Y se quedar¨¢n los p¨¢jaros cantando
Carlos de Hita construye la cr¨®nica sonora de la naturaleza: "El rey es el mirlo. Hace cosas que asociamos con la m¨²sica. Afina. Es el m¨¢s atrevido¡±
Se asombraba Serrat esta semana de la vitalidad de los p¨¢jaros de su barrio durante el confinamiento, que para muchos dura como cien a?os de soledad. En su pueblo de Italia, Nuccio Ordine recitaba ayer a Leopardi: ¡°Desde la cumbre de la torre antigua,/ p¨¢jaro solitario, hacia los campos/ lanzas tu canto hasta que muere el d¨ªa,/ y se difunde su armon¨ªa en el valle¡±. En Valsa¨ªn, cerca de Segovia, Carlos de Hita explica en la Cadena SER, a eso de las 5.59 de la madrugada, el ardor de los p¨¢jaros, haya o no haya pandemia.
Lo cierto es que, en este tiempo que puede cantarse con versos de Serrat o de Leopardi, han sonado como nunca estos magos emplumados de la m¨²sica. En Espa?a, un gran int¨¦rprete de ese misterio es, ya se sabe, Carlos de Hita, que desde hace m¨¢s de treinta a?os (desde el Hoy por hoy de I?aki Gabilondo) explica los sonidos de la naturaleza.
Como en la vieja canci¨®n de Simon y Garfunkel, los p¨¢jaros contribuyen a los sonidos del silencio que Hita graba como si contemplara un paisaje. Dej¨® los estudios cuando escuchar la naturaleza le ense?aba m¨¢s, y descubri¨® que quienes creen que el campo est¨¢ vac¨ªo no saben lo que dicen. Grab¨®, hace 35 a?os, la berrea (el celo) del ciervo, y la cr¨®nica sonora de esa pasi¨®n le sigue repicando como una campana de gozo. Sus sonidos han servido para pel¨ªculas (Entrelobos, de Gerardo Olivares) o documentales (Cant¨¢brico, Guadalquivir) que explican ¡°la soledad del campo, que se ajusta a un car¨¢cter basado en la paciencia y en la espera¡±. Hita busca el sonido salvaje: ¡°Esa Espa?a que se va vaciando en realidad se vac¨ªa de voces humanas para dar paso al ruido de la mecanizaci¨®n¡±. De ah¨ª al declive del ecosistema queda solo firmar el acta de la extinci¨®n.
¡°Los p¨¢jaros est¨¢n siempre; algunos forman parte del paisaje visual, pero al borrarse el tel¨®n sucio del ruido hemos encontrado sus voces¡±, explica De Hita
?Y por qu¨¦ han venido tantos p¨¢jaros? ¡°Estaban, pero no los escuch¨¢bamos. Se ha limpiado la atm¨®sfera y ah¨ª estaban, cantando¡±. ?l los ha venido escuchando desde chico, y los ha grabado, igual que grab¨® idiomas de la ciudad (¡°Madrid es Babel¡±), campanas, megafon¨ªas¡, todo lo que hay en la vida urbana ¡°y es tapado por el ruido¡±. Es el sonido del silencio, ¡°pero no nos lo dejan escuchar¡±.
Esos p¨¢jaros, insiste Carlos de Hita, ¡°est¨¢n siempre; algunos forman parte del paisaje visual, pero al borrarse el tel¨®n sucio del ruido hemos encontrado sus voces. En El Retiro de Madrid hay 73 especies de p¨¢jaros, ?imag¨ªnate si no habr¨¢ m¨²sica!¡±. El rey de todos esos sonidos es el mirlo, un p¨¢jaro europeo que viaja desde el norte de ?frica, desde Canarias. ¡°Hace cosas que asociamos con la m¨²sica. Afinan, cada uno con una melod¨ªa distinta, aprende desde muy joven y ya no cesa¡ Es, de los que escuchamos, el m¨¢s atrevido¡±.
Pero, no nos enga?emos, ¡°cuando cantan y creemos que convocan el amor o la paz es que se est¨¢n peleando por un trofeo¡±. ?Y no le da miedo, Carlos, el silencio de la naturaleza? ¡°Jam¨¢s. El silencio te permite escuchar el sonido de los p¨¢jaros e incluso el de la circulaci¨®n de la sangre¡±.
¡ª Se quedar¨¢n los p¨¢jaros cantando, como dec¨ªa Juan Ram¨®n.
¡ª Llevan cantando veinte millones de a?os, m¨¢s que nosotros en la tierra; son la met¨¢fora del paso del tiempo, de que esto no se acaba, indiferentes a nuestro paso por el mundo. El poeta tiene raz¨®n: y seguir¨¢n los p¨¢jaros cantando.
Babelia
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