Carlos Ruiz Zaf¨®n, un ermita?o en la ciudad de las estrellas
El escritor, fallecido esta semana, vivi¨® con extrema discreci¨®n un cuarto de siglo en Los ?ngeles, adonde se mud¨® para trabajar en Hollywood a?os antes de alcanzar el ¨¦xito mundial
El centro del luto por la muerte de Carlos Ruiz Zaf¨®n era el viernes una moderna mansi¨®n de dos plantas entre Sunset Boulevard y el oc¨¦ano Pac¨ªfico, en una sinuosa colina de un barrio privilegiado al oeste de Los ?ngeles, la ciudad de la que se enamor¨® y en la que vivi¨® durante 26 a?os. El autor espa?ol m¨¢s vendido de este siglo miraba Barcelona desde 10.000 kil¨®metros de distancia. Quer¨ªa vivir del cine en el lugar que forj¨® su imaginaci¨®n. La ciudad que iba buscando no exist¨ªa, encontr¨® otra cosa. Y acab¨® viviendo de escribir de la ciudad de su infancia.
La casa en la que muri¨®, de seis habitaciones, en una parcela de 1.400 metros, con vistas al oc¨¦ano de Santa M¨®nica desde la terraza del segundo piso, viene a dar idea del estatus de Ruiz Zaf¨®n en la literatura espa?ola de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas. Su fallecimiento a causa de un c¨¢ncer fue un choque para millones de lectores y para la industria editorial. Y, sin embargo, apenas un pu?ado de amigos pod¨ªan contar an¨¦cdotas sobre ¨¦l. Era tan famoso como reservado. Su alejamiento del mundo literario no era solo f¨ªsico. En Los ?ngeles encontr¨® el mejor lugar para no ser nadie.
Se mud¨® all¨ª con su pareja, Mari Carmen Bellver, a los 29 a?os, dejando atr¨¢s una carrera en publicidad en Barcelona. En 1994 cay¨® en la ciudad de los disturbios raciales, una crisis econ¨®mica brutal y O. J. Simpson. Ese enero, un terremoto hab¨ªa dejado decenas de muertos. Por qu¨¦, era la pregunta recurrente que ten¨ªa que contestar una y otra vez a?os despu¨¦s. ¡°Yo me fui a Los ?ngeles porque desde peque?ito supe que ten¨ªa que irme muy lejos¡±, dijo en una entrevista con El Pa¨ªs Semanal en 2004. ¡°No sab¨ªa qu¨¦ estaba haciendo en Barcelona, cuando montones de cosas que me interesaban ven¨ªan de fuera y lo que me interesaba de mi ciudad resulta que estaba en el pasado. La gente que me gustaba hab¨ªa muerto hac¨ªa 100 a?os. No encontraba referentes. Y en cambio encontraba todo eso en cosas que me llegaban de la cultura imperial americana, como el jazz, la literatura, el cine, la novela negra¡±.
Emili Rosales era en 2000 un editor reci¨¦n llegado a la editorial Planeta. Trabaj¨® en La sombra del viento y se hizo amigo de Ruiz Zaf¨®n. ¡°?l se fue a vivir a Los ?ngeles por su fascinaci¨®n por el cine. Curiosamente, ninguna de sus novelas fue llevada a la pantalla y eso que le llegaba una oferta cada 15 d¨ªas. Su obra estaba concebida como un homenaje a los libros, por eso nunca quiso que sus historias se contaran con un lenguaje distinto al de la escritura¡±. Adoraba el cine y viv¨ªa de la escritura, pero nunca permiti¨® mezclar las dos cosas.
Fue a Los ?ngeles a trabajar en Hollywood. Y lo hizo. Pero ninguno de sus proyectos termin¨® de concretarse. ¡°Siempre dec¨ªa lo que no deb¨ªa en las reuniones¡±, cont¨® en una entrevista con The Washington Post. Por lo poco que ha contado de esa ¨¦poca, no supo navegar en la cruel y pragm¨¢tica realidad de Hollywood. A finales de los noventa hab¨ªa escrito tres novelas en esa ciudad, pero no hab¨ªa metido la cabeza en el cine.
El ¨¦xito le lleg¨® en un apartamento en Franklin Avenue cerca de La Brea, en el Hollywood m¨¢s cl¨¢sico, a un paseo del teatro chino y de la oficina imaginaria del detective Philip Marlowe. Si se ve¨ªa a s¨ª mismo como guionista fracasado y novelista en crisis, ese era el sitio para vivir a fondo el personaje. Alcanzado el ¨¦xito mundial, Zaf¨®n y Bellver se mudaron a un apartamento doble de 1,8 millones de d¨®lares en Beverly Hills. No tuvieron hijos.
