Un culebr¨®n al estilo Almod¨®var para el conflicto palestino-israel¨ª
Sameh Zoabi, director de 'Todo en Tel Aviv', se inspir¨® en la obra del espa?ol
En Bowfinger, el p¨ªcaro (1999), la actriz que encarna Heather Graham se acuesta con el guionista de una pel¨ªcula hasta que descubre lo poco que manda en la producci¨®n y el rodaje. Durante d¨¦cadas el mismo cine ha alimentado el mito del escritor de filmes como el ¨²ltimo mono. Y ha sido la televisi¨®n, con sus cacareados showrunners, la encargada de ensalzar el valor de quien ha tenido la idea y redactado el libreto.
De eso va Todo pasa en Tel Aviv, de eso y de la potencia audiovisual que el cine de Pedro Almod¨®var alberga, tanta como para que un cineasta palestino, Sameh Zoabi, de pasaporte israel¨ª y que estudi¨® en Nueva York, decida imitar a su maestro en la est¨¦tica de un culebr¨®n palestino, Tel Aviv On Fire, que en la pel¨ªcula arrasa entre la audiencia israel¨ª. Esa es la teleserie en la que empieza a trabajar como becario de guionista el protagonista, Salam, que cada d¨ªa, cuando pasa un control del Ej¨¦rcito israel¨ª, recibe instrucciones para cambiar la narraci¨®n televisiva por parte de un capit¨¢n cuya esposa es fan del culebr¨®n. Y s¨ª, Salam acomete avances sentimentales con la estrella femenina de Tel Aviv On Fire, porque de ¨¦l s¨ª depende el devenir de los personajes.
¡°Lo de fijarme en Almod¨®var ocurri¨® por diversas razones. Porque admiro su cine, me fascina. Y porque logra que sus tramas transcurran en un mundo que solo puede crear ¨¦l, mundos de colores pop muy meditados y con personajes estrafalarios que en ese ambiente son absolutamente cre¨ªbles. Por eso, cuando pact¨¦ con el director de fotograf¨ªa como har¨ªamos Tel Aviv On Fire, solo asumimos una regla: debe parecer rodado por Almod¨®var. Con humor, color y feminidad¡±. ?Y le conoce? ¡°Bueno, cruc¨¦ algunas palabras con ¨¦l en su ¨²ltima promoci¨®n en Los ?ngeles para los Oscar de Dolor y gloria, pero no me atrev¨ª a contarle nada. Mi culebr¨®n tiene aroma a dramas y thrillers del Hollywood cl¨¢sico¡±.
Zoabi, que naci¨® en Iksal, muy cerca de Nazaret, hace 45 a?os, y que visit¨® Espa?a antes del confinamiento, recuerda c¨®mo estudiaba en Nueva York durante el 11-S y vio c¨®mo la gente empez¨® a mirarle con rabia a causa de las manifestaciones en Palestina apoyando el atentado. ¡°Incluso yo mismo me escandalic¨¦ con lo que ve¨ªa en la tele. Aquella no era la Palestina en la que me crie, en la que se celebraban la vida y las risas¡±. Por eso su cine ¡ªTodo pasa en Tel Aviv, ya en las salas espa?olas, es su cuarto largo de ficci¨®n¡ª se mueve en los par¨¢metros de la comedia: ¡°En ese ambiente crec¨ª, y no me puedo traicionar. En una clase en Israel un profesor me dijo sobre un guion: ¡®No me has golpeado con tus convicciones pol¨ªticas, sino que me has hecho cosquillas con ellas, y eso hace m¨¢s da?o a mis creencias¡¯. Fue un gran halago¡±.
?Cambia la perspectiva sobre el conflicto palestino-israel¨ª cuando se vive en el otro lado del planeta? ¡°No, que yo resida en Nueva York me da m¨¢s conocimiento del mundo. El choque lo sufr¨ª en la Universidad de Tel Aviv, porque era el ¨²nico palestino de mi clase. Trabaj¨¢bamos guiones donde las figuras palestinas eran retratadas desde el punto de vista israel¨ª y tuve que aprender a lidiar con esos t¨®picos, entend¨ª que jam¨¢s encontrar¨ªa all¨ª un ambiente creativo adecuado. Cuando me becaron para la Universidad de Columbia, en la clase, de 60 alumnos 37 eran extranjeros, y all¨ª por primera vez me sent¨ª c¨®modo siendo el otro¡±.
Entretenimiento
Entre risas compara las pel¨ªculas que ve¨ªa en las clases en Israel (Tarkovski, Godard) con las que le proyectaban en Nueva York (Scorsese). ¡°En Estados Unidos nunca se olvidan de que al arte cinematogr¨¢fico tiene que acompa?arle el entretenimiento. Y a m¨ª me apasiona esa regla. La creatividad bulle en esa zona gris¡±.
Vuelve a Almod¨®var. ¡°Estoy convencido de que nunca, cuando se pone a escribir, piensa: ¡®Voy a hacer una comedia¡¯. Sencillamente le salen as¨ª porque levanta testimonio de la vida, de la realidad. En Palestina la gente no se despierta y mientras toma un caf¨¦ reflexiona: ¡®Mi vida es una desgracia, as¨ª que a ver cu¨¢ntos mato hoy¡¯. No, el humor est¨¢ siempre presente en nuestras acciones y eso tiene que estar en las pel¨ªculas. Aunque un tema sea profundo y serio, pon pinceladas c¨®micas para que el espectador se sienta atra¨ªdo por la historia¡±.
Y si esa historia tiene formato de culebr¨®n, mejor. ¡°F¨ªjese en el ¨¦xito de Netflix¡±, apunta. ¡°Cada vez producen m¨¢s series de este estilo y cada vez m¨¢s otros formatos, como los documentales, absorben caracter¨ªsticas de los culebrones. Permite contar problemas pol¨ªticos o sociales sin filtros. Si se me permite una cierta iron¨ªa, ?qu¨¦ es sino un culebr¨®n el conflicto palestino-israel¨ª?¡±.
Una guerra con muchos muertos y pocas risas
Tanto cineastas israel¨ªes como palestinos han tocado el enfrentamiento que se vive desde hace ochenta a?os en esa zona de Oriente Pr¨®ximo. Uno de los actores de 'Todo pasa en Tel Aviv', Kais Nashif, debut¨® en el cine en 'Paradise Now' (2005), 'thriller' que lleg¨® a los Oscar y encumbr¨® a su director, Hany Abu-Assad. El cineasta palestino sigui¨® por esta senda con 'Omar' (2013), aunque entendi¨® que una vuelta de tuerca al tema con s¨¢tira le llevar¨ªa lejos: as¨ª naci¨® 'Idol' (2015), en la que un aspirante a m¨²sico que vive en Gaza intenta entrar en el concurso 'Arab Idol'.
Por goleada ganan los dramas como 'Paradise Now', 'Los limoneros', 'Promises', 'Una botella en el mar de Gaza', 'Inch¡¯Allah', 'Ajami', 'El atentado' o 'El insulto' contra las comedias de Elia Suleiman, cineasta palestino nacido en Nazaret, a quien Zoabi considera ¡°uno de los creadores m¨¢s interesantes, un artista ¨²nico, especial¡±, con t¨ªtulos como 'Intervenci¨®n divina' o 'De repente, el para¨ªso'.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.