Filosof¨ªa de urgencia en estado de alarma
Destacados pensadores espa?oles subrayan la importancia de recuperar la cohesi¨®n social y anteponer la raz¨®n sobre el caos para salir fortalecidos de esta situaci¨®n de crisis
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Solo una vez en sus 92 a?os el fil¨®sofo Emilio Lled¨® hab¨ªa sentido una sensaci¨®n parecida a la que le embarga estos d¨ªas de cuarentena por el coronavirus. ¡°De repente, mi cabeza se ha llenado de recuerdos de la Guerra Civil. Yo era un ni?o, pero me vienen im¨¢genes muy vivas. La misma inseguridad. Los h¨¢bitos del miedo: no salir a la calle, protegerse, ponerse a cubierto. Sin embargo, aquel era un miedo concreto, sab¨ªamos qui¨¦n era el enemigo. Este es un miedo abstracto, difuso, extra?o. Por eso estamos tan desconcertados. Estoy desconcertado¡±, confiesa por tel¨¦fono desde su encierro a solas en su casa de Madrid. ¡°Y este es el gran problema. El desconcierto no ayuda a pensar bien, cuando lo que m¨¢s necesitamos en este momento es justo lo contrario: la raz¨®n contra el caos¡±.
La filosof¨ªa nace precisamente para intentar poner orden en el caos. El conocimiento como contrapunto al azar y el miedo. As¨ª que ante esta gran ¡°epifan¨ªa de la contingencia¡±, como la define el pensador Santiago Alba Rico, tambi¨¦n por tel¨¦fono desde un pueblo de ?vila, la mejor arma parece ser la raz¨®n. ¡°No hay que olvidar que atravesamos un peligroso periodo de desdemocratizaci¨®n y auge de los populismos. Se entiende que el estado de alarma es necesario, pero hay que tener cuidado porque esta situaci¨®n puede enardecer esa tendencia. Podemos aprovechar el par¨®n para revisar con calma nuestro modelo social o, por el contrario, dejarnos llevar por el ardor del momento y acabar como la Rep¨²blica de Weimar¡±, advierte Alba Rico, recordando el ascenso de Hitler en Alemania.
Acudamos primero a los cl¨¢sicos. Fernando Savater recuerda al romano Lucrecio (siglo I a. C.) y su obra De rerum natura, que contiene un pasaje en el que reflexiona sobre los estragos de la epidemia que hab¨ªa matado a m¨¢s de 100.000 personas en Atenas cuatro siglos antes, descrita cruentamente por Tuc¨ªdides en su Historia de la guerra del Peloponeso. ¡°Siguiendo el precepto de Epicuro de intentar reducir los padecimientos de la vida, en lugar de encontrarles un sentido en un orden superior como hace el platonismo, Lucrecio propone la plena aceptaci¨®n de la contingencia: no necesitamos explicaciones consoladoras, pues eso lleva irremediablemente a buscar justificaciones irracionales a lo que no entendemos. A¨²n hoy ocurre: el sida como castigo divino, locas teor¨ªas conspiratorias para el coronavirus¡¡±, comenta Savater, a quien la cuarentena ha pillado ¡°por suerte¡± en San Sebasti¨¢n.
Savater invita a atreverse a pensar ¡°lo peor¡±. ¡°Eso no significa pensar dram¨¢ticamente. En la naturaleza no hay drama, el drama lo ponemos nosotros¡± aclara. ¡°Lo que quiero decir es que hay que aprender a vivir por encima del drama. Como dec¨ªa George Santayana (1863-1952): ¡®Vivimos dram¨¢ticamente en un mundo que no es dram¨¢tico¡¯. Lo explica tambi¨¦n el franc¨¦s Cl¨¦ment Rosset (1939-2018) en su L¨®gica de lo peor. Puede que su pensamiento nos parezca cruel, pues no ofrece consuelo, pero en realidad proclama la alegr¨ªa como fuerza mayor¡±.