¡°Los ?ngeles es ese lugar donde los que son alguien se convierten en nadie, y los que no son nadie se convierten en alguien¡±, dijo en una entrevista con The Independent en 2012. ?l vivi¨® las dos cosas. En esa ciudad se convirti¨® en alguien. Y all¨ª se recluy¨® para pasar desapercibido. Dec¨ªa Joan Didion que California siempre mira al futuro porque nadie recuerda el pasado. Ruiz Zaf¨®n parec¨ªa verlo igual: ¡°En Los ?ngeles, a veces tienes la sensaci¨®n de que hay una patrulla misteriosa que pasa por las noches. Cuando las calles est¨¢n vac¨ªas y todo el mundo est¨¢ dormido, pasan borrando el pasado. Es como un cuento malo de Ray Bradbury¡±. Ruiz Zaf¨®n encontr¨® la clave de Los ?ngeles: no es el mejor lugar para hacerse famoso, es el mejor lugar para desaparecer cuando lo eres. Por eso est¨¢ lleno de famosos.
¡°Los ?ngeles es ese lugar donde los que son alguien se convierten en nadie, y los que no son nadie se convierten en alguien¡±, dijo en una entrevista¡°Los ?ngeles es ese lugar donde los que son alguien se convierten en nadie, y los que no son nadie se convierten en alguien¡±, dijo en una entrevista
Alcanzado el ¨¦xito, pasaba temporadas en Barcelona, pero siempre acababa huyendo. En los ¨²ltimos a?os, se plante¨® buscar una casa en Londres. A pesar de su amor por Estados Unidos, confesaba que Los ?ngeles no era la mejor base profesional de un escritor europeo. As¨ª se lo dijo a Marla Norman, exjefa de ventas de Planeta en Estados Unidos, en una carta en 2011. ¡°EE UU ha dejado de ser una cultura de libros¡±, le escribi¨®. ¡°Cuando se trata de libros, el lugar es Europa. Soy consciente de ello desde hace tiempo ya, y aunque me da tristeza ver c¨®mo Am¨¦rica se convierte en un lugar sin libros, sigue habiendo muchas cosas que me gustan y sigue siendo mi casa. Francamente, me gustar¨ªa que fuera una casa m¨¢s literaria, pero¡¡±.
Al final, siempre que tuvo que elegir, gan¨® Los ?ngeles. Para vivir, para disfrutar del ¨¦xito y para esperar la muerte. Dec¨ªa Eduardo Mendoza en un obituario en este peri¨®dico: ¡°Consigui¨® fama y dinero, pero la suerte le dej¨® poco tiempo para disfrutarlos¡±. Compr¨® junto a su esposa la mansi¨®n de la costa angelina en 2019. El precio registrado en los portales inmobiliarios es de 13 millones de d¨®lares. Despu¨¦s de Hollywood y Beverly Hills, esta era su casa definitiva, la de sus sue?os, seg¨²n confirm¨® una fuente familiar que pidi¨® privacidad en el duelo, apenas horas despu¨¦s de la noticia.
¡°Carlos era ¡®noir¡¯ hasta la m¨¦dula¡±
A?os despu¨¦s de trabajar juntos en la promoci¨®n norteamericana de La sombra del viento en 2004, la exjefa de ventas de Planeta en Estados Unidos, Marla Norman, le pidi¨® a Carlos Ruiz Zaf¨®n que le mandara sus pel¨ªculas favoritas sobre Los ?ngeles para publicarlo en una revista online de viajes. La lista dice algo del personaje y de su fascinaci¨®n por el 'LA Noir', el g¨¦nero que forj¨® la leyenda de la ciudad de las rubias peligrosas y los detectives ulcerosos. Mencion¨® 'Perdici¨®n', 'El sue?o eterno', 'Historia de un detective', 'El ocaso de los dioses', 'Chinatown', 'Blade Runner', 'Pulp Fiction' y 'LA Confidential'. Pero tambi¨¦n comedias como '1941', 'Cuando llega la noche' y la serie 'El s¨¦quito'. A pesar de ser angelino desde los 29 a?os, dos d¨¦cadas despu¨¦s Ruiz Zaf¨®n parec¨ªa seguir disfrutando del lado m¨¢s m¨ªtico de la ciudad.
¡°Eran pel¨ªculas que le influenciaron¡±, dice Norman en conversaci¨®n telef¨®nica. ¡°Era muy fan de Raymond Chandler¡±. Pero adem¨¢s ten¨ªa cierta conexi¨®n biol¨®gica con el g¨¦nero. ¡°Carlos dorm¨ªa por el d¨ªa y escrib¨ªa por la noche. Es curioso, siempre hablaba de que le encantaba la luz de California, pero era una criatura de la noche¡±. Recuerda que una de las veces que m¨¢s le vio disfrutar fue en un evento de promoci¨®n en Nueva York en el que cenaron en un min¨²sculo restaurante turco callejero y estuvieron paseando por la ciudad de noche durante horas. ¡°Carlos era 'noir' hasta la m¨¦dula¡±.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.