Cecilia Vicu?a: ¡°Yo pensaba que me iba a morir como una artista secreta¡±
La artista y poeta chilena, Premio Vel¨¢zquez de 2019, reflexiona desde su estudio en Nueva York sobre su trabajo, la situaci¨®n pol¨ªtica de su pa¨ªs y los efectos de la pandemia en todo el mundo
Las fake news ya exist¨ªan desde mucho antes que nuestra sociedad las convirtiera en un modo de vida. En su juventud, como tantos otros chilenos, la artista Cecilia Vicu?a (Santiago, 72 a?os) comprob¨® sus efectos de primera mano. ¡°En el a?o 74, cuando vino el golpe militar, se plant¨® la mentira como un acto de violaci¨®n del derecho a ver la verdad que tiene todo un pueblo¡±, recuerda por videoconferencia desde su estudio en Nueva York, ciudad en la que se asent¨® en los a?os ochenta. ¡°El gobierno dictatorial invent¨® que Allende y la Unidad Popular ten¨ªan un plan secreto para matar a la oposici¨®n y raptar a los ni?os, un plan diab¨®lico. La dictadura lo llam¨® el Plan Zeta y dijeron que, para evitarlo, lanzaron el ataque preventivo que fue el golpe militar¡±. Aquel incidente hizo que se abrieran los ojos de aquella mujer mestiza. Y cambi¨® su mundo, en m¨¢s de un sentido. Primero, porque la reafirm¨® en su orientaci¨®n hacia los ideales del socialismo. Adem¨¢s, fue el germen de una de sus muchas pr¨¢cticas art¨ªsticas, una propuesta que bautizar¨ªa como PALABRARmas y que consiste en extraer el sentido ¨²ltimo del l¨¦xico en las met¨¢foras trabadas en su propia morfolog¨ªa.
Armar.
Palabras.
As¨ª surgi¨® su particular definici¨®n de mentira, como algo que existe ¡°fuera de la mente¡±.
Y de su ant¨®nimo, la verdad: ¡°Dar a ver¡±.
Su arte bebe del feminismo, el ecologismo y el indigenismo
Durante medio siglo, la artista ha jugado, pensado y reformulado la realidad por medio de las palabras y los objetos, muchas veces basuras, para modelar un arte que se a¨²pa en el feminismo, el ecologismo, el indigenismo y otras tantas corrientes de las que ha sido estandarte, y que solo recientemente ha ido encontrando el reconocimiento debido. Desde la documenta14 de 2017, que la propia Vicu?a reconoce como el momento en que su arte ¡°explot¨®¡±, hasta la concesi¨®n del Premio Vel¨¢zquez, dotado con 100.000 euros, este pasado 2019. ¡°Yo pensaba que me iba a morir como una autora secreta¡±, reconoce la artista. ¡°He publicado m¨¢s de 25 libros y todos son inhallables, casi todos han sido publicados por editoriales chicas. Es una especie de invisibilidad permanente, que es la invisibilidad caracter¨ªstica de la mujer en el mundo y en Latinoam¨¦rica, sobre todo en Chile, un lugar que invisibiliza a la mujer y, muy especialmente, a la mujer ind¨ªgena¡±.
Activista feminista mucho antes de la ola del #MeToo, Vicu?a ha ido recuperando las conexiones con su pa¨ªs, del que sali¨® escapando de la dictadura, a trav¨¦s de las nuevas generaciones de mujeres creadoras. Entre diciembre y enero, la artista y poeta estuvo en Chile y particip¨® con colectivos como el de Lastesis, las autoras del famoso himno Un violador en tu camino, en distintos eventos y performances. ¡°Varias personas pensaron: ¡®Qu¨¦ fabuloso reunir a Lastesis, las chicas nuevas que traen esta nueva visi¨®n, con la anciana, que ha pasado los ¨²ltimos 50 a?os sin ser escuchada", recuerda. ¡°Ah¨ª se produjo la posibilidad de un di¨¢logo¡±. Con la revoluci¨®n a medio hacer, paralizada hasta hace unos d¨ªas por la irrupci¨®n del coronavirus, su pa¨ªs natal, como dice Vicu?a, se ha transformado despu¨¦s de d¨¦cadas de negrura en un colorido ¡°museo al aire libre¡±, con los muros dispuestos como lienzos en blanco y con el pueblo en la calle bailando al ritmo de himnos reivindicativos.
La invisibilidad permanente es una caracter¨ªstica de las mujeres
Ya antes del estallido social del pasado octubre, Vicu?a hab¨ªa detectado que Chile se hab¨ªa embarcado hacia un nuevo rumbo. ¡°En 2018 surgi¨® lo que se llam¨® el Mayo feminista: varias chicas universitarias de pronto dijeron basta y decidieron denunciar abusos sexuales. Y, para la sorpresa de ellas mismas, y yo creo que de todas las mujeres de Chile, esto se convirti¨® en un movimiento nacional¡±, rememora. Ah¨ª fue la primera vez que descubri¨® que su trabajo estaba siendo revisitado por las artistas emergentes de Chile. ¡°Me enter¨¦ por casualidad, lo vi en Internet, que algunas de esas chicas repart¨ªan poemas m¨ªos. Poemas censurados, marginados, que no tengo ni idea de c¨®mo accedieron a ellos. Despu¨¦s me enter¨¦ de que algunas eran estudiosas de mi obra... Entonces vi c¨®mo mi trabajo hab¨ªa servido para plantar una semilla¡±. Sus quipus rojos, inspirados en las cuerdas anudadas que las culturas andinas usaban para hacer la contabilidad y guardar informaci¨®n, empezaron a inundar las calles de Santiago poco despu¨¦s. ¡°Yo las colocaba en la soledad de los glaciares, o en el oc¨¦ano, con peque?os grupos, y ahora lo he visto convertido en algo que sucede en la Plaza de la Dignidad [epicentro de las protestas en Santiago], con miles de personas inundadas por este rojo. No hay palabras para describir eso: hay una continuidad posible entre un sue?o suprimido y olvidado y un sue?o futuro¡±.
Vicu?a lleva desde que era joven recogiendo y dando forma a sus ¡°precarios¡± o ¡°basuritas¡±, esculturas creadas con desechos variopintos. Estas obras llevan inscrito en su ADN algunos de los preceptos que han marcado su trayectoria: que todo se expresa a trav¨¦s de s¨ªmbolos, que todo est¨¢ interrelacionado, que todo gira en un c¨ªrculo. Una realidad m¨¢s presente que nunca con el coronavirus. ¡°Virus es vi, de vitalidad, y rus, que es lo que en ingl¨¦s se llama rushing [correr, darse prisa]. Es como que ese ser, que no est¨¢ realmente vivo, corre a toda velocidad hacia la vitalidad, busca la vida¡±, explica sobre la nueva PALABRARma que ha formado y lo que esta le ha ense?ado. ¡°Hemos destruido la vida silvestre, as¨ª que los virus ya no tienen su espacio natural. Adem¨¢s, f¨ªjate qu¨¦ met¨¢fora: chupar la vida hasta extinguirla, que es exactamente lo que hace el capitalismo. Es como que el virus est¨¢ revelando el sentido del capitalismo, diciendo: ¡®?Es esto lo que t¨² quer¨ªas? Ahora lo tienes¡±.
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