La cr¨®nica funesta de un parto en casa, aplaudida en Venecia
¡®Pieces Of A Woman¡¯, apadrinada por Martin Scorsese, narra la desintegraci¨®n de una pareja que pierde a su beb¨¦
El descenso a los infiernos de una pareja que se enfrenta a la muerte de su beb¨¦ se convirti¨® ayer en el plato fuerte del d¨ªa en la Mostra de Venecia. Pieces Of A Woman, aplaudido debut en ingl¨¦s del director h¨²ngaro Korn¨¦l Mundrucz¨®, narra el drama de una pareja, interpretada por Vanessa Kirby y Shia LaBoeuf, que se desintegra tras ver morir a su hija en un infernal parto a domicilio. La pel¨ªcula supone el acceso al cine estadounidense de Mundrucz¨®, que triunf¨® en Cannes hace unos a?os con White Dog, antes de ser abucheado con su siguiente pel¨ªcula, Jupiter¡¯s Moon, un relato sobre un refugiado con rasgos de superh¨¦roe que, aun as¨ª, cont¨® con admiradores tan c¨¦lebres como Will Smith. Al parecer, Mundrucz¨® cuenta con el favor de Hollywood: tras visionar un primer montaje de su nueva pel¨ªcula durante el confinamiento, Martin Scorsese, otro fan declarado, acept¨® figurar en sus cr¨¦ditos como productor ejecutivo.
Pieces Of A Woman arranca con un electrizante plano secuencia de 25 minutos que refleja ese parto que no terminar¨¢ bien, y que Mundrucz¨® filma como una tortura o un exorcismo. El director vuelve a demostrar que es un virtuoso de la imagen, pero tambi¨¦n que tiene tendencia a la grandilocuencia est¨¦ril y a la met¨¢fora visual cargante. Tras ese arranque brutal, admirable por su crudeza, la pel¨ªcula cae en esquemas m¨¢s trillados al reflejar la desintegraci¨®n de la pareja y la crisis que se abre en una familia que no acepta la decisi¨®n de la madre ¡ªuna Kirby de frialdad met¨¢lica¡ª de no llevar a la comadrona a juicio por negligencia. Ambientada en un Boston sucio y rancio, la pel¨ªcula introduce, pese a todo, alg¨²n apunte estimulante en la descripci¨®n de las diferencias sociales que separan a sus protagonistas, a menudo ausentes del cine estadounidense o solo retratadas con miserabilismo. Ante la crisis abierta por el luto, los intereses de la familia de ella ¡ªla m¨¢s adinerada, que encabeza una incombustible Ellen Burstyn¡ª pasar¨¢n por encima del amor.
La hija de Marx
De diferencias de clase aspira a hablar tambi¨¦n Miss Marx, biograf¨ªa de la hija menor del padre del socialismo, que ha dirigido la italiana Susanna Nicchiarelli, que en 2017 ya prob¨® suerte en este g¨¦nero con un filme sobre la cantante Nico. Su nueva pel¨ªcula parte de un objetivo encomiable: desplazar el punto de vista cl¨¢sico respecto a un gran personaje hist¨®rico para retratar a alguien que vivi¨® a su sombra. Eleanor Marx, interpretada por una esforzada Romola Garai, luch¨® por los derechos de obreros y mujeres, seg¨²n rezan los cr¨¦ditos de la pel¨ªcula, aunque en pantalla solo se la vea haciendo pol¨ªtica de sal¨®n. Nicchiarelli firma un biopic pueril sobre una mujer avanzada a su tiempo, factor que subraya con insistencia a trav¨¦s de distintos anacronismos, el m¨¢s rid¨ªculo de los cuales consiste en hacer bailar a su protagonista a ritmo de punk.
La cuesti¨®n de la clase social tampoco es del todo ajena a Mainstream, presentada ayer fuera de competici¨®n. Dirigida por Gia Coppola ¡ªnieta de Francis y sobrina de Sofia¡ª, la pel¨ªcula describe a una nueva burgues¨ªa, la que forman los millennials que se hacen de oro creando v¨ªdeos virales en YouTube. Dos camareros sin blanca y un joven vagabundo (un impresionante Andrew Garfield), con desparpajo ante la c¨¢mara y talento para ese humor c¨¢ustico que reina en las redes, triunfan con un talk show de nueva generaci¨®n, antes de que la gloria se apodere de su sentido moral. Pese a cierto efectismo virtual, Coppola demuestra tener un buen ojo para contar una ¨¦poca y una generaci¨®n que ya ha operado una revoluci¨®n ¨¦tica y est¨¦tica en nuestro presente.
Babelia
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