Margaret Michaelis vuelve de la Guerra Civil
La fot¨®grafa de origen polaco dej¨® un valioso testimonio gr¨¢fico de la contienda espa?ola, rescatado ahora en ?msterdam por la historiadora Almudena Rubio
Los archivos cl¨¢sicos son como cofres del tesoro a la inversa: humildes por fuera, sus secretos no siempre saltan a la vista al abrirlos. Hay que saber mirar, porque solo as¨ª aparecen joyas, como los negativos de las im¨¢genes captadas por Margaret Michaelis (Czechowice-Dziedzice, 1902 - Melbourne, 1985), fot¨®grafa de origen polaco que document¨® la revoluci¨®n social promovida por el anarquismo durante la Guerra Civil espa?ola, para la Confederaci¨®n Nacional del Trabajo, y la Federaci¨®n Anarquista Ib¨¦rica, la CNT-FAI. Inmigrante jud¨ªa que huy¨® de los nazis, el coraz¨®n de su trabajo, esto es, la pel¨ªcula utilizada en su c¨¢mara, no se ha perdido. Se encontraba junto al resto del material de los anarquistas que, almacenado en las denominadas Cajas de ?msterdam, lleg¨® en los a?os cuarenta al International Institute of Social History (IISH) de la ciudad. El legado de Michaelis empieza a resurgir gracias al trabajo de la historiadora espa?ola de arte Almudena Rubio.
Hasta ahora, se conoc¨ªan las fotograf¨ªas de la guerra tomadas por Michaelis para el Comissariat de Propaganda de la Generalitat, depositadas en el Arxiu Nacional de Catalu?a, las del Arxiu Fotogr¨¤fic de Barcelona, y las copias de la contienda, cedidas por ella, junto con el resto de sus documentos, a la National Gallery de Australia. ¡°En ?msterdam, sin embargo, nos encontramos con el que probablemente sea su mayor acervo fotogr¨¢fico procedente de la Guerra Civil anotado hasta la fecha: cientos de negativos de 35 mil¨ªmetros hechos con una Leica, entre los que figuran algunas tomas ya rese?adas, como la llegada de la Cruz Roja a Portbou (Francia), o sus viajes a Arag¨®n y Valencia en octubre de 1936¡±, explica Rubio, responsable a su vez del hallazgo de los 514 negativos de la fot¨®grafa h¨²ngara Kati Horna, incluidos en las mismas cajas.
Horna y Michaelis fueron dos mujeres contempor¨¢neas que pusieron sus c¨¢maras al servicio de los anarquistas, y sus fotograf¨ªas, en cierto modo complementarias, son un testimonio gr¨¢fico esencial de la retaguardia revolucionaria de los primeros a?os de la guerra. Margaret se cas¨® en 1933 con Rudolf Michaelis, un anarcosindicalista germano y arque¨®logo de profesi¨®n, y ambos fueron arrestados en Berl¨ªn por los nazis.
Alemanes antifascistas
Una vez liberados, lo primero que hicieron fue emigrar a Barcelona, donde estaba asentado un grupo de alemanes antifascistas con los que se pusieron en contacto, y que luego formar¨ªan el Grupo DAS, la secci¨®n de exiliados germanos del anarquismo espa?ol. Ella trabaj¨® para GATCPAC, el apartado catal¨¢n del grupo de arquitectos de vanguardia, y ten¨ªa cierta ventaja porque ya conoc¨ªa la ciudad. Hizo una visita fugaz en 1932, y pudo captar el Barrio Chino y a sus vecinos, que desconfiaron porque pensaron que tal vez se trataba de un encargo policial. Y en 1935 viaj¨® a Andaluc¨ªa con el pintor Joan Mir¨®, y el arquitecto Josep Llu¨ªs Sert.
Margaret y Rudolf Michaelis frecuentaban los c¨ªrculos anarquistas, y aunque el matrimonio se rompi¨® en 1934, ella conserv¨® el apellido y le puso el nombre de Foto-Elis a su nuevo estudio en Barcelona. Durante la Guerra Civil, Rudolf fue delegado pol¨ªtico del Grupo Internacional en la Columna Durruti, y la fot¨®grafa trabaj¨® para la secci¨®n gr¨¢fica de las Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI. ¡°A partir de entonces, sus fotograf¨ªas nos hablan de lo que ocurr¨ªa en la retaguardia. Muestran la destrucci¨®n del monumento de Antonio L¨®pez en la ciudad, o el bullicio de la venta ambulante, pero tambi¨¦n el proceso de colectivizaci¨®n vivido en las f¨¢bricas y el transporte catal¨¢n, protagonizado por la clase obrera en ese af¨¢n por construir una nueva sociedad¡±, sigue la experta.
Michaelis gozaba de la confianza de la CNT, y los viajes que hace en 1936 por las zonas colectivizadas de Arag¨®n y Valencia con la anarquista y escritora rusa Emma Goldman, ser¨¢n el documento gr¨¢fico de la clase obrera al frente de su destino. ¡°Publicadas algunas en la prensa anarquista, las fotos parecen estar tomadas con rapidez, con menos cuidado formal en la composici¨®n que las de antes de la guerra. Pero es solo porque, en medio de una nueva realidad, tienen otra fuerza y otra urgencia¡±, pondera Rubio.
En 1937 llega a Barcelona Kati Horna, invitada por la CNT-FAI, y ello supuso una serie de cambios en la Secci¨®n Gr¨¢fica que, seg¨²n la historiadora, pudo afectar a la relaci¨®n de Margaret con los anarquistas. Horna pas¨® a convertirse en la fot¨®grafa oficial, con un sueldo semanal, y la creaci¨®n de la Spanish Photo Agency (Photo SPA), la agencia de los anarquistas, deriv¨® en la gesti¨®n comercial de las fotos.
Placas almacenadas
Tanto esta parte de la obra de Horna como las fotos de Michaelis, se encontraban, junto al resto de los celuloides de los anarquistas, en el archivo de las mencionadas Oficinas de Propaganda Exterior de la CNT-FAI. Lo componen m¨¢s de 5.000 negativos, alrededor de 2.300 fotograf¨ªas y 270 placas fotogr¨¢ficas, que la experta gestiona e investiga desde 2015 en el seno del IISH. Y dice: ¡°Consultando los inventarios originales de la CNT-FAI, elaborados en abril de 1939, en Par¨ªs, observ¨¦ que hab¨ªan sido registradas cientos de placas de cristal fotogr¨¢ficas. Pero, ?d¨®nde estaban dichas placas? Las hall¨¦ almacenadas en dos cajas, con el resto de material aun por inspeccionar en una de las salas del IISH, y por fin forman parte del archivo de la CNT-FAI¡±.
Margaret Michaelis abandonar¨¢ Espa?a hacia finales de 1937, y pasa por Francia, Polonia y Londres antes de recalar en Australia. All¨ª trabaja primero en el servicio dom¨¦stico hasta que consigui¨® abrir un nuevo estudio.
Cuarenta y cinco reproducciones de im¨¢genes del archivo fotogr¨¢fico de la CNT-FAI, depositado en ?msterdam, entre ellas dos de Michaelis, pueden verse hoy en la muestra abierta en el Arxiu Fotogr¨¤fic de Barcelona. El IISH prepara, por su parte, una exposici¨®n itinerante centrada en el legado hasta ahora in¨¦dito de Horna y Michaelis, que espera poder presentar en los museos espa?oles con el respaldo de la Fundaci¨®n Anselmo Lorenzo (FAL), propietarios del archivo.
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