Otra gran pensadora espa?ola, Adela Cortina, apuesta por una filosof¨ªa intermedia para afrontar este momento. ¡°No nos va a servir ni el idealismo desarraigado, que desde?a los hechos, ni el materialismo que los ensalza y que solo conduce al conformismo. Tenemos m¨¢s bien que colocarnos en una posici¨®n ilustrada: cr¨ªtica pero a la vez con sentido de futuro. Y sobre todo, dialogante¡±, propone desde su casa en Valencia. Para ello, cree Cortina que es imprescindible recomponer la cohesi¨®n social: ¡°Debemos recuperar el concepto de ¡®amistad c¨ªvica¡¯ de Arist¨®teles. Vivimos en un mundo demasiado polarizado, el enfrentamiento es constante, no hay di¨¢logo sino batalla, los v¨ªnculos est¨¢n rotos. Y no nos damos cuenta de lo importante que es la cohesi¨®n social hasta que llega una cat¨¢strofe como la que vivimos¡±.
De pronto, nos hemos descubierto fr¨¢giles. ¡°La historia de la humanidad puede entenderse como una especie de carrera contra lo que no podemos controlar. A estas alturas hemos conseguido un enorme poder cient¨ªfico y tecnol¨®gico sobre la realidad, aunque eso tiene un efecto perverso: cuando cre¨ªamos que lo pod¨ªamos todo, la naturaleza nos pone en nuestro sitio¡±, comenta el fil¨®sofo y expresidente del Senado Manuel Cruz. ¡°El globo se ha pinchado. Es hora de redimensionarnos y extraer lecciones¡±, plantea.
Esa lecci¨®n, augura Cruz, depender¨¢ mucho de cu¨¢l sea el desenlace de la crisis. ¡°Si la ciencia descubre una vacuna, posiblemente nos reforcemos a¨²n m¨¢s en esa fantas¨ªa de invulnerabilidad que hemos ido creando. Si por el contrario en EE UU empieza a morir mucha gente, por ejemplo, la lectura podr¨ªa ser que el capitalismo es un infierno¡±. Alba Rico coincide: ¡°En plena apoteosis de lo virtual, hemos recordado que tenemos cuerpo. Supongo que de estos cuerpos encerrados y amenazados que somos ahora podr¨ªa surgir una reflexi¨®n sobre nuestras relaciones sociales, econ¨®micas y pol¨ªticas. Pero todav¨ªa es dif¨ªcil predecir cu¨¢l va a ser la reacci¨®n, es pronto¡±. Cortina advierte: ¡°No s¨¦ si conseguiremos aprender algo de todo esto. ?Acaso aprendimos algo de la crisis de 2007?¡±.
Ana de Miguel reflexiona en el mismo sentido. ¡°Podr¨ªa ser el momento para salir de la insignificancia del pensamiento posmoderno que te invita a ponerte a ti y tus deseos en el centro. Es una filosof¨ªa mediocre, en realidad parece publicidad, h¨¢bil para legitimar esa mezcla de consumo y transgresi¨®n que ha predominado las ¨²ltimas d¨¦cadas: ¡®T¨², que no admites las reglas, bebe tal ginebra¡¯; ¡®Esta es una cuenta bancaria para rebeldes¡¯, etc.¡±, dice.
Trauma garantizado
Desde Barcelona, la pensadora Marina Garc¨¦s destaca tambi¨¦n lo que podemos aprender de esta situaci¨®n. ¡°La filosof¨ªa, m¨¢s que insistir en la perplejidad, nos tiene que ayudar a problematizar lo que no vemos o lo que no quer¨ªamos ver. ?Por qu¨¦ no ve¨ªamos lo que se avecinaba, cuando hab¨ªa tantas se?ales a la vista? ?Qu¨¦ ficciones sostienen lo que llamamos la vida normal? ?Para qui¨¦n funciona y hasta d¨®nde? ?Qui¨¦n no ha formado nunca parte de ella?¡±, subraya, al tiempo que se pregunta: ¡°?C¨®mo saldremos de esto? ?M¨¢s ego¨ªstas o m¨¢s conscientes de la profunda injusticia que sustenta este modelo?¡±.
El trauma, en todo caso, est¨¢ garantizado. ¡°Los que hoy son ni?os posiblemente recordar¨¢n este momento como yo recuerdo la Guerra Civil¡±, opina Lled¨®. ¡°Habr¨¢ consecuencias econ¨®micas y pol¨ªticas, eso seguro, pero es que incluso nuestras relaciones personales se ven afectadas. Hay una gran paradoja ah¨ª: por un lado se nos pide que combatamos unidos esta batalla, por otra parte no podemos estar f¨ªsicamente juntos. ?Podremos recuperar la confianza en el colectivo despu¨¦s de esto?¡±, plantea Cruz. Garc¨¦s matiza: ¡°Hay que distinguir entre la desconfianza hacia el sistema y la desconfianza entre unos y otros¡±.
