La canci¨®n con la que Drexler conquist¨® el ?scar ya tiene versi¨®n en ingl¨¦s
EL PA?S estrena ¡®Row on¡¯, la adaptaci¨®n del neoyorquino Leo Sidran, coproductor del tema original (¡®Al otro lado del r¨ªo¡¯)
Al otro lado del r¨ªo no solo es la canci¨®n m¨¢s recordada de Jorge Drexler, un autor especialmente respetado. Es, adem¨¢s, un s¨ªmbolo de c¨®mo la creatividad hispana ha ido haci¨¦ndose un hueco en la tradicionalmente endog¨¢mica cultura estadounidense, un rasgo tambi¨¦n acentuado si pensamos en la industria de Hollywood. Mucho antes del fen¨®meno de Roma, una pel¨ªcula mexicana y en un espa?ol plagado de localismos con la que Alfonso Cuar¨®n destac¨® en los Oscar de 2019, el uruguayo afincado en el barrio madrile?o de Chueca ya logr¨® en 2005 el hito fabuloso de levantar la estatuilla a la mejor canci¨®n original. Ahora, 15 a?os despu¨¦s, aquella pieza emblem¨¢tica revive no al otro lado del r¨ªo, sino del oc¨¦ano.
Es el cantante neoyorquino de pop jazz¨ªstico Leo Sidran, coproductor de Al otro lado del r¨ªo, quien se ha atrevido a recrear el tema y adaptarlo al ingl¨¦s bajo el t¨ªtulo de Row on (?Rema!). Sidran emprendi¨® la aventura en solitario, pero ha acabado mejor acompa?ado que nunca: el propio Drexler se sum¨® a ¨²ltima hora como responsable de las segundas voces, mientras que de los coros se encargan cerca de 40 ilustres artistas a ambos lados del Atl¨¢ntico (Espa?a, Am¨¦rica Latina y Estados Unidos).
Leo Sidran y Jorge Drexler son amigos de complicidad pr¨¢cticamente fraternal. Se conocieron en el Caf¨¦ Central de Madrid, donde Leo ha tocado en docenas de ocasiones como cabeza de cartel o ejerciendo de bater¨ªa en la banda de su padre, el ilustr¨ªsimo jazzman Ben Sidran. Por una de aquellas actuaciones asom¨® Drexler tres lustros atr¨¢s, y los dos ¨Cpor entonces, artistas cultos, brillantes, emergentes y no muy conocidos entre el gran p¨²blico¨C congeniaron. Tanto como para que el de Montevideo le pidiese a su nuevo c¨®mplice de la Gran Manzana que le produjera Al otro lado del r¨ªo, un encargo de Walter Salles como tema central de Diarios de motocicleta (2003), el largometraje que relata el periplo del Che Guevara y su amigo Alberto Granado, en 1952, a lo ancho del continente latinoamericano.
"Era un mensaje de esperanza. Incluso serv¨ªa para hermanar las dos orillas del oc¨¦ano y curiosamente las dos ciudades, Nueva York y Madrid, m¨¢s castigadas por el virus¡±, relata Leo Sidran
La canci¨®n, hermosa y de apariencia sencilla (habilidades de la casa, hablando de Drexler), consigui¨® lo impensable: colarse entre las finalistas al Oscar a la mejor canci¨®n. Era la primera vez que tal cosa suced¨ªa con una composici¨®n en castellano, as¨ª que m¨¢s inaudito a¨²n result¨® que ganase. Recordar¨¢n la an¨¦cdota: la Academia ni siquiera le dej¨® interpretar la canci¨®n en la gala, ante su escaso pedigr¨ª (tuvieron que defenderla Antonio Banderas y Santana), con lo que Jorge, en se?al de desagravio, se ahorr¨® el discurso de agradecimiento y opt¨® por cantar a capela su canci¨®n victoriosa. En efecto, fue el delirio.
¡°?ramos dos underdogs, dos donnadies¡±, se sonr¨ªe Leo Sidran, que se maneja en un castellano pr¨¢cticamente perfecto desde que curs¨® un postgrado en Sevilla a principios del nuevo siglo. ¡°Aquel Oscar fue una sorpresa, una alegr¨ªa y un revulsivo, y siempre me qued¨¦ con la idea en la cabeza de que, tras haberse popularizado tanto entre los pa¨ªses hispanos, merec¨ªa tambi¨¦n conocerse en el entorno angloparlante¡±.
En la primavera de 2019, aprovechando una actuaci¨®n en el Caf¨¦ Berl¨ªn madrile?o, estren¨® por sorpresa una primera versi¨®n de Row on y percibi¨® que las piezas ¡°empezaban a encajar¡±, as¨ª que situ¨® este proyecto entre sus principales prop¨®sitos para los compases iniciales de este 2020. La maldita pandemia sobrevino con la versi¨®n pr¨¢cticamente finiquitada y lista para su lanzamiento. ¡°Fue entonces cuando comprend¨ª que tanto Al otro lado del r¨ªo como mi adaptaci¨®n adquir¨ªan un nuevo significado de empuje frente a la adversidad con la nueva situaci¨®n. Era un mensaje de esperanza. Incluso serv¨ªa para hermanar las dos orillas del oc¨¦ano y curiosamente las dos ciudades, Nueva York y Madrid, m¨¢s castigadas por el virus¡±, relata.
¡°15 a?os despu¨¦s, a¨²n no me explico qu¨¦ sucedi¨® para que gan¨¢semos aquella noche¡±, dice hoy Jorge Drexler
Por eso pidi¨® a Drexler que se incorporara a la versi¨®n definitiva. Pill¨® al de Montevideo convaleciente, pero acept¨® la propuesta de inmediato. Y consolid¨® esa idea de ¡°hermandad¡± tirando de agenda. La n¨®mina de cameos es mareante. Leo interpretaba de entrada todos los instrumentos, pero ahora se le han sumado un total de 39 amigos de los dos confines atl¨¢nticos. Entre ellos, los espa?oles Javier Ruibal o Antonio Lizana, el argentino Kevin Johansen o luminarias del jazz como Kurt Elling, Becca Stevens, Gege Telesforo o Clementine. Y tambi¨¦n Ben Sidran, claro.
¡°15 a?os despu¨¦s, a¨²n no me explico qu¨¦ sucedi¨® para que gan¨¢semos aquella noche¡±, se sonr¨ªe el uruguayo, que compet¨ªa con Andrew Lloyd-Weber, Los ni?os del coro, Glen Ballard (el productor del celeb¨¦rrimo Jagged little pill, de Alanis Morissette) y la canci¨®n de Counting Crows para Shrek 2. Todas las candidatas parec¨ªan tener m¨¢s papeletas que la de Jorge. ¡°Fue el propio Leo Sidran, en la limusina de camino al Kodak Theatre, quien me insisti¨® en que ve¨ªa posibilidades. Y ah¨ª se me ocurri¨® que, en el caso de que nos premiaran, aprovechar¨ªa para cantar en lugar de para hablar¡¡±. El resultado, 22 segundos a capela para la historia de la m¨²sica en espa?ol.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.