?Abuela!

El grito final de Un mundo normal es un ¡°?Abuela!¡± lanzado contra viento y marea por una nieta que acaba de tirar por la borda sus estudios de Derecho para dedicarse, como su abuela quer¨ªa, a ser artista. Al igual que su padre, su t¨ªo y la difunta matriarca de una saga orgullosa de pertenecer a esa far¨¢ndula que tan bien y con tanto amor esta pel¨ªcula representa. Un clan que en las celebraciones le cantan al sexo y al baile mientras la abuela, una inmensa Mag¨¹i Mira a la que le bastan unos minutos en pantalla para estar presente en toda la pel¨ªcula, se despide de sus amigos muertos y de una realidad que ya no es para ella. Como no pod¨ªa ser de otro modo, se trata de una tragicomedia cargada de melancol¨ªa por un mundo de viejos c¨®micos y libertarios cuya extinci¨®n hoy cobra un doloroso sentido.

La pel¨ªcula supone el regreso a la ficci¨®n despu¨¦s de una d¨¦cada de Achero Ma?as, que aqu¨ª se abre a la autobiograf¨ªa dedic¨¢ndole a su madre, la actriz Paloma Lorena, este canto a los suyos. No es causal que sea la propia hija de Ma?as quien interprete a la hija del protagonista, una debutante Gala Amyach que pese a todos sus balbuceos aporta esa corriente de verdad que hace de esta pel¨ªcula un regreso por todo lo alto del director de El Bola. Junto a ella, en el papel del padre, Ernesto Alterio logra uno de sus mejores trabajos en mucho tiempo con un personaje de una fragilidad y ternura conmovedoras.

Con la estructura de una road movie ib¨¦rica, la pel¨ªcula se sit¨²a en la carretera que une Madrid con Altea para narrar c¨®mo un hijo con un inequ¨ªvoco s¨ªndrome de Peter Pan decide cumplir el ¨²ltimo deseo de su madre antes de morir. Una loca peripecia dentro de la alegre y desvencijada furgoneta de un mago escoltada por una hija demasiado adulta y resabiada por necesidad. El tri¨¢ngulo amoroso abuela-hijo-nieta que vertebra la pel¨ªcula se presta a un intercambio de roles en el que la abuela parece una ni?a caprichosa cabreada con la vida, el hijo un adolescente incapaz de resolver ni su matrimonio ni su carrera de director y a la hija no le ha quedado otra que hacer de madre y cargar con ambos. El juego de roles familiares no ser¨¢ el mismo despu¨¦s de ese viaje final, que es a la vez inici¨¢tico, por el ¨¢rido mapa de una Espa?a rural y de carretera. Un mundo raro, c¨®mo no, que ni ahora ni nunca fue muy normal, donde el deseo de una madre y abuela que vivi¨® como le dio la gana puede con todo y donde ese grito final permite en un solo plano a una joven mujer volver a ser ni?a en los brazos de su, esta vez s¨ª, adulto padre.