Una monta?a de preguntas

?lex Serrano, Pau Palacios, Ferran Dordal y Barbara Bloin (en arte, Agrupaci¨®n Se?or Serrano), respaldados por diversos equipos, llevan casi diez a?os sorprendiendo a su p¨²blico por media Europa. Sus estrategias, en unas pocas y resumid¨ªsimas piezas, podr¨ªan ser estas: una f¨¢bula anticapitalista (Brickman Brando Bubble Boom, 2013), la caza de Bin Laden en clave espectacular y maquetas (A house in Asia, 2014); o la emigraci¨®n contada como un relato infantil (Birdie, 2016).

En 2018 pasaron al gran formato en Kingdom, sofisticado, rozando el bromazo, pero, como siempre, con una t¨¦cnica que cortaba el hipo. Con dificultades por coincidir ensayos y pandemia, durante tres noches en el Lliure/Grec (8, 9 y 10 de julio) acaba de pasar The Mountain, m¨¢s depurada y a la vez compleja que nunca: con utiler¨ªa aparentemente sencilla pero echando mano de un dron como si fuera un cruce entre un platillo volante y un ojo/c¨¢mara. Resumiendo: una mezcla y evoluci¨®n de todo lo anterior, limado por el confinamiento (a la fuerza ahorcan) pero tambi¨¦n por las ganas de contar reduciendo, concentrando. Por cierto, parece que se presentar¨¢ en una versi¨®n m¨¢s completa en la primavera del a?o pr¨®ximo.

The Mountain cuenta muchas historias pero me vuelven tres. Una: la escalada de George Mallory (?alcanz¨® realmente la cumbre del Everest en 1924 o muri¨® antes?). Coda: ?Son ciertas las cartas entre Mallory y su esposa Ruth? Dos: la utilizaci¨®n de la radio en manos de Orson Welles y el Teatro del Aire para desmontar (o recrear) una nueva realidad a partir de La guerra de los mundos de H. G. Welles. ¡°Lo que hizo con su programa fue un gran ejercicio de manipulaci¨®n de audiencias. En los a?os 30, la radio era el equivalente de las redes sociales de hoy. Queremos que el espectador se plantee si es verdad lo que damos por supuesto¡±, le dice Serrano a mi compa?ero Toni Polo.

Y tres, la m¨¢s arriesgada: la descollante Anna P¨¦rez Moya interpreta a Putin como un cruce entre robot y maestro de ceremonias. O m¨¢s dif¨ªcil todav¨ªa: un extra?o fil¨®sofo cuyas palabras recuerdan el vuelo de un juego de b¨¢dminton. Para Serrano, el personaje ¡°es cualquier l¨ªder capaz de manipular para conducirnos hacia sus intereses¡±. No acabo de pillar todo lo que me cuenta la banda del se?or Serrano.

?Es un espect¨¢culo (o una indagaci¨®n) sobre la construcci¨®n de la verdad? ?La monta?a es una pura y simple met¨¢fora de esa verdad? ?Es un juego con las fake news como base? Hay una obvia diferencia de magos entre el se?or Serrano y mister Welles (e inevitable pensar en Fake/Question Mark, que deber¨ªa pasarse en programa doble). Cierto que The Mountain est¨¢ inacabada y es a ratos confusa, pero lo que nos muestra tiene pasajes fascinantes. Y Agrupaci¨®n Se?or Serrano te la mete doblada, y te lleva por un laberinto de veinte calles con vueltas y revueltas (y niebla incluida). Probablemente, uno de los grupos teatrales m¨¢s enigm¨¢ticos e imprevisibles que tenemos: no son cualidades que abunden.