Toda crisis tiende a alimentar el abismo entre los individuos, recuerda Garc¨¦s. Para esquivar ese futuro indeseado, insisten los fil¨®sofos, es necesario empu?ar las armas del pensamiento: la raz¨®n y los conceptos. ¡°Y con ellos sentarnos a pensar ¡ªinsiste De Miguel¡ª. Esa sentencia que dice ¡°primum vivere, deinde filosofare¡± [primero vivir, despu¨¦s filosofar] puede ser ideal para vender tazas de caf¨¦ con asa, pero no es real. El ser humano lo es porque se sienta a pensar o cuando se sienta a pensar c¨®mo quiere vivir. Y en esta situaci¨®n es exactamente igual: piensa c¨®mo quieres vivir estos d¨ªas. O meses¡±.
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Lecturas para pensar durante la pademia
Estas son algunas lecturas recomendadas por cuatro fil¨®sofos para esta pandemia.
Fernando Savater. El pensador recuerda las reflexiones de Lucrecio (siglo I a. C.) sobre la peste que devast¨® Atenas en el siglo V a. C. en su poema did¨¢ctico 'De rerum natura', de la que pueden encontrarse distintas traducciones al espa?ol bajo el t¨ªtulo 'De la naturaleza de las cosas', 'De la realidad' o 'La naturaleza' (Gredos, Acantilado, Lucina). Lucrecio se bas¨® en la descripci¨®n de la plaga que hace el griego Tuc¨ªdides en su 'Historia de la guerra del Peloponeso' (Gredos, Alianza, C¨¢tedra, Akal, Cr¨ªtica), en la que no ahorra detalles sobre la enfermedad ni sus consecuencias. Dentro del pensamiento contempor¨¢neo, Savater destaca 'L¨®gica de lo peor. Elementos para una filosof¨ªa tr¨¢gica' (El Cuenco de Plata, 2013), de Cl¨¦ment Rosset (1939-2018), que repasa c¨®mo Lucrecio, Montaigne, Pascal o Nietzsche se atrevieron a poner en primer plano lo negativo del mundo y a reflexionar sobre ello.
Manuel Cruz. Para estos d¨ªas propone acudir a pensadores que ayuden a entender el mundo contempor¨¢neo. Entre estos destaca el alem¨¢n Ulrich Beck (1944-2005), que acu?¨® en un ensayo en 1986 el concepto de ¡°sociedad del riesgo¡±. Bajo el t¨ªtulo 'La sociedad del riesgo. Hacia una nueva modernidad' (publicado en Espa?a por Paid¨®s en 2006), Beck sostiene en esta obra que el sistema de producci¨®n de riqueza en el mundo contempor¨¢neo va acompa?ado de una creciente producci¨®n social del riesgo, lo que deriva en una profunda transformaciones econ¨®micas, ecol¨®gicas e ideol¨®gicas. Por otra parte, Cruz sugiere reflexionar sobre la finitud. ¡°Dado que esta crisis nos ha recordado que somos vulnerables, es interesante reflexionar sobre nuestros l¨ªmites, entre ellos la muerte. Sin dramatismos, con serenidad¡±, comenta. Destaca dos t¨ªtulos: 'Muerte y alteridad', de Byung-Chul Han (Herder, 2018), y 'Muerte y mortalidad en la filosof¨ªa contempor¨¢nea', de Bernard N. Schumacher (Herder, 2018).
Adela Cortina. Se remite a la gran l¨ªnea de pensamiento que observa el mundo desde un ¡°sentido cr¨ªtico y realista, pero a la vez constructivo, que se hace cargo de la realidad para intentar mejorarla¡±. Cita a los alemanes Apel y Habermas, a la estadounidense Martha Nussbaum y al indio Amartya Sen.
Santiago Alba Rico. El fil¨®sofo recomienda la poes¨ªa ¡°terap¨¦utica y reveladora¡± del italiano Erri De Luca.
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