Bukowski, cien a?os del vendaval que azot¨® la literatura en espa?ol
El escritor ¡®underground¡¯, cuyo centenario se cumple hoy, ejerci¨® una gran influencia en los 80 y 90. ?Sigue su realismo sucio vigente en nuestro mundo pol¨ªticamente correcto?
¡°Charles Bukowski es una especie de sarampi¨®n por el que todo escritor occidental tiene que pasar¡±, dice Manuel Vilas. ¡°Es un autor ¨²nico. Normalmente, su lectura se produce a los veintitantos a?os porque es el antisistema del mundo literario. Su poder de seducci¨®n es enorme¡±. Hoy se conmemoran 100 a?os del nacimiento de un autor que azot¨® la literatura como un hurac¨¢n. Vilas forma parte de una de esas generaciones que en las d¨¦cadas de los ochenta y noventa quedaron impactadas por el alcoholismo cafre de Bukowski. Su pluma aliment¨® en Espa?a y Latinoam¨¦rica el llamado realismo sucio, ¡°el crudo lenguaje de la calle, de la escoria, de la basura¡±, como lo defin¨ªa la primera editorial que lo tradujo al espa?ol, Anagrama.
Bukowski (Andernach, Alemania, 1920 ¨C Los ?ngeles, Estados Unidos, 1994) golpe¨® fuerte en Europa desde un primer momento. Jordi Gracia, catedr¨¢tico de literatura espa?ola y experto en la historia de Anagrama, explica que Bukowski fue fundamental en un momento en el que el sello de Jorge Herralde pasaba por dificultades econ¨®micas: solo entre 1978 y 1979, Anagrama vendi¨® 100.000 ejemplares de su obra. Cuarenta a?os y decenas de ¨¦mulos del escritor estadounidense despu¨¦s, la sociedad ha cambiado enormemente. ?Sigue vigente su particular mundo de borracheras, obsesiones sexuales, agresiva antiintelecualidad, glorificaci¨®n de la figura del perdedor y su incorrecci¨®n pol¨ªtica?
Un buen lugar para comenzar a responder a esa pregunta puede ser Adi¨®s Watson, cuento incluido en Escritos de un viejo indecente, uno de aquellos libros que salvaron los muebles a Herralde. Watson es el boxeador peso ligero Watson Jones, que, en una noche de la d¨¦cada de los cincuenta perdi¨® un combate frente a Enrique Bola?os, un mexicano que se presentaba en los combates con un borreguito como mascota.
En una tradici¨®n literaria como la espa?ola, muy encorsetada, fue una bomba at¨®mica descubrir que Bukowski convert¨ªa en literatura lo s¨®rdidoManuel Vilas
En Adi¨®s Watson est¨¢n la alergia a las convenciones sociales de Bukowski. Tambi¨¦n su afici¨®n a las carreras de caballos, que son para ¨¦l como los toros para su idolatrado Ernest Hemingway, un reflejo de la brutalidad de la vida. Las mujeres aparecen como un complemento para satisfacer su pulsi¨®n sexual, y todo lo que huela a intelectual, fuente de rechazo: ¡°Yo trabajaba como empaquetador en una gran f¨¢brica que montaba l¨¢mparas de techo para dejar ciego al mundo, y como sab¨ªa que las bibliotecas no sirven para nada y los poetas son unos meticulosos farsantes siempre quej¨¢ndose, me dediqu¨¦ a estudiar en bares y en combates de boxeo¡±.
Ray Loriga, Luc¨ªa Etxebarria, Jos¨¦ ?ngel Ma?as o Hern¨¢n Migoya son algunos de los nombres que triunfaron en los noventa en la estela de referentes estadounidenses como John Fante, Raymond Carver o el propio Bukowski. Etxebarria admite que La senda del perdedor, libro de este ¨²ltimo, le afect¨® tanto que tuvo que dejar de leerlo. En su novela Nosotras que no somos como las dem¨¢s, recuerda Etxebarria, aparece una m¨¢quina sexual que es un gui?o al libro La m¨¢quina de follar. Eran los tiempos, a?ade, en los que ¡°no eras moderno si no ten¨ªas un libro de Bukowski¡±.
Los poetas
Quiz¨¢ el momento m¨¢s bukowskiano en la literatura espa?ola, opina Vilas, fue la publicaci¨®n en 1994 de Arde Babilonia, del poeta hispano-brit¨¢nico Roger Wolfe. El realismo de poetas como Karmelo Iribarren, Isabel Bono, David Gonz¨¢lez o Pablo Garc¨ªa Casado tambi¨¦n ha bebido de los versos de escritor estadounidense. Sus poemarios se venden hoy m¨¢s que antes, seg¨²n Chus Visor, editor desde hace m¨¢s de veinte a?os de su esa parte de su obra. Su sello ha publicado 17 poemarios de Bukowski y es su autor m¨¢s vendido en Am¨¦rica Latina. Este a?o ha reeditado Los placeres del condenado, una antolog¨ªa traducida por Ciro Arb¨®s. ¡°Acaba enemistado con la Humanidad¡±, escribe Arb¨®s de Bukowski en la introducci¨®n, ¡°refugi¨¢ndose en una misantrop¨ªa manifiesta en el desprecio y pavor por las masas, que no es postura elitista sino producto de su individualismo¡±.
