27 metros cuadrados de c¨®mic en honor al ¡®Guernica¡¯
El dibujante Sergio Garc¨ªa S¨¢nchez crea un descomunal retablo que se expondr¨¢ en el Museo Picasso de Par¨ªs y en el Festival Internacional de Angulema
En este pandemonio que ha desatado ese trozo de qu¨ªmica llamado coronavirus, el ¨²ltimo proyecto art¨ªstico del dibujante Sergio Garc¨ªa S¨¢nchez (Guadix, Granada, 52 a?os) tampoco ha salido indemne. Aunque el gigantesco retablo viaj¨® en marzo a Par¨ªs para exponerse en el Museo Picasso como estaba previsto, su autor no pudo acompa?arlo y permaneci¨® enclaustrado en Cumbres verdes, un lugar de Sierra Nevada donde cualquiera desear¨ªa ser confinado. Aqu¨ª ha trabajado Sergio Garc¨ªa en un proceso de producci¨®n que ha mezclado la fabricaci¨®n artesanal del soporte con la tecnolog¨ªa de la impresi¨®n digital para llegar a un colosal conjunto de lienzos que homenajea al Guernica sin caer en la revisitaci¨®n. Muy oportunamente se llama Guerra.
Los franceses deber¨¢n esperar para verlo hasta que se reabra al p¨²blico la exposici¨®n Picasso y el c¨®mic, que husmea en la relaci¨®n entre el artista y el universo vi?eta, donde se ha reservado un espacio singular para la obra del granadino. Como todo en estos d¨ªas, se abrir¨¢ cuando se pueda, pero se mantendr¨¢ hasta el 1 de enero de 2021, tras la nueva reprogramaci¨®n de las exposiciones. De Par¨ªs viajar¨¢ al Festival Internacional de C¨®mic de Angulema, ya que Guerra es una coproducci¨®n del Museo Picasso de Par¨ªs y la Cit¨¦ internationale de la bande dessin¨¦e et de l?image de Angulema.
Sergio Garc¨ªa S¨¢nchez es uno de los dibujantes espa?oles m¨¢s apreciados en Nueva York y Par¨ªs. Ha firmado libros con la escritora Nadja Spiegelman, hija de Francoise Mouly, editora de arte de The New Yorker, y del dibujante Art Spiegelman, y Lewis Trondheim, uno de los renovadores del c¨®mic franc¨¦s. Tambi¨¦n publica en The New York Times Book Review y da clases en Angulema, nave nodriza del c¨®mic de autor. Tiene una larga trayectoria en el mundo de la historieta, donde combina esa rareza de sacar adelante teor¨ªa (es profesor de Ilustraci¨®n y C¨®mic en la Universidad de Granada) y pr¨¢ctica. Probablemente lo primero da pistas sobre lo segundo y parte del car¨¢cter innovador de su obra gr¨¢fica, de su pulsi¨®n por la experimentaci¨®n, enra¨ªce en sus investigaciones acad¨¦micas. ¡°Aunque hago un poco de todo, vengo del c¨®mic, donde los caminos est¨¢n muy claros, mientras que los proyectos como Guerra tienen caminos m¨¢s insinuados. Son narrativos pero no tienen que ser claros. Es como la diferencia que hay entre poes¨ªa y prosa. Y resulta que me gusta mucho la poes¨ªa¡±.
Picasso fue el m¨¢s grande dibujante de todos los tiempos
Guerra es apabullante en tama?o y narrativa. Al estudiar la estructura del Guernica a partir de la radiograf¨ªa realizada en el Museo Reina Sof¨ªa, Sergio Garc¨ªa descubri¨® que la disposici¨®n de los bastidores reproduc¨ªan un espacio familiar: 3 filas por 11 columnas. Esto es, una sucesi¨®n de vi?etas, aunque en vez de un folio ocupen 27 metros cuadrados. Sobre ellas construy¨® una narraci¨®n alrededor de un Pantocr¨¢tor, un dictador que se forja en el odio al otro, el arribismo sin escr¨²pulos y los contextos hist¨®ricos con m¨¢s preguntas que respuestas.
El retablo-c¨®mic arranca en una mina africana de colt¨¢n, con obreros esclavizados, que sufren represiones salvajes y recurren a la emigraci¨®n como ¨²nica fuga de la realidad. Lo que dibuja Sergio Garc¨ªa S¨¢nchez va de las noticias de hoy (el mar y su cementerio de sue?os migratorios, el racismo entre pobres) a las de anteayer (los hiperliderazgos fascistas, las dictaduras, las guerras, los campos de exterminio, Europa a?os treinta y cuarenta en suma). Todo ello salpicado de gui?os, homenajes y referencias sobre los que se ha cimentado la herencia cultural occidental desde el mundo cl¨¢sico. Ah¨ª est¨¢n Stefan Zweig, Walter Benjamin, Max Beckham, Primo Levi, Dante, Julio C¨¦sar o Judas Iscariote y sus 30 monedas.
Una explosi¨®n de dibujo mareante por sus dimensiones y por sus detalles, entintados con plumilla y tinta china. No hay caminos f¨¢ciles para Sergio Garc¨ªa, ya sea su versi¨®n de La bella durmiente (dise?¨® un libro desplegable que se pod¨ªa leer hacia delante y hacia atr¨¢s junto a Lola Moral, con la que ha firmado varias reinterpretaciones de cuentos cl¨¢sicos), sus construcciones de iconos literarios para The New York Times Book Review (Moby Dick, Alicia en el Pa¨ªs de las Maravillas o Robinson Crusoe), sus c¨®mics (el ¨²ltimo, Cuerpos del delito, con el guionista Antonio Altarriba) o el proyecto Vi?etas desbordadas que mostr¨® en el Centro Jos¨¦ Guerrero junto al dibujante Max y la escritora Ana Merino.
Si alguna bandera enarbola Sergio Garc¨ªa S¨¢nchez es la del dibujo como palabras mayores. No hay m¨¢s que escucharle su valoraci¨®n sobre Picasso: ¡°A m¨ª me interesan las mismas fuentes que a Picasso: los dibujos anteriores al Renacimiento, la multiperspectiva del dibujo infantil y los primitivismos. Picasso lo es todo en la historia del arte. Lo hizo todo, desde el dibujo con trazo de pincel o de corte cl¨¢sico a cer¨¢micas ic¨®nicas y rupturistas, pero dentro de ese Picasso que era escultor y pintor, yo creo que fue el m¨¢s grande dibujante de todos los tiempos¡±.
Babelia
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