Nickolas Butler: ¡°El extremismo religioso est¨¢ rozando cotas alt¨ªsimas en Estados Unidos¡±
El autor de ¡®Algo en lo que creer¡¯ carga contra la menguante separaci¨®n entre Iglesia y Estado en EE UU y los peligros de las llamadas curas de fe
El 23 de marzo de 2008, una ni?a de 11 a?os muri¨® deshidratada en su casa de Wisconsin. Padec¨ªa una diabetes que nunca lleg¨® a serle diagnosticada porque sus padres se negaron a llevarla al hospital cuando enferm¨®. Estaban convencidos de que pod¨ªan curarla rezando. Su caso reabri¨® el debate sobre la ¡°cura de fe¡± en Estados Unidos, pa¨ªs en el que tan espinoso asunto ¡°es un problema cada vez mayor¡± del que se habla poco, o nada, seg¨²n Nickolas Butler. Butler, el autor que en Canciones de amor a quemarropa radiografi¨® su adolescencia y posadolescencia junto al tipo que se esconde tras Bon Iver, no ha tenido cerca un caso como el de la ni?a, pero no pudo evitar pensar en ¨¦l cuando regres¨® a su Wisconsin natal. En concreto, cuando regres¨®, acompa?ado de su mujer y sus dos hijos, a la iglesia a la que sol¨ªa ir de ni?o con sus padres. Ese regreso puso en marcha Algo en lo que creer (Libros del Asteroide), su ¨²ltima novela.
¡°Quer¨ªa probar a darles la vida ordenada que yo tuve a mis hijos. Por eso, probamos a ir a la iglesia a la que mi mujer y yo hab¨ªamos ido de ni?os. Una vez all¨ª, me sent¨ª est¨²pido. No cre¨ªa en nada, por supuesto. Ni siquiera pod¨ªa soportar la idea de tratar de entender lo que pasaba por la cabeza del resto de los feligreses. Dejamos de ir, pero no me olvidaba a las familias que segu¨ªan yendo, y, sobre todo, a la ni?a Kara Neumann¡±, relata. El escritor contesta a las preguntas un d¨ªa de invierno en Barcelona. Butler, acostumbrado a las baj¨ªsimas temperaturas del lago Michigan, va en manga corta. ¡°Durante a?os acumul¨¦ informaci¨®n sobre las curas de fe, y de repente, me pareci¨® que hab¨ªa llegado el momento de escribir sobre ello¡±, dice.
Se dio cuenta entonces de hasta qu¨¦ punto el asunto religioso sigue siendo tab¨² en Estados Unidos. ¡°Es peligros¨ªsimo. No se habla de ello. El extremismo religioso est¨¢ rozando cotas alt¨ªsimas y nadie parece querer ponerle freno. Al contrario, los pol¨ªticos parecen haber descubierto que la religi¨®n es una buena herramienta para movilizar el voto. Asusta, porque EE UU se fund¨® sobre la base de la separaci¨®n de poderes entre Iglesia y Estado, hoy una separaci¨®n cada vez es m¨¢s inexistente¡±, asegura. En su novela, el protagonista es un abuelo, Lyle, atrapado entre la fe inquebrantable de su hija, que expone a su nieto a peligros como los que corri¨® la ni?a Neumann, y su propia fe perdida cuando era un joven padre incapaz de entender por qu¨¦ hab¨ªa perdido a su hijo.
Como escritor, Butler considera que su funci¨®n es la de crear personajes que puedan ¡°dejarse habitar por el esp¨ªritu de alguien que existi¨®¡±. En este caso, el esp¨ªritu es el del matrimonio de sus suegros. ¡°Perdieron a dos hijos sin que eso afectase para nada su matrimonio ni su fe en Dios, algo que todav¨ªa hoy me parece un milagro¡±, dice. Es decir, que la historia de Algo en lo que creer explora a la vez el lado m¨¢s horrible de la fe, aquel que ciega hasta el punto de poner en peligro a un hijo, y el que es capaz de mantener en pie a un matrimonio que lo ha perdido todo. La novela est¨¢ dividida en las cuatro estaciones. ¡°Eso se lo debo a la poes¨ªa japonesa, siempre tan pendiente de la naturaleza¡±, dice.
Butler, a quien le cambi¨® la vida leer con 18 a?os Todos los hermosos caballos, de Cormac McCarthy, espera que el debate sobre la cura de fe se reabra. ¡°En cada nueva firma de libros, en cada nuevo acto en el que intervengo, conozco a personas que han perdido a alguien por culpa de este tipo de pr¨¢cticas. Y es muy duro. Porque hasta ahora hab¨ªa le¨ªdo, pero una cosa es leer, y otra muy distinta conocer a las v¨ªctimas¡±, revela. ¡°Y si esas pr¨¢cticas no dejan de proliferar es porque todo lo que tiene que ver con la religi¨®n en EE UU es algo en lo que es mejor no meterse¡±, insiste. Eso hace que se silencien todo tipo de pr¨¢cticas peligrosas. ¡°Las distintas iglesias son cada vez m¨¢s cerradas, son comunidades de las que nadie que no forme parte de ellas habla, y eso les permite actuar m¨¢s como sectas que como iglesias¡±, asegura.
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