Sarah Moss: ¡°Hay un modelo de masculinidad que no tiene cabida en el mundo de hoy¡±
En ¡®Muro fantasma¡¯, uno de los t¨ªtulos de la llamada ¡®brexlit¡¯, la novelista habla de un grupo de nost¨¢lgicos que tratan de revivir la Edad de Hierro.
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
Urdi¨® la trama justo despu¨¦s de que Donald Trump ganara las elecciones y de que Reino Unido votara s¨ª al Brexit. La novela Muro fantasma (Sexto Piso/Angle Editorial) narra la historia de Silvie, una adolescente atrapada en un falso poblado de la Edad de Hierro con su padre, un conductor de autob¨²s obsesionado con los britanos, su sumisa madre, un grupo de estudiantes y un brumoso profesor universitario; y, aunque el libro no habla directamente de la pol¨ªtica, s¨ª critica el aura de elogio al pasado que impregna a sus personajes. Convertida en un cl¨¢sico instant¨¢neo, la novela de Sarah Moss se ha considerado un claro exponente de brexlit, es decir, de literatura sobre el Brexit.
Desde el dormitorio en el que ha instalado su escritorio en su peque?a nueva casa de Dubl¨ªn, Moss (Glasgow, 45 a?os) esquiva la pregunta. ¡°No sabr¨ªa decir exactamente c¨®mo una historia toma forma, no es un proceso deliberado¡±, dice. Asegura que ella no pensaba en el retroceso nacionalista cuando se puso a escribir Muro fantasma, pero no pudo evitar que esa reflexi¨®n se colara en la novela.
Despu¨¦s de todo, el libro trata de c¨®mo un grupo de gente es llevada al pasado a la fuerza. M¨¢s concretamente de c¨®mo los j¨®venes son arrastrados all¨ª, en especial, Silvie, porque los estudiantes simplemente est¨¢n tomando una bizarra clase pr¨¢ctica, pero ella est¨¢ condenada, mientras viva con sus padres, a vestir t¨²nicas hechas de esparto y a tener que recolectar bayas para comer, por no hablar de lo de correr el riesgo de tener que lavarse el pelo con or¨ªn de vaca. Y es que su padre quiere jugar a que son britanos y viven en la Edad de Hierro.
¡°Es interesante, cuando escribes sobre la adolescencia, darte cuenta de c¨®mo somos fruto de la narrativa de nuestros padres. Desde Freud, o puede que desde el Romanticismo, entendemos la crianza de los hijos como una acci¨®n narrativa. Pero puedes borrar una historia, volver a contarla, hacerla pedazos. De eso trata Muro fantasma, de que la historia de la protagonista, Silvie, no es la historia de su padre¡±, apunta.
¡°Los muros hoy no funcionan, porque al construirlos, das por hecho que has perdido la batalla¡±Sarah Moss
Comparada con Shirley Jackson ¡ªhay algo del personaje Merricat Blackwood en Silvie¡ª, y con El Se?or de las Moscas de William Golding, la novela de Moss tambi¨¦n tiene algo de Angela Carter, con su retrato de la adolescencia como un turbio periodo, y mucho de El bosque, la pel¨ªcula de M. Night Shyamalan. Pero en Muro fantasma todos saben que est¨¢n jugando, y, por eso, echan de menos el mundo de fuera.
¡°No es en absoluto una novela autobiogr¨¢fica, mis padres son burgueses ex hippies y me animaron a tomar mis propias decisiones siendo a¨²n muy joven. Lo que s¨ª recuerdo de adolescente es querer escapar del estereotipo feminino¡±, confiesa Moss. ¡°Nunca me atrajo la idea de ser un hombre, pero s¨ª formar parte del bando de los ganadores en esto del patriarcado, y no sufrir ninguna de las limitaciones que padeci¨® la generaci¨®n de mi madre. El personaje de Silvie no rechaza a su padre, sino a su madre. Su supervivencia depende de no identificarse con la v¨ªctima, lo que implica que tiene que identificarse con el verdugo¡±, explica. En cualquier caso, no quer¨ªa, asegura Moss, que ¡°el padre fuese un monstruo¡±. Su prop¨®sito era que el lector entendiese ¡°c¨®mo el modelo de masculinidad con el que hab¨ªa crecido no tiene cabida en el mundo de hoy, y que esa es una de las razones por la que desear vivir en otro tiempo¡±, a?ade.
Moss dice tener miedo del mundo actual, le aterra la idea de que ¡°la polic¨ªa puede obligarte a quedarte en casa¡±. En su novela tambi¨¦n habla del muro que los romanos construyeron para dejar fuera a los britanos, ?a qu¨¦ muros dir¨ªa que nos enfrentamos hoy? ¡°Lo cierto es que ninguno funciona hoy, porque al construirlos est¨¢s dando por hecho que has perdido la batalla¡±, concluye.
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