Werner Herzog: ¡°El cine seguir¨¢ existiendo por otros 100 a?os¡±
El director alem¨¢n vuelve a experimentar en 'Family Romance LLC' y defiende su estilo a la contra
Si hay una constante en la filmograf¨ªa del realizador alem¨¢n Werner Herzog (M¨²nich, 77 a?os) es la b¨²squeda de la verdad. Por extra?os que sean sus documentales m¨¢s recientes o los trabajos de ficci¨®n que le dieron la fama, siempre busca la aut¨¦ntica esencia de lo que narra. Resulta l¨®gica su atracci¨®n por Family Romance, LLC, su ¨²ltimo trabajo, tan realista que la revista Variety lo confundi¨® con un documental centrado en la empresa japonesa del mismo nombre que ¡°proporciona ilusiones¡± para mejorar la vida de sus clientes, ya sean familiares falsos, premios ficticios o substitutos de un esposo demasiado ebrio. ¡°No son mentiras, son representaciones artificiales¡±, puntualiza el realizador desde su casa de Los ?ngeles donde se encuentra confinado por culpa de la pandemia.
Para ser un hombre que remont¨® el Amazonas con Aguirre y la c¨®lera de los dioses, cruz¨® las selvas peruanas con Fitzcarraldo y rod¨® en la boca de un volc¨¢n caribe?o en La Soufriere, entre otros de sus periplos, no se le nota especialmente inc¨®modo entre las cuatro paredes de su estudio. Le rodean sus libros, a los que estos d¨ªas recurre m¨¢s que al cine, y le encantan las videoconferencias que le mantienen en contacto con el mundo, comi¨¦ndose la pantalla sin gafas, un punto de vanidad para alguien que, confiesa, nunca se mira en el espejo. La covid-19 le pill¨® con su pr¨®ximo documental rodado y atendiendo de forma virtual el estreno de su ¨²ltimo filme en diferentes plataformas digitales (en Espa?a, Mubi)¡±. ¡°Family Romance, LLC es una pel¨ªcula. Punto. No raya en el documental. Est¨¢ escrita, interpretada y dirigida. Su tono es tan aut¨¦ntico que es f¨¢cil pensar que es un documental. Pero todo lo que ah¨ª ocurre es mi invenci¨®n¡±, subraya con vehemencia.
Alguien tan puntilloso como Herzog tiene que aclarar que realmente la idea no fue suya sino de Roc Morin, uno de sus alumnos de su escuela de cine The Rogue Film School¡±, quien supo de la empresa japonesa pero no se anim¨® a rodar una historia que fascin¨® al maestro. ¡°Ruedo desde la urgencia. Y lo tuve muy claro. No es un fen¨®meno japon¨¦s. Solo van por delante. ?Dice tanto de nuestra civilizaci¨®n!¡±, se envalentona el septuagenario con la misma energ¨ªa que ten¨ªa a los 20, cuando rob¨® su primera c¨¢mara de cine de la escuela de cine de M¨²nich. La urgencia le llev¨® a estar rodando en Tokio tres meses m¨¢s tarde. Hizo lo que les dice a sus alumnos: ¡°No esperes que Hollywood te ofrezca nada. Nadie vendr¨¢ con 120 millones de d¨®lares para que ruedes tu pr¨®ximo proyecto. Rem¨¢ngate y haz cine guerrilla. Hoy se puede hacer cine por poco dinero. Quise volver a mis or¨ªgenes, a los d¨ªas de Aguirre y la c¨®lera de los dioses, cuando no sab¨ªas lo que te traer¨ªa el siguiente recodo del Amazonas. Family Romance, LLC es una idea fant¨¢stica y cuando tienes algo as¨ª te debes dejar llevar por tu pel¨ªcula¡±.
No esperes que Hollywood te ofrezca nada. Nadie vendr¨¢ con 120 millones de d¨®lares para que ruedes tu pr¨®ximo proyecto. Rem¨¢ngate y haz cine guerrilla. Hoy se puede hacer cine por poco dinero
Esta vez su Klaus Kinski es el propio due?o de la empresa, Yuichi Ishii, que se interpreta a s¨ª mismo o, como aclara el realizador, a una versi¨®n de este japon¨¦s apocado de treinta y tantos porque, insiste, todo es invenci¨®n. Herzog tambi¨¦n se invent¨® los di¨¢logos, pero rod¨® enteramente en japon¨¦s (idioma que no habla) para darle una mayor naturalidad y dej¨® que los no actores, en su mayor parte los trabajadores de esta compa?¨ªa, improvisaran sus conversaciones. ?l se guio por una int¨¦rprete, pero sobre todo, por el sonido de la conversaci¨®n. ¡°Hay algo de cine guerrilla en toda mi filmograf¨ªa. Incluso cuando trabaj¨¦ con Nicole Kidman, Christian Bale o Nicolas Cage. He hecho unos 74 filmes en unos 50 a?os. Y hacer tanto cine me ha ense?ado a hacer cine. A hacerlo r¨¢pido y bien¡±, resume.
Hablar de cine le ilumina la mirada. Un gran conversador, o quiz¨¢s un gran mentiroso, le gusta contar sus pifias, la ausencia de permisos para rodar en Tokio, que los t¨ªtulos de cr¨¦dito sean inventados ¨C¡±incluso la asesor¨ªa legal, siempre he sido mi propio abogado¡±, asegura¡ª o que no haya rodado m¨¢s de 350 minutos de v¨ªdeo para una pel¨ªcula de hora y media cuando cualquier otro director necesitar¨ªa de 300 a 3.000 horas. ¡°Mucho de lo que ves en las grandes producciones est¨¢ inflado. No se necesitan equipos de 150 personas¡±. De ah¨ª el cambio que han acelerado las plataformas, dice. ¡°El cine seguir¨¢ existiendo por otros cien a?os. Pero lo que vamos a ver, va a sufrir un gran cambio¡±, vaticina apoy¨¢ndose en la pandemia.
El cine seguir¨¢ existiendo por otros cien a?os. Pero lo que vamos a ver, va a sufrir un gran cambio
Quiz¨¢s esta misma labia le hizo actor en estos ¨²ltimos a?os con trabajos junto a Tom Cruise (Jack Reacher) o, m¨¢s recientemente, junto a El Ni?o (m¨¢s conocido como baby Yoda) en The Mandalorian. Aunque dijo haber interpretado este papel para pagar su filme, que financi¨® de su bolsillo, hoy lo desmiente. ¡°Est¨¢ claro que gan¨¦ algo de dinero, pero para entonces ya hab¨ªa rodado y la pel¨ªcula estaba montada¡±, aclara nada enamorado de la interpretaci¨®n. ¡°Siempre soy el villano. Nadie me da una comedia pese a que mis filmes tienen mucho humor¡±. Humor con grandes temas como la soledad de la sociedad en la que vivimos. No necesariamente la suya, ya que dice gozar una vida tranquila junto a su esposa, Lena.
Pero como vaticin¨® en los a?os ochenta, recuerda, la Internet que tanto ama y que tantas puertas ha abierto al mundo tambi¨¦n nos ha llevado a perder el contacto, eso que nos hace humanos. Una b¨²squeda que, subraya, es parte de su filmograf¨ªa, desde El enigma de Kaspar Hauser a Fitzcarraldo y ahora, Family Romance, LLC. ¡°Dicho esto, no hago cine como un comentario social. Hago cine porque me gusta narrar. Eso no quita que plantee grandes preguntas. Como, por ejemplo, si esta pandemia reactivar¨¢ nuestro contacto humano¡±.
Babelia
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