Muere el librero Mat¨ªas Vegas, ¡®torero de las letras¡¯ en Las Ventas
Con su tienda port¨¢til, vend¨ªa libros, carteles y recuerdos taurinos sin librer¨ªa, en los bajos del tendido 1
Ha muerto Mat¨ªas Vegas Rodr¨ªguez, el torero de las letras y ministro cultural de la plaza de Las Ventas, que vend¨ªa libros y carteles taurinos en un rinc¨®n de las escaleras que daban acceso al tendido alto del 1, a la derecha de la puerta del patio de arrastre.
Ha muerto un personaje singular, an¨®nimo como tantos otros, pero protagonista de esa historia sentimental e ¨ªntima de muchos aficionados.
Ministro cultural de Las Ventas, s¨ª, porque Mat¨ªas era el portador y estandarte de las letras taurinas, de libros nuevos y antiguos, de reciente edici¨®n o ya descatalogados, biograf¨ªas, manuales, publicaciones francesas o americanas, carteles de San Isidro¡ Y torero de las letras, tambi¨¦n, porque su vida era un cat¨¢logo de artistas, toros bravos y suertes emocionantes.
Y todo, en una diminuta tienda port¨¢til, en una estanter¨ªa multicolor y cambiante cada d¨ªa, en dos, tres metros de corto espacio, sin posibilidad de movimiento en tardes de bulla; y a todos, aficionados y curiosos, atend¨ªa Vegas, entrando ya en a?os, semblante serio y humilde, con la t¨ªmida amabilidad de las personas que destilan bonhom¨ªa.
Llegaba a la plaza con el almuerzo a¨²n en el aliento, las puertas vente?as cerradas todav¨ªa, acud¨ªa presto a su almac¨¦n particular situado en el vestuario de los empleados de la plaza; all¨ª cargaba con pesadas cajas de libros, y montaba sin prisa su librer¨ªa en los bajos del tendido 1.
Hace dos d¨ªas que Mat¨ªas no est¨¢. Su m¨®vil no responde. Se oye ese timbre met¨¢lico que dice ¡°Este es el tel¨¦fono de¡¡± y aparece entonces su voz templada para decir ¡°Mat¨ªas¡±, y no hay m¨¢s.
Vegas no est¨¢, ni descuelga nadie de su entorno. No ha sido posible conocer la trayectoria vital y profesional de este torero de las letras. Los conocidos tienen en su agenda su n¨²mero de Movistar, pero no el fijo de su casa familiar, y no ha habido manera de ponerle cara a su gente, dolida, sin duda, por su muerte, pero orgullosa, tambi¨¦n, por su vocaci¨®n.
?Maldita tecnolog¨ªa que nos acerca en vida y nos a¨ªsla del mundo el d¨ªa que cierras los ojos! Esos nueve n¨²meros que sirvieron para pedir a Vegas ese libro taurino que no encontrabas han muerto con ¨¦l el d¨ªa que necesitabas de ellos para saber la historia de su due?o.
Un aficionado dice que era de ?vila, y poco m¨¢s, pero todos coinciden en lo mismo: Mat¨ªas era un buen hombre.
Cuenta el compa?ero Dar¨ªo Ju¨¢rez en su blog Por el pit¨®n derecho que un d¨ªa quiso entrevistarlo, y Vegas le respondi¨®: ¡°No quiero entrevistas, los protagonistas son los que salen en los libros que vendo¡±. As¨ª era.
La librer¨ªa estaba tambi¨¦n cerca de la sala de prensa de la plaza, donde los plumillas se encierran despu¨¦s de cada festejo para escribir la cr¨®nica. Una hora, o quiz¨¢ dos, m¨¢s tarde, en el silencio nocturno de un domingo caluroso, o en la algarab¨ªa ruidosa y festiva de San Isidro, all¨ª segu¨ªa ¨¦l recogiendo sus libros, coloc¨¢ndolos de nuevo en las cajas y traslad¨¢ndolas una a una al vestuario de los empleados, su particular biblioteca cultural.
Cuando Las Ventas vuelva a abrir sus puertas, ya no estar¨¢ Vegas en su rinc¨®n. Y no solo habr¨¢ desaparecido ¨¦l, sino un patrimonio cultural. Ya no habr¨¢ libros ni carteles, ni recuerdos¡ Ni siquiera habr¨¢ autores ¨¢vidos de gloria que pidan al vendedor que muestre al p¨²blico la portada de sus obras; ni aficionados y curiosos que se detengan a la vista del arco¨ªris de las ¨²ltimas novedades.
Una de las ¨²ltimas peticiones a Vegas fue el libro A las cinco de la tarde, de Adrian Shubert. No lo ten¨ªa, pero tard¨® un par de corridas en encontrarlo.
Y, ahora, qui¨¦n ocupar¨¢ ese rinc¨®n¡ qui¨¦n buscar¨¢ ese libro¡ Y, ahora, qu¨¦¡
Descanse en paz el ministro cultural de Las Ventas, el torero de las letras.
Sus libros lo echar¨¢n de menos.
Babelia
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