3d0abe&width=414)
"El militar, por encima de todo, debe servir a Espa?a y no a un r¨¦gimen determinado". Es la declaraci¨®n de principios del general Franco el 14 de julio de 1931, justo tres meses despu¨¦s de la proclamaci¨®n de la Segunda Rep¨²blica. Estas premonitorias palabras las dirigi¨® en un discurso a los cadetes con motivo del cierre de la Academia General Militar de Zaragoza, que ¨¦l dirig¨ªa, ordenado por Manuel Aza?a, ministro de Guerra, que la ve¨ªa como un centro que propagaba ideas contrarias a su intenci¨®n de un Ej¨¦rcito que no se metiera en pol¨ªtica. Esa proclama de despedida tras tres a?os en Zaragoza, un canto a su gesti¨®n, a la disciplina y el honor forma parte del libro Guerra de Liberaci¨®n. Franco in¨¦dito, publicado por la editorial Almuzara, en el que se recogen varios escritos suyos, adem¨¢s de cartas y discursos casi desconocidos.
El volumen tiene el t¨ªtulo que Franco, como uno de los cabecillas del fracasado golpe de Estado del 18 de julio de 1936, dio a la contienda. "Nuestra Guerra de Liberaci¨®n es un manantial fecundo de ense?anzas militares de todo tipo", escribe en el texto ABC de la batalla defensiva, incluido en el libro. Este pertenece a la colecci¨®n La Guerra Civil contada por sus protagonistas, con la que, a lo largo de 2019, en el 80 aniversario del fin de la contienda, la editorial Almuzara ha recuperado testimonios de sus protagonistas, como el socialista Indalecio Prieto, la anarquista Federica Montseny, la l¨ªder comunista Dolores Ib¨¢rruri, Pasionaria; o el falangista Rafael Garc¨ªa Serrano. "Seis de cada bando y con los matices ideol¨®gicos que hab¨ªa en cada uno de los dos", dice el director de la colecci¨®n, el historiador Fernando Calvo, especializado en la Guerra Civil.
En el caso de Franco, se ha buscado ¡°m¨¢s al militar que a la figura pol¨ªtica o al jefe de Estado¡±, seg¨²n Calvo. El volumen comienza con su Diario de Alhucemas, que narra la operaci¨®n militar espa?ola, con ayuda de Francia, que acab¨® en 1925 con la revuelta liderada por Abd el-Krim en el Rif, el territorio que se hab¨ªa independizado del Marruecos espa?ol. Uno de los art¨ªfices de la victoria fue Franco que, como declara en 1938: ¡°Sin ?frica, yo apenas puedo explicarme a m¨ª mismo¡±.
Ese relato "no es una exaltaci¨®n hagiogr¨¢fica, sino un diario de lo que Franco ve", a?ade Calvo. "El enemigo hace fuego de ca?ones y ametralladoras sobre las barcazas intentando contener el avance", escribe. Aunque a?ade momentos de ¨¦pica, como el relato sobre el teniente Casado: "Animoso, r¨ªe ante la amenaza de las granadas. La muerte le ha rodeado tantas veces que ya le es familiar y no la teme".
![Franco, retratado como general de brigada en 1930.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/SKLIQHUK52VVGPV3PPDQSUCQF4.jpg?auth=ae46f6d27e4a447eecfea7f69715b93db6c4e9b4bcbb0e782a2dae4d4e420c5f&width=414)
Calvo apunta, sobre el estilo de Franco, que ¡°hay una visi¨®n de este como el militarote que impone su voluntad a sangre y fuego, lo que en lo pol¨ªtico fue cierto, pero no era tan bruto como nos lo han pintado, era m¨¢s le¨ªdo", por lo que se deduce de sus escritos.
Complot contra la Rep¨²blica
El recorrido prosigue con la variante y ambigua posici¨®n de Franco hacia la Rep¨²blica. Se pasa de la confesi¨®n a su primo y ayudante, Francisco Franco Salgado-Araujo: ¡°Algunos jefes propalaron por Madrid en 1932 que yo estaba metido en un complot contra la Rep¨²blica¡ Les increp¨¦, amenaz¨¢ndoles con tomar medidas en¨¦rgicas si segu¨ªan propalando esta clase de calumnias". A la carta que dirige, en tono de advertencia, al presidente del Consejo de Ministros y responsable de la cartera de Guerra, Santiago Casares Quiroga, tras el triunfo del Frente Popular en febrero de 1936. En ella habla de "la inquietud en el ¨¢nimo de la oficialidad", aunque asegura que "faltan a la verdad quienes presentan al Ej¨¦rcito como desafecto a la Rep¨²blica". Solo cinco meses despu¨¦s redacta el bando que declara el estado de guerra en Canarias, donde estaba destinado: ¡°La anarqu¨ªa reina en la mayor¨ªa de los campos y pueblos; a tiro de pistola y ametralladora se dirimen las diferencias entre los ciudadanos".
Ya en guerra, a Calvo le llama la atenci¨®n las cartas que Franco se cruza con el general Mola: ¡°Seguimos transportando fuerzas no tan r¨¢pido como esper¨¢bamos. / Situaci¨®n Andaluc¨ªa dura. Aviaci¨®n enemiga bastante actividad [¡]", le transmite al que hab¨ªa sido la cabeza m¨¢s visible de la insurrecci¨®n. Del avance sobre Madrid, escribe el 11 de agosto de 1936: "Siempre consider¨¦ como t¨² que problema capital es ocupaci¨®n de Madrid, y a ello deben encaminarse todos los esfuerzos¡±. Esta acci¨®n "debe consistir en apretarle cerco y privarle agua y aer¨®dromos".
Por supuesto, se incluye el c¨¦lebre ¨²ltimo parte de la guerra, as¨ª como el borrador que previamente hab¨ªa redactado un Franco griposo en su cuartel general de Burgos. El ¡°cautivo y desarmado el Ej¨¦rcito Rojo¡± fue en principio ¡°despu¨¦s de haber desarmado a la totalidad del Ej¨¦rcito rojo¡±.
Casi 30 a?os despu¨¦s, Franco escribe sobre otro conflicto, el de Vietnam, por carta al presidente estadounidense Lyndon B. Johnson, que ha pedido ayuda a sus aliados. En este caso, supo ver lo que ocurri¨®. Franco le advierte de "las grandes dificultades¡± de esa empresa. "La guerra de guerrillas en la selva ofrece ventajas a los elementos ind¨ªgenas subversivos".
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