Vilas cree que la clave de su ¨¦xito es que ayud¨® a modernizar la narrativa y la poes¨ªa: ¡°En una tradici¨®n literaria como la espa?ola, muy encorsetada, fue una bomba at¨®mica descubrir que Bukowski convert¨ªa en literatura lo s¨®rdido y lo coloquial¡±. ¡°Ha tenido muchos seguidores, y es f¨¢cil imitarle pero es dif¨ªcil que salga bien¡±, afirma Visor. Cuando la poeta Isabel Bono gan¨® el premio de novela Caf¨¦ de Gij¨®n en 2016 tambi¨¦n destac¨® en varias entrevistas el riesgo de fallar imit¨¢ndole. Bono explica a EL PA?S que la poes¨ªa del autor de Los ?ngeles la ha acompa?ado siempre, pero cree que su influencia en la poes¨ªa nacional es menor: ¡°En los ochenta y noventa, casi todo era poes¨ªa de la experiencia versus poes¨ªa de la conciencia. A unos les falta sangre en las venas y a otros les sobra panfletismo. No veo a Bukowski por ning¨²n lado¡±.
El novelista cubano Pedro Juan Guti¨¦rrez ve a Bukowski como ¡°un escritor excepcional¡±. ¡°Escribi¨® muy en profundidad sobre temas y situaciones como nadie se hab¨ªa atrevido antes¡±. Guti¨¦rrez opina que el mundo acad¨¦mico no le perdon¨® sus diatribas y est¨¢ convencido de que hoy en d¨ªa no encontrar¨ªa editor: ¡°La correcci¨®n pol¨ªtica inventada en Estados Unidos es un estupendo tapabocas¡±. Lo cierto es que Bukowski tambi¨¦n tuvo en vida problemas para encontrar quien lo publicara, y no fue hasta que alcanz¨® los 50 a?os que pudo dejar su empleo en el Servicio Postal de Estados Unidos para dedicarse a la escritura.
S¨¦ que para muchos y muchas no ser¨¢ ejemplo de nada, pero para m¨ª Bukowski es fundamental en mi manera de encarar la escrituraIsabel Bono
Para entender la incomodidad que puede generar Bukowski desde un prisma contempor¨¢neo, solo hay que releer uno de los relatos de su primer libro publicado en Espa?a, Erecciones, eyaculaciones, exhibiciones. Su t¨ªtulo es ?Violaci¨®n! ?Violaci¨®n! y describe una escena en la que el protagonista sigue a una mujer para abusar de ella y, finalmente, es detenido. El machismo y la violencia de g¨¦nero son recurrentes en su obra, y eso es algo que ha alejado a Etxebarria de ¨¦l. La novelista se?ala que su espiral de autodestrucci¨®n y machismo son consecuencia de los maltratos que sufri¨® de peque?o por parte de su padre. As¨ª lo aseguraba ¨¦l mismo en el poema Himno desde el hurac¨¢n: ¡°Mis mujeres dicen que estoy jodido por culpa de mis padres, no por m¨ª¡±.
¡°En el momento presente de predominio de lo pol¨ªticamente correcto, Bukowski corre el riesgo de que se le eche del canon¡±, avisa Vilas. ¡°Puede resultar hiriente para las sensibilidades actuales, pero ¨¦l expone la vida que tuvo¡±. ¡°Es un buen poeta y por eso no cansa. Pero m¨¢s all¨¢ de esto, no s¨¦ c¨®mo resistir¨¢n hoy sus clich¨¦s de macho, machista y provocador¡±, dice el escritor y cr¨ªtico Carlos Pardo.
Isabel Bono vaticina que ¡°cualquier d¨ªa lo pondr¨¢n en la lista negra¡±, e insiste en que su principal legado es la libertad: ¡°S¨¦ que para muchos y muchas no ser¨¢ ejemplo de nada, pero para m¨ª Bukowski es fundamental en mi manera de encarar la escritura. Si alguien, a la hora de sentarse a escribir, no escribe con total y absoluta libertad, si piensa en qu¨¦ dir¨¢n sus padres, novias, vecinos, amigos, mejor que no escriba ni media palabra¡±.
Ocho botellas de vino blanco
Jorge Herralde ha recordado en varias ocasiones la noche que pas¨® en 1979 con Charles Bukowski y sus respectivas parejas. La velada fue regada con ocho botellas de vino blanco ¨Cera una ¨¦poca en la que el escritor optaba por el vino para evitar alcoholes de mayor graduaci¨®n. ¡°En Los ?ngeles, borrachera ¨Cde rigor¨C en casa de Bukowski: muy cordial, ninguna pose, mucho humor¡±, apunt¨® Herralde en una carta al escritor mexicano Carlos Monsiv¨¢is, incluida en el pr¨®ximo libro de Jordi Gracia Los papeles de Herralde. La correspondencia de Anagrama 1968-2000. En la biograf¨ªa Un d¨ªa en la vida de un editor, el fundador de Anagrama destaca la sorpresa que le manifest¨® Bukowski ante las portadas tan atrevidas de sus libros en espa?ol: el primero de todos, Erecciones, eyaculaciones y exhibiciones, apareci¨® ilustrado con un mu?eco en forma de falo rodeado de gotas de semen. El impacto que causaron fue tal, dice Luc¨ªa Etxebarria, que ella lleg¨® a comprar alg¨²n volumen solo por la portada